¡Ojo con el sol! El Servicio de Oftalmología del Hospital Almenara de EsSalud advierte que la exposición al sol en verano puede causar enfermedades en la retina sino tomamos las precauciones del caso y utilizamos adecuadamente los lentes de sol con la protección UV necesaria.
El doctor Iván Bermúdez, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Almenara, explica que la retina es la capa interna del ojo que lleva un estímulo visual hacia el cerebro compuesto por millones de células neuronales con una capa neurosensorial que permite la visión.
Advierte que el sol, al emitir una luz ultravioleta, produce un daño fotoquímico por la exposición, originando alteraciones como degeneración macular y no solamente afectando a la retina, sino la formación de cataratas y alteraciones en la superficie ocular.
“La radiación ultravioleta producida por la luz solar está compuesta por una longitud de onda muy corta, imperceptible, que produce no solamente deterioro a nivel ocular sino también en la piel. Este problema está en función al tiempo de exposición al sol, en donde la luz ultravioleta es mucho más directa en especial al mediodía”, señala el especialista.
Bermúdez apunta que hoy, gracias a la tecnología, podemos medir la radiación ultravioleta y evitar el daño visual, con el uso de una aplicación en los celulares.
Asimismo, el oftalmólogo señaló que para proteger la retina es importante cerciorarse de que los lentes de sol que utilicemos en verano tengan la protección adecuada, es decir que tengan protección UV 400 verificados en centros de garantía comprobada.
Dicha protección permitirá el bloqueo de los rayos ultravioleta que producen problemas graves en la visión, en especial en la retina.
En el caso de los lentes oscuros indicó que, si es que no tienen la protección adecuada el daño producido por la luz solar debido al tiempo de exposición puede ser permanente.
Por ello, recomendó que una buena opción es complementar los cuidados con gotas lubricantes que sirven para manejar otras alteraciones en la superficie ocular que también son producidas por la radiación.
Según la estadística, las patologías retínales, como el caso de la degeneración macular, aumentan en un 5% a partir de los 50 años de edad y se agravan a los 80 y 90 años; mientras que el aumento en 20% en pacientes de 30 o 40 años está asociado a los cambios que se producen en el medio ambiente.
“Nos damos cuenta de un daño en la retina porque el paciente empieza a tener problemas en la agudeza visual, lo cual nos puede dar escotomas centrales que perjudican tanto a la lectura como en la vida diaria al tratar de socializar con otras personas. Estas alteraciones se presentan como distorsión de imágenes que se traducen en un severo daño retinal”, apuntó Bermúdez.
Recomendaciones
Para esta temporada de verano, el especialista recomienda para cuidad la salud visual, usar lentes con filtro UV, cerciorándose que sean certificados ya que todos los lentes negros no necesariamente tienen esta protección.
En ese sentido, sugiere evitar dirigir la mirada directamente a la luz del sol y que el tiempo de exposición no debe ser mayor a dos horas, en especial al mediodía donde existe mayor radiación solar.
Cabe recordar, que el servicio de Oftalmología del Hospital Almenara ha seguido atendiendo, a lo largo de toda la pandemia, enfermedades oculares de daño en la retina, así también como el síndrome de ojo seco, la queratitis actínica (lesiones corneales) conjuntivitis, la formación de cataratas y la degeneración macular o de algún nervio óptico.
Finalmente, el especialista advierte que, si usted detecta algún déficit en la agudeza visual, alguna distorsión de imagen, molestia como fotofobia, lagrimeos, u ojos rojos, o tiene antecedentes de patologías oculares, no dude en acudir a su centro de salud más cercano porque puede tratarse de un desorden irreversible o una ceguera permanente.