El Perú es tan diverso que contarlo con una sola voz no alcanza. Tunki (gallito de las rocas), Lamita (llamita andina) y Tato (perro sin pelo) son tres patas que recorren juntos la selva, la sierra y la costa, mostrando con orgullo todo lo que hace único a nuestro país: su naturaleza viva, su cultura milenaria y su sabor inigualable.
Tunki no solo es reconocido como el ave nacional. Es el guardián de los bosques tropicales y un símbolo viviente de nuestra biodiversidad. Vive en lo profundo de la Amazonía y, mientras picotea frutos silvestres, ayuda a regenerar el bosque, señala
Marca Perú.
Si escuchas los sonidos de la selva es probable que lo veas también moviéndose al ritmo de la naturaleza. Tunki es ese Perú verde, vibrante y lleno de vida.
Lamita es la voz de los Andes. Con su lana gruesa y corazón fuerte carga en su andar siglos de sabiduría ancestral. Representa el espíritu resistente y cálido que caracteriza a nuestra gente. Donde hay una llama, hay historia. Y donde hay historia, hay cultura peruana.
Tato es puro flow costeño; representa la alegría del mar, el ritmo del cajón, el sabor del cebiche y la chispa de la fiesta criolla. Su origen se remonta a la cultura Mochica y desde entonces ha sido parte de nuestra historia. Reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación, hoy representa con orgullo a los peruanos que saben que nuestra identidad también se celebra con sabor.
Tunki, Lamita y Tato son tres patas distintos, pero un solo Perú. Juntos nos recuerdan que ser peruanos es motivo de orgullo, de herencia compartida y de tradición viva. ¿Con cuál te identificas?