Por Sofía PichihuaEl covid-19 se ha quedado con nosotros, afortunadamente, sin los efectos iniciales de la pandemia, sobre todo para las personas que se vacunaron. Sin embargo, eso no significa que ya no exista el virus que lo origina: SARS-CoV-2. La comunidad científica continúa su secuenciamiento para detectar las variantes que podrían ser riesgosas para poblaciones vulnerables. Descubre por qué se debe seguir de cerca su evolución.
La pandemia acabó con casi una década de avances en la mejora de la esperanza de vida en solo dos años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, la ciencia necesita aún respuestas y hay mucho por investigar.
El
covid-19 se convirtió rápidamente en una de las principales causas de muerte, situándose como la tercera causa de mortalidad a nivel mundial en 2020 y la segunda en 2021. Durante este período se perdieron casi 13 millones de vidas, de acuerdo con el
informe sobre las Estadísticas Mundiales de Salud de la OMS.
Si ya no estamos en pandemia, ¿por qué se debería continuar las investigaciones científicas sobre el covid-19 y su origen? El doctor Roger Paredes, Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas en el Hospital Germans Trias i Pujol, en España, señaló a la Agencia Andina que el covid-19 sigue causando hospitalizaciones y muertes en grupos de personas de alto riesgo, que no incluye únicamente a los pacientes adultos mayores.
"Estas son las personas mayores y también las personas que tienen inmunodeficiencias, es decir, que tienen algún problema en su sistema inmunitario. Cada vez hay más personas con inmunodeficiencias, por ejemplo, a nivel de muchos cánceres o cánceres hematológicos, linfomas, leucemias, que necesitan para su tratamiento modular el sistema inmune, frenar al sistema inmune o recambiar el sistema inmune. También hay otras enfermedades como la artritis reumatoide", sostuvo.
El especialista, que llegó a Lima esta semana para continuar con reuniones médicas sobre por qué debemos seguir prestando atención al covid-19, aseguró que la secuenciación genómica del virus que causa el covid-19 se realiza aún en todo el mundo, y se seguirá haciendo para estar preparados ante alguna variante de preocupación.
Como se recuerda, este año, la OMS puso en marcha la Red de la OMS sobre Coronavirus (CoViNet) para facilitar la detección temprana y precisa del coronavirus y el seguimiento de sus variantes, incluida la coordinación de las evaluaciones de riesgos. La red cuenta en la actualidad con 36 laboratorios de 21 países. En América Latina hay instituciones de Brasil y México.
Sin embargo, lo más importante luego del secuenciamiento es compartir esta información con la comunidad científica. Hasta el 28 de junio de 2024, las variantes de interés detectadas son la BA.2.86 (mutación de la BA.2) y la JN.1 (BA.2.86 + S:L455S).
"Pasamos de la variante alfa, beta a la variante delta, que era más más virulenta. Sí que es verdad que en aquel momento había poca gente vacunada y ahora hay mucha más gente (inmunizada), pero el efecto de la vacuna en una persona mayor dura unos seis meses, por eso nos tenemos que ir vacunando cada año. A la gente, esto le cuesta a veces, pero es muy importante tener claro que no estamos acumulando vacunas. La vacuna entra en nuestro cuerpo y desaparece el efecto al cabo de seis meses a un año", recordó el experto.
En su opinión, se estima que las nuevas variantes sean menos dañinas pero realmente los científicos no saben si aparezcan variantes de mayor preocupación. Es por ello que también se requiere mantener el secuenciamiento genómico del coronavirus. De igual manera, esta información es clave para continuar con el
desarrollo de nuevas vacunas.
Por otro lado, otro tema que requiere aún investigación es el llamado long covid o covid persistente. "Es la enfermedad que ocurre después de una infección viral, que ya se había descrito antes para otras infecciones como la gripe. Al haber tantísimas personas infectadas en todo el mundo realmente esto ha ocasionado que existan muchas personas con este síndrome post viral. A finales del año pasado se calculaba que había 65 millones de personas afectadas por este problema y se estima que en 10 años pueden llegar a ser 200 millones en todo el mundo. Esto es casi la cantidad de personas con enfermedad cardiovascular o más incluso que personas con cáncer", afirmó.
"Hay mucha mucha evidencia de que es una enfermedad real que afecta a todos los órganos del cuerpo, pero se está estudiando todavía la patogénesis, y todavía no tiene un tratamiento. La mejor manera de prevenir el long covid es que la gente esté bien vacunada", manifestó.
También recordó que, hace 70 años, el tratamiento para tuberculosis era el descanso en la cama. Los primeros estudios científicos comparaban el descanso en cama con el antibiótico estreptomicina, el primer fármaco eficaz contra TB.
Vacunación contra el covid-19
Las vacunas han evitado millones de muertes en todo el mundo y sí es posible que podamos tener
nuevas epidemias, alertó el experto. La ciencia busca unir las dosis de inmunización para que las personas puedan vacunarse una o dos veces al año.
"Hay vacunas precisamente que están combinando la vacuna del
covid-19 con la vacuna de la gripe y vacuna del virus respiratorio sincitial", sostuvo.
Para el médico investigador, la comunidad científica se encuentra más preparada ante una nueva epidemia. "Hace cuatro años, esta discusión sobre la preparación para una epidemia no existía incluso empresas las empresas diagnósticas ya tienen sistemas para saber en qué momento tienen que desarrollar tests o desarrollar pruebas", concluyó.
A la fecha, la mayor recomendación es identificar a la población vulnerable en casa, y acudir a los centros de vacunación. En el Perú, las campañas de vacunación contra covid-19 continúan en
centros de salud seleccionados.
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(FIN) SPV
JRA
Publicado: 8/7/2024