Hoy temprano, el Unicef pudo acceder a Abaco, el área de las Bahamas más afectada por el huracán Dorian hace tres días. En y alrededor de Marsh Harbour, en la isla de Abaco, el equipo del Unicef fue testigo de una devastación y destrucción generalizadas.
Las escuelas y los hospitales están aplastados; casas y caminos se han derrumbado; carros y botes están colgados en los árboles.
Los niños y sus familias que sobrevivieron al huracán han perdido sus hogares, parientes, sus medios de subsistencia y se han quedado con poca agua y alimentos. El reloj corre para que reciban asistencia vital. Más de tres días después del huracán, las familias necesitan urgentemente agua potable.
En las Bahamas, se estima que más de 18,000 niños han estado expuestos al impacto del huracán.
La infraestructura en algunas partes de Abaco ha sido severamente dañada o destruida, lo que presenta serios desafíos logísticos y dificulta el acceso humanitario.
En apoyo del gobierno y las agencias asociadas de la ONU, el Unicef trabaja las 24 horas para comenzar la distribución de suministros que salvan vidas de las familias necesitadas.
Se espera que el primer envío de suministros de agua y saneamiento del Unicef, incluidas tabletas de purificación de agua para unas 9,500 personas, llegue a las Bahamas el 8 de setiembre.
El Unicef busca urgentemente cuatro millones de dólares para ampliar su respuesta de emergencia al huracán Dorian en las Bahamas.
Más en Andina:
(FIN) NDP/RGP
GRM
Publicado: 7/9/2019