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Soporte familiar adecuado prepara a niños a enfrentar situaciones difíciles

ANDINA/Difusión

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14:43 | Lima, ago. 17 (ANDINA).

Muchas veces la principal preocupación de los padres es proveer a sus hijos de alimentos, la mejor ropa, comodidades o matricularlos en buenos mejores colegios; sin embargo, olvidan o descuidan el factor emocional, importante en la educación y formación de un niño, afirmaron hoy psicólogos del Sisol.

Al celebrarse este domingo 18 el Día del Niño, María Menacho, psicóloga del Hospital Sisol de Surquillo, dice que los padres deben preocuparse por brindar a sus hijos un ‘soporte familiar adecuado’; es decir, darle ‘soporte emocional’, físico y económico’.

El ‘soporte físico’ les otorga techo, comida y abrigo; el ‘económico’ provee los medios necesarios para brindarle educación y asistencia en salud; y el ‘soporte emocional’ le procura al niño un ambiente armónico, coherente, con reglas claras que le den la seguridad de contar siempre con sus padres.

Menacho refiere que la ‘personalidad’ del individuo la constituyen el temperamento, que es innato, y el ‘carácter’, que se forma de la interacción del individuo con su medio ambiente; es decir, por lo que aprende del entorno. Esto convierte a los padres en el primer elemento formador del carácter de sus hijos, quienes “aprenden de lo que ven”, por lo que deben ser un modelo de conducta.

Tolerancia a la frustración

Señaló que el principal ingrediente de un carácter fuerte es la tolerancia a la frustración. El estilo de vida actual lleva a los padres a permanecer fuera del hogar por trabajo o estudios, lo que los hace sentirse culpables y a querer compensar su ausencia comprando todo lo que piden sus hijos.

"Los hijos se acostumbran a obtener gratificaciones inmediatas, a no tolerar la espera, a no tolerar una negativa y sobre todo a no hacerse responsables de las consecuencias de su propia conducta, lo que los convertirá en adultos inmaduros; además, puede ser una puerta abierta a diversos tipos de adicciones y problemas de conducta por una falta de control de impulsos”, refirió.

Por ello, la psicóloga consideró que una buena educación se debe basar en el afecto y la comunicación, colocando normas, límites y autonomía, sin confundir la dureza con la arbitrariedad. “Amar a un hijo no significa hacer las cosas por él, sino buscar que aprenda a valerse por sí mismo”, aconsejó Menacho.

Consideró ese mismo ‘afecto y comunicación’ como pilar fundamental para sostener una buena relación entre padres e hijos, ya que les permitirá ser cálidos y afectuosos; además, las ‘normas y límites’, les ayudará a guiar su comportamiento; mientras que la ‘autonomía’, anima a ser más independientes.

Las conductas en las que se manifiestan estos pilares son, entre otras, escuchar lo que dicen nuestros hijos, no criticarlos, darle importancia a lo que dicen, enseñarles a comunicar sus sentimientos con nuestro ejemplo, controlar nuestros propios impulsos, demostrarle nuestro afecto, conocer sus amistades, permitir que cometa errores y asuma sus consecuencias, mostrándoles nuestro apoyo pero dejando que sean ellos los que solucionen sus pequeños fracasos, aseveró la especialista.

Finalmente, dijo que esta fortaleza emocional va a preparar al niño a ser un adulto menos vulnerable y susceptible a los acontecimientos de la vida diaria, porque lo va a ayudar a enfrentar de manera adecuada las dificultades y retos que se le presenten, es decir, porque es el ingrediente principal de una personalidad bien estructurada.

(FIN) NDP/RRC


Publicado: 17/8/2013