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SBS: inclusión financiera permite mejorar condiciones de vida de ciudadanos

También potencia actividades de las micro y pequeñas empresas

Socorro Heysen, jefe de la Superintendencia  de Banca, Seguros y AFP (SBS)). Foto: ANDINA/archivo.

Socorro Heysen, jefe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS)). Foto: ANDINA/archivo.

09:01 | Lima, nov. 28.

La inclusión financiera permite mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, pues posibilita afrontar choques negativos de diversa naturaleza suavizando el impacto que podrían tener en el consumo (de los hogares), señaló la jefa de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), Socorro Heysen.

En América Latina, se tomó la delantera con respecto a otras regiones del mundo en tratar de avanzar en la reducción de brechas de género e inclusión financiera, pero los países que hicieron políticas públicas avanzaron más rápido, comentó. 

“Empezamos temprano y avanzamos lento y con oscilaciones porque en nuestros países el desarrollo de políticas públicas tiende a ser un péndulo, pues a veces avanzamos y deshacemos cosas avanzadas, y a veces queremos reinventar cosas sin construir sobre lo ya avanzado, y eso es algo que debemos de evitar porque lo fundamental en construir país y desarrollo es hacerlo sobre lo previamente avanzado (…)”, subrayó.

En brechas de género, en América Latina se tuvo cinco décadas de mejora en educación de las mujeres, tendencia que se vio más temprano en la región frente al resto del mundo,y  se tuvo además una reducción en el número de hijos por familia y una mayor participación laboral de las mujeres, anotó. 

Pero aunque en América Latina las mujeres estudian más años que en otras regiones, siguen dedicándose a ocupaciones tradicionales, invierten gran parte de su tiempo en actividades domésticas no remuneradas, lo que influye en el mantenimiento de una brecha de ingresos con respecto a los hombres a lo largo de los años, señaló. 

A continuación, indicó que casi el 70% de la masa salarial en la región es masculino y el resto femenino. “Acá hay una reflexión y es cómo podemos desarrollarnos como región, si estamos desperdiciando el potencial de una parte relevante de nuestra población económicamente activa. Es algo que tenemos que enfrentar”, refirió.

Las brechas de inclusión financiera en América Latina refuerzan la limitación de oportunidades económicas de las mujeres, destacó. “El acceso al crédito también, es más bajo y es más bajo que el acceso a las cuentas de ahorro. Ahí hay un reto grande por cumplir”, comentó.

La inclusión financiera permite mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, pues posibilita afrontar choques negativos de diversa naturaleza, suavizando el impacto que podrían tener en el consumo (de los hogares), ya sea usando los ahorros en el momento en que no se generan ingresos o utilizando los créditos en épocas en que los ingresos son bajos o teniendo un seguro para cubrir las necesidades de salud o accidentes de diversos tipos, mencionó.  

Se observó lamentablemente en el último año o año y medio como las poblaciones no incluidas en el sistema financiero a raíz de la pandemia (del covid-19) sufrieron, pues no tenían ahorros para mantenerse más allá de uno o dos meses inactivos, y tuvieron que estar inactivos durante muchos meses, destacó.    

Además, de momentos en los que los créditos no estaban disponibles para todos y en el que las personas no estaban adecuadamente aseguradas para cubrir las grandes necesidades de salud, añadió.
 
La bancarización también, potencia las actividades de las micro y pequeñas empresas (mypes), permitiendo elevar la productividad de las personas que participan en estos emprendimientos, y con ello generan un potencial mayor de ingresos futuros para ellos y sus familias, refirió.  

También, permite generar un sistema financiero más transparente, más equitativo y más competitivo, resaltó esta semana durante su ponencia en el “Training Regional Gobierno Corporativo Resiliente e Inclusivo: Hacia un Enfoque de Género”, realizado en Ecuador. 

