Andina

Tarata: el día que el corazón de Miraflores se convirtió en un infierno

ANDINA/archivo

11:01 | Lima, jul. 16.

Por José Vadillo

“¡Carlos, Carlos!”, el grito desgarrado del hombre que, entre los escombros, entre las cenizas, busca a su familiar, sobrecoge, a pesar de que aquella cinta sangrienta parece lejana, carcomida por los años, por la desmemoria que siempre parece atacarnos.

Las pesadillas de esa noche, acompañaron a Vanesa Quiroga Carvajal. Era una niña de 12 años y su madre era vendedora ambulante en calle Tarata. Ese día, Vanesa la acompañaba cuando sucedieron los hechos y perdió su pierna. Vanesa se convirtió en la niña símbolo de la marcha por la paz que encabezó el desaparecido alcalde Alberto Andrade Carmona. 
 
Los especialistas los llaman “daños psicológicos”, dicen que los shocks son tan profundos, que, a veces, no basta la vida entera para borrarlos. Una mujer, por ejemplo, se atavió de mudez durante siete meses.

Osvaldo Cava Arangoitia se recordará siempre subiendo a buscar a su hermano Pedro, un joven odontólogo de 27 años que falleció en el atentado. En el camino, se encontraría con cadáveres mutilados y el desfile de sus vecinos del edificio en la calle Tarata, bajando con heridas en el rostro, con oídos y narices llenos de sangre. 

Para los 155 heridos, para los familiares de los 25 muertos y de los 5 desaparecidos, la noche del 16 de julio de 1992, en la calle Tarata, en Miraflores, siempre será lo más parecido al foso del infierno. 

400 kilos de dinamita con anfo


El automóvil era un Datsun color guinda. No tenía placa de rodaje y llevaba alrededor de 400 kilos de una letal combinación de dinamita con anfo (nitrato de amonio con petróleo). 

Cuatro integrantes de Partico Comunista del Perú - Sendero Luminoso (PCP-SL), que respondía a los alias de “Carlos”, “Lucía”, “Antenor” y “Franco”, se había encargado la tarde de ese día de empaquetar los explosivos en el “coche bomba”. 

Otros dos terroristas, “Nicolás” y “Arturo”, se encargarían de trasladar el vehículo, secundados por otro auto que sí tenía placa (un Toyota, con placa LQ-3655), donde huirían tras dejar el mortal Datsun aparcado en el objetivo. Ambos vehículos habían sido robados exprofesamente para el atentado.

Hace 28 años del terror


Ese día de hace 28 años, cuenta el Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional (2003), la palabra “atentado” se había conjugado en plural y circulado con fuerza en la capital. 

Lo decían los informes de las radios, y fueron a cubrir los telenoticiarios para sus informes de la noche. No se trataba más que una estrategia de Sendero Luminoso para distraer la atención de la Policía.

Aquel 16 cayó jueves y la agencia del Banco Latino del distrito de La Victoria y las comisarías de San Gabriel, José Carlos Mariátegui y Nueva Esperanza, del distrito de Villa María del Triunfo, sufrieron atentados previstos por SL. 

La avenida José Larco lleva el nombre del italiano que llegó a alcalde del distrito. Larco era el point de la Lima moderna. Inclusive el grupo de rock progresivo Frágil la había coronado, en la década anterior de los ochenta, con una canción epónima, “Avenida Larco”. 

El objetivo de Sendero Luminoso era hacer explosionar el coche bomba contra las oficinas del Banco de Crédito, ubicadas en el cruce de Schell con Larco. Los dos vehículos fueron hasta las inmediaciones del objetivo, pero un vigilante no les dejó aparcar ahí. Cambiaron el plan rápidamente y deciden aparcar el letal auto en la lateral cuadra dos de la calle Tarata, donde se ubicaban cinco edificios residenciales. Los atacantes huyen inmediatamente en el auto Toyota y lo abandonan en la cuadra seis de Larco. 

A las 9:20 de la noche el coche bomba detonó. Tarata y las inmediaciones se convertirían en un paisaje desolador, con gente ensangrentada corriendo y gritando. 

Los "coches bombas"


Señala el informe de la CVR que ese año 1992, cuando Alberto Kenya Fujimori dio un autogolpe el 5 de abril, estuvo marcado por la explosión de “coches bombas”: 37 de estos vehículos estallaron entre enero y julio de ese año y provocaron la muertos de 50 personas, aproximadamente. En febrero de ese año, la luchadora social María Elena Moyano había sido asesinada por Sendero Luminoso en Villa El Salvador, delante de sus hijos. 

El atentado terrorista en Tarata dejó 25 muertos. La Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional informó que, del total, 5 personas no fueron nunca reconocidas: tres mujeres y dos varones. A ello se suman los 5 desaparecidos y los 155 heridos. 

Los fallecidos eran personas entre 2 y 78 años de edad. El grueso de las víctimas, eran ciudadanos entre los 21 y 45 años de edad. 

A la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (DINCOTE) le tomaría cuatro años de investigaciones dar con los autores del hecho. Ellos formaban parte de los “destacamentos especiales” 12, 15 y 18 de la dirección zonal centro del PCP-SL, sostiene la CVR.  

Dos años, el 16 de julio de 1994, sobre esa cuadra dos de la miraflorina Tarata se inauguró el paseo de la Solidaridad y un monumento de granito en medio de un ojo de agua artificial, que es un homenaje a todas las víctimas. 

Aquí nació el Perú, dice la placa en el frontis. En la otra cara,se lee una frase tomada del discurso que ofreció el papa Juan Pablo II en Ayacucho, en febrero de 1985: 

¡El mal nunca es el camino hacia el bien! No podéis destruir la vida de vuestros hermanos... Por ello, os suplico, con dolor en mi corazón, y al mismo tiempo con firmeza y esperanza, que reflexionéis sobre las vías que habéis emprendido... Os pido, pues, en nombre de Dios: ¡Cambiad de camino! ¡Convertíos a la causa de la reconciliación y de la paz! 

-La explosión del "coche bomba" afectó un radio de 400 metros a la redonda, y ocasionó daños materiales en viviendas, locales comerciales y bancos, valorizados en tres millones de dólares. Afectó a 360 familias. 

-El Lugar de la Memoria recuerda que ocho años antes, el 16 de julio de 1984, alrededor de 40 senderistas secuestraron un bus y asesinaron a 117 campesinos en la ruta a Soras, provincia de Sucre, región Ayacucho, en represalia porque los comuneros se aliaron en la lucha contra la subversión.

Más en Andina



(FIN) DOP/RES

Video: Así lo contamos: 28 años del atentado de Tarata
portada
Publicado: 16/7/2020