La vacuna contra la covid-19 para niños de 5 a 11 años tiene una eficacia estimada del 90.7% para prevenir los síntomas de la infección y cuadros severos que podrían llevar a hospitalización o al internamiento en una cama UCI.
Así lo informó Jorge Luis Candela, infectólogo pediatra del Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña, al recordar que el fármaco que se pondrá desde este lunes 24 de enero a los niños del país es de la farmacéutica Pfizer.
“Es una fórmula especial para niños, su concentración es tres veces menor que la destinada a los adultos y su eficacia estimada es del 90,7 % para prevenir infección sintomática”, dijo a la agencia Andina.
El pediatra especializado en cuadros de infección aseguró que es posible que los niños presenten algún tipo de efecto secundario, tal como ocurre con vacunas que forman parte del Plan Nacional de Vacunación y que son administradas de forma regular desde el nacimiento.
"Las vacunas que rutinariamente se colocan a los niños como, por ejemplo contra la papera, la pentavalente, la influenza o el neumococo también producen ciertas reacciones adversas, como fiebre. Es un evento esperado en todas las vacunas que están años en uso", declaró.
“La vacuna se considera segura, aunque los efectos adversos más frecuentes son dolor o enrojecimiento del brazo, fiebre, malestar general o escalofríos, los cuales pueden durar entre 1 a 3 días”.
Estos efectos adversos que se presentarían luego de recibir la vacuna son los mismos que se presentaron en el público adulto y son leves; sin embargo, hay un pequeño grupo que presentará estos síntomas un poco más fuertes.
“Para los niños que presenten estos síntomas un poco más intensos, la recomendación para ellos es tomar paracetamol, pero recordemos que su ingesta no es preventiva sino condicional al dolor o malestar”, añadió el infectólogo.
Asimismo, Candela informó que un grupo muy reducido -solo 5 personas de un millón de vacunados- suele presentar un cuadro leve de miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) o pericarditis (inflamación de la capa exterior que recubre el corazón).
“La miocarditis y la pericarditis se presenta en 4.7 niños por cada millón de vacunados, y es un cuadro leve, autolimitado, de evolución favorable y que no deja secuelas. Los casos de la gran mayoría se han descrito como moderados y han tenido una evolución favorable”.
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