La Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), señaló que los nutrientes de alta calidad y valor biológico que posee el pescado azul, lo convierte en uno de los cinco alimentos claves que debe consumir todo deportista de alta competencia para mejorar su desempeño y rendimiento dentro de los torneos.
Si bien cada disciplina tiene requerimientos nutricionales específicos, lo cierto es que todas se benefician de los nutrientes del pescado pues ayudan a formar masa muscular ya sea en la etapa de pre entrenamiento, así como durante la competencia y posterior a ella.
“Lo que queremos difundir es que más peruanos consuman lo que nos da nuestro mar tan diverso, reconocido a nivel mundial como uno de los 5 mares más importantes que tiene el planeta.”, indicó Cayetana Aljovín, presidenta de la SNP.
En ese contexto, destacó que Perú es el país que más pescado consume en Latinoamérica. Sin embargo, estima que para disminuir en gran medida los niveles de anemia que existe en el territorio nacional, será necesario incrementar la difusión y consumo de estos productos marinos, con el fin de llegar al Bicentenario como un país saludable.
“El promedio mundial de consumo de pescado es de 19 kilos. El Perú consume 21 kilos. Lo que queremos es llegar al consumo de 27 kilos de pescado por peruano al 2021”, anotó.
¡A comer pescado!
Comer tres veces a la semana pescados azules tales como bonito, jurel, anchoveta o atún, en porciones de 120 a 150 gramos, contribuye en gran medida con los requerimientos nutricionales necesarios que todo deportista necesita.
Estos productos marinos son ricos en minerales esenciales como el hierro, magnesio, fósforo y potasio. Además, poseen vitaminas de los grupos A, D, E y es particularmente rico en las del grupo B. Por último, contiene grandes cantidades de yodo, que ayudan a proteger los sistemas nerviosos, digestivos y musculares.
Su consumo contribuye a una mejor prevención y recuperación de lesiones, pues gracias al Omega 3, las membranas celulares de todo el cuerpo –en especial de los músculos- se fortalecen y se vuelven más resistentes a la oxidación que se produce durante las prácticas deportivas.