Por Azucena Romaní T.Escondidos en algunas zonas de la inmensa amazonia peruana aún sobreviven a la voraz deforestación algunos ejemplares de shihuahuaco, un noble árbol de madera rojiza y muy codiciada por los depredadores dada su altísima calidad.
Hace buen tiempo los madereros ilegales pusieron sus letales ojos en el shihuahuaco o charapilla - como lo llaman los loretanos- y se lanzaron a su extracción indiscriminada como lo hicieron en su momento con la caoba, el cedro y el palo rosa.
Los cálculos actuales resultan entonces muy preocupantes: en 10 o 12 años, el shihuahuaco, el gigante que aún se levanta imponente en sus 50 metros, sería solo un recuerdo.
Pero el empeño y la terquedad de un hombre amante de la naturaleza arroja una luz de esperanza de que el shihuahuaco no sucumbirá en las manos de depredadores voraces. En esta lucha no hay lugar para la derrota, no se puede bajar los brazos y Enrique Lorente lo sabe.
Lorente, español de nacimiento, empresario e investigador de la inteligencia vegetal, no podía permanecer indiferente a este terrible panorama y por eso decidió echarle una mano a las especies en extinción y convertir su finca Paraiso, enclavada en el kilómetro 39,7 de la carretera Iquitos-Nauta, en el último refugio del shihuacuaco y de sus amigos en peligro.
"Esta finca es experimental. Aquí germinamos el shihuahuaco de forma natural, en el vivero, lo rustificamos, es decir lo vamos acostumbrando a la luz y luego lo sembramos en el campo donde comienza su crecimiento normal", cuenta Lorente a la agencia Andina.
"Actualmente estamos reforestando en zonas privadas. Somos pocos los empresarios privados que lo hacemos con nuestros propios recursos Tenemos árboles semilleros para poder trabajar y seguir regenerando al futuro, no solo shihuahuaco sino también otras especies de alto valor", señala.
Al Shihuahuaco no solo se le reconoce su gran calidad de madera dura, muy útil para muchas cosas como para fabricar parquet, sino también su gran capacidad para retener muchísimo carbono y limpiar el ambiente. Requiere además muy poca agua para crecer.
En Paraíso ya hay 200 ejemplares creciendo en campo y 1,300 en proceso de germinación. Tenemos un proyecto para sembrar entre 15,000 y 20,000 especies en 20 hectáreas para darle un impulso más fuerte a nuestro objetivo, dice Lorente.
Pese al inmenso valor comercial de sus plantaciones, el investigador ha rechazado tentadoras ofertas económicas. “A mi edad ya no interesa el dinero”, dice y señala que lo más importante es trascender en la vida y su forma de hacerlo es ayudar a cuidar el medio ambiente y evitar la desaparición de especies tan valiosas.
El plan de reforestación que lleva adelante incluye también especies como el palo rosa, caoba, mari mari, shiringa o árbol del caucho y el huayruro, un árbol muy buscado que produce una madera muy dura, usada para construcciones en los puertos y cuya semilla roja y negra le atribuimos propiedades de talismán para atraer la buena suerte.
“Queremos impulsar también la reforestación de bolaína, una especie amazónica de rápido crecimiento y mucha demanda que puede contrarrestar el ingreso del pino chileno”, comenta.
Árboles incendiarios
Lorente lamentó que lo poco que se siembra en el país sea eucalipto o pino, pese que estas especies malogran el suelo y más aún este último produce trementina, una sustancia altamente inflamable usada para elaborar barniz y pinturas, por lo que se le conoce como árboles incendiarios. El fuego que desatan se vuelve incontrolable para los bomberos.
“Ambas son especies invasivas, requieren mucha agua para su crecimiento y degradan el suelo. Si pones pino o eucalipto cerca un río, esto bajará su cauce ocasionando problemas a la ganadería y agricultura”, asegura.
Lorente afirma que la trementina que produce el pino fue la causante del terrible incendio forestal registrado en Chile que consumió varias hectáreas de bosque y costó la vida de varias personas.
Igual sucedió en California, Portugal y España “pero como allí no se genera otro tipo de madera hay que mantener esos cultivos porque hacen falta para la industria de la construcción”.
Perú, potencial mundial
En ese sentido, el experto consideró que el Perú puede ser una potencia mundial en el mercado de la madera porque tiene la capacidad de producir especies de mucha mayor calidad, que no causan problemas y con mucho mayor valor comercial.
“El metro cúbico de madera de los árboles amazónicos está entre los 1,000 y 1,500 dólares y la caoba por encima de los 5,000 dólares, mientras que el pino cuesta 150 dólares, por eso puedo afirmar que el Perú puede asumir tranquilamente el liderazgo mundial de la madera si se decide reforestar con árboles nativos”, comenta.
Según señala, Chile exportó el año pasado 7,000 millones de dólares de madera mientras que el Perú tiene cinco veces más bosques y sus maderas tienen muchísimo más valor.
Su trabajo esforzado implica recuperar esas especies nativas para que no sean parte del pasado, pero además mediante una germinación natural con plaguicidas y nutrientes sin químicos.
A su entender lo que hace falta para dar ese paso es voluntad política de reforestar con árboles nativos. Eso implica lógicamente, frenar la tala ilegal, prohibir la siembre de pino y eucalipto y suspender las concesiones forestales.
Por donde se le mire, reforestar con especies nativas de la amazonia sería siempre más conveniente, porque son plantaciones que no degradan los suelos, que cuidan el medio ambiente y, por si fuera poco, que tiene un valor muy superior en el mercado internacional.
Lo que se requiere ahora es el apoyo de las nuevas autoridades regionales, para o permitir que nuestra selva vuelva a respirar tranquila con árboles renovados, gracias al gran trabajo de soñadores como Enrique Lorente.
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Video: Shihuahuaco, árbol nativo de la amazonia que lucha por no desaparecer
Publicado: 6/1/2019