Bancarización de mujeres

En el caso de las mujeres, la inclusión financiera es particularmente importante para que alcancen la autonomía económica que les permita tomar decisiones dentro y fuera del hogar, rompan los círculos de violencia y logren beneficios para ellas mismas y sus familias, manifestó.

Como señala la Cepal, para que una mujer sea plenamente autónoma debe desarrollar tres tipos de autonomía: económica, física y política, enfatizó.

Entonces, aún cuando cerrar las brechas de género requieren de estrategias integrales, el sector financiero tiene mucho espacio para contribuir a reducir las brechas de género y lograr la reducción de la pobreza, así como la participación económica de las mujeres, consideró.

En Perú

En tenencia de cuentas de ahorros en el sistema financiero, en Perú hubo avances, pero las brechas de género aún persisten, y en acceso al crédito también, hubo progresos, aunque los montos de préstamo de las mujeres son mucho menores, comentó.




La participación de las mujeres creció a una tasa mayor en los créditos microempresa, siendo el préstamo promedio de las mujeres 33% menor al de los hombres, anotó.

Más del 70% de las mujeres en el Perú trabaja en microempresas y solo el 30% de esas microempresas se encuentran lideradas por mujeres, indicó.



El porcentaje de personas que pueden cubrir sus gastos por más de un mes es relativamente bajo, pero tal situación es más baja en las mujeres que en los hombres, comentó.

Ello se debería, en el caso de las mujeres, a que en muchos casos ellas asumen gran parte de los gastos del hogar y lo que poseen lo emplean en alimentación, salud y educación de sus hijos y/o familias, explicó la funcionaria.

Para el 2019, el 69% de los hombres y solo el 57% de las mujeres podían cubrir sus gastos por más de un mes, luego de perder su principal fuente de ingresos, destacó.

PNIF

Entonces se tiene tres grandes retos: la brecha de género, la inclusión financiera y la educación financiera y para enfrentarlos se requiere de la articulación de muchos actores en el sector público, así como de la participación fundamental del sector privado, anotó.

En ese contexto, en Perú se aprobaron políticas públicas sobre brecha de género para reducirla y políticas públicas para acortar la exclusión financiera, mencionó.

En la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF), que busca mejorar el bienestar económico de la población con un enfoque intercultural, territorial y de género, cuenta con cinco objetivos prioritarios (OP), señaló.

Estos OP son generar una mayor confianza de todos los segmentos de la población en el sistema financiero, contar con una oferta de servicios financieros suficiente y adecuada a las necesidades de la población, mitigar las fricciones en el funcionamiento del mercado, desarrollar infraestructura de telecomunicaciones y plataformas digitales para incrementar la cobertura y uso de servicios financieros, y fortalecer los mecanismos de articulación de esfuerzos institucionales, detalló.

Así para lograr un adecuado gobierno corporativo, se estableció la Comisión Multisectorial de Inclusión Financiera (CMIF), presidida por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), cuya función es articular los esfuerzos públicos y privados, anotó.

La secretaria técnica de la CMIF está a cargo de la SBS, cuyo papel es monitorear el avance de todos los planes y políticas de los distintos sectores, así como empujar el cumplimiento de los objetivos establecidos, mencionó. “La CMIF se reúne una vez al mes para discutir los avances”, añadió.

En Perú, ya se tiene seis años de trabajo continuo en políticas de inclusión financiera, comentó la funcionaria.

Se empezó en el 2015 con la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera, en el 2019 se aprobó la PNIF, en el 2020 se elaboró el Plan Estratégico Multisectorial (PEM) de la PNIF y en el 2021 la implementación del PEM, indicó. “A medida que avanzaron los años, tratamos de aprender de nuestros logros y fallas (…) y ahora tenemos objetivos que son más amplios y estamos abordando las fallas (…)”, agregó.

Objetivos prioritarios

Los cinco objetivos prioritarios (OP) del PEM de la PNIF, antes citados, involucran 30 medidas de política pública