El español Carlos Alcaraz consiguió el pase a la tercera ronda de Roland Garros, en un encuentro de oficio y sacrificio frente a un rival desconocido, el neerlandés Jasper de Jong, procedente de la fase previa, 176 del ránking a sus 23 años, que acabó ganando un set, 6-3, 6-4, 2-6 y 6-2.
Aparecía de nuevo Carlos Alcaraz por la Philippe Chatrier en un día desangelado por la constante lluvia que azota París. Además, tenía en frente a un De Jong completamente distinto a Wolf, el rival al que venció el español en primera ronda de Roland Garros. El holandés se agarra más a la pista, mucho más táctico y con más cabeza que el americano.
Tenía, por lo tanto, un partido diferente el murciano, a pesar de jugar de nuevo con el techo cubierto, e iniciaba el encuentro un poco frio, con una grada demasiada tranquila y un break abajo. Necesitaba encontrar el ritmo y meterse en el partido en un duelo de los que siempre se pueden complicar. Y no tardó el de El Palmar, con paciencia y seriedad, en subir el nivel para devolver la rotura.
- De menos a más
De esta forma, con derechas profundas y moviendo al holandés, se empezaba a notar más cómodo en la pista y con un gran revés paralelo, que le está ayudando y de qué manera en sus dos primeros partidos, volvía a romper y se colocaba por delante en el primer set. Supo aguantar la tentativa de un dinámico De Jong y defendió tres bolas de break para después hacerse con un primer set (6-3) en que el fue de menos a más, tanto en juego como en confianza.
Una vez superado un movido primer set, Alcaraz se soltó y empezaba a sentir mucho más su derecha, aquella que le trae tantos quebraderos de cabeza, su revés seguía firme y las sensaciones mejoraban. Pero De Jong no se iba a rendir tan temprano, se mantenía firme con una derecha que incidía y se movía por toda la pista. Ambos se divertían ante el intercambio de golpes ganadores y dejadas para agradecimiento de una grada que poco a poco se iba animando.
- Una muralla llamada De Jong
“Acelera, tío”, le pedía Juan Carlos Ferrero a su jugador, pidiéndole un puntito más al español para que se soltará cada vez más con su derecha, y se metiera en la pista para dominar el punto. Cosa complicada ante un De Jong que siempre tomaba la iniciativa con su saque y que, con mucho esfuerzo y reventando la bola, era capaz de mantener sus servicios.
Las bolas de break a favor de Alcaraz se sucedían (0 de 8 en el segundo set), pero no terminaba de materializarlas. A pesar de las ocasiones perdidas, el español insistía sabiendo que ese era el camino y que tarde o temprano llegaría la preciada rotura. “A disfrutar, Charlie, que se te note”, le volvía a aconsejar Ferrero al murciano. Pero no había forma de hincarle el diente al holandés que seguía aferrado a la pista y disponía de una bola de break que podía complicarle la vida a Carlitos. Aguantó el español, sacó los dientes y soltó su derecha para evitar sustos.
- A la novena fue la vencida
El partido estaba siendo precioso de ver porque ambos tenistas se estaban dejando la piel en cada intercambio, les gustaba cerrar los puntos en la red y ambos no paraban de dejar grandes golpes; algo normal en Alcaraz, pero sorprendente en De Jong, número 176 del mundo. Hasta que el español dijo basta, rompía el servicio del holandés a la novena bola de break, y se llevaba un serio y competido segundo set por 6-4.
El hecho de verse con dos sets abajo parecía indicar que De Jong iba a tirar la toalla, había competido de forma digna los dos primeros sets, pero el tanque de gasolina se iría agotando. O eso fue lo que debió de pensar Alcaraz, que salió más relajado y el holandés se mantuvo intacto. De esta forma, De Jong le rompía el servicio y se adelantaba en el tercero.
- Bloqueo y al cuarto set
No esperaba esta situación Alcaraz, que desconectó por un momento del encuentro. No tomaba buenas decisiones y fallaba más de lo que estaba mostrando. Todo lo contrario que De Jong, que subía una marcha más a su tenis, volvía a romper el servicio y, contra todo pronóstico, se hacía con el tercer set por 6-2.
No parecía haber sido un simple desliz porque la cuarta manga empezaba como la tercera, con un Alcaraz errático y desquiciado mientras que De Jong seguía firme en su cometido, aunque con molestias por el desgaste del partido. Ambos se rompían el servicio, pero el holandés volvía a quebrar a un Carlitos muy dubitativo e incapaz de encontrar la solución para resquebrajar el muro holandés.
Tocaba ponerse el mono de trabajo ante una situación que cada vez se complicaba más con un Alcaraz en apuros y un De Jong tocado, pero insistente en su cometido de hacer sufrir hasta el final. El español recuperaba el servicio y por primera vez desde el segundo set se ponía por delante. Las dudas también llegaban al neerlandés, limitado por sus molestias y el cansancio. Y olió la sangre el murciano que, decidido y valiente, le rompía el saque para colocar el 4-2.
Al fin, Alcaraz derribó la gran resistencia de De Jong que llegó agotado al final del cuarto set, pero que mostró un nivel de tenis superior al que su ranking refleja. Mientras que el español se llevó una trabajada victoria y, quizás, necesaria para coger ritmo y sensaciones ante lo que le puede deparar este Roland Garros. Con sufrimiento, pero con determinación para dar un paso más en París.