La Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) presentó hoy a los tres estudiantes que alcanzaron las mejores calificaciones en el examen de admisión 2024-II, el cual se desarrolló la semana pasada durante tres fechas en las que participaron más de 5,300 postulantes de diversas regiones del país.
El primer lugar en el cómputo general del examen 2024-II lo obtuvo Diego Bruno Díaz García (17), quien alcanzó 17.706 puntos y estudiará Ingeniería Mecánica-Eléctrica; el segundo puesto fue para José Antonio Arredondo Tomairo (17), quien logró una vacante en Ingeniería de Software con 17.313 puntos; y el tercer puesto se lo llevó César Miguel Soto Quispe (18), quien ingresó a la carrera de Ingeniería Industrial con 17.248 puntos.
Todos ellos fueron reconocidos en una ceremonia desarrollada hoy martes en la sede central de la UNI, en presencia de sus padres y del rector, Alfonso López-Chau, y otras autoridades universitarias.
Primer y tercer puesto
Entre los aplausos y las felicitaciones, dos jóvenes destacaron no solo por sus altos puntajes en las pruebas de ingreso, sino por la profunda emoción que reflejaba sus miradas. Han alcanzado el primer y tercer puesto en uno de los exámenes más exigentes del país, pero su celebración estuvo teñida de una melancolía que conmovió a los presentes.
Diego y César no se conocen más que de vista, pero sus historias se entrelazan en una trama de esfuerzo, sacrificio y una ausencia que pesa más que cualquier trofeo.
Diego, quien vive en Los Olivos, se despidió de su padre hace un par de años, dejando en su familia un vacío profundo e irremplazable. A pesar de su ausencia, lleva consigo los valiosos consejos de su padre, un dedicado profesor de Cajamarca. Su legado continúa inspirándolo y guiándolo en cada paso que da.
“Quiero agradecer a todas las personas que me apoyaron, a mi mamá, a mis hermanos, a mis amigos que también influyeron bastante en mí y, en especial, a mi padre que ahora ya no está con nosotros, ojalá me hubiera visto, pero sé que está muy orgulloso de mí”, resaltó Diego Díaz, quien obtuvo el máximo puntaje en el último examen de admisión.
Por su parte, César perdió a su padre durante la pandemia del covid-19. Aunque la enfermedad apagó su sonrisa, su memoria y enseñanzas perduran en su hijo, quien siempre vio en él una figura a seguir.
“Al principio fue chocante la pérdida de mi padre. Durante un tiempo, dejé todo de lado; no quería estudiar ni dedicarme a nada. Pero, al recordar sus constantes palabras de aliento, encontré la inspiración que necesitaba. Un día desperté con otros ánimos y decidí comenzar de nuevo”, comentó César Soto a la Agencia Andina.
El camino hacia la UNI no fue fácil. Cada fórmula aprendida, cada noche en vela, cada página de teoría fue un esfuerzo dedicado a sus padres. A pesar del dolor, ni Diego ni César flaquearon.
Al contrario, encontraron en la inspiración de sus padres la fuerza para seguir adelante, convencidos de que cada paso que daban en ese camino de estudio y preparación los acercaba más a sus seres amados, allá donde estuvieran.
"Siempre me imaginaba a mi padre detrás de mí, animándome a estudiar con más ganas y a dar lo mejor de mí. Me decía que todo esfuerzo tendría su recompensa, y así ha sido”, apuntó César, quien actualmente vive en Puente Piedra.
“Este logro se lo dedico a mi papá en mayor parte porque, gracias a él, hoy soy lo que soy. Estoy muy seguro que él estaría ahora abrazándome también”, agregó el estudiante, quien ahora cumplirá su sueño de estudiar Ingeniería Industrial en una de las universidades más prestigiosas del país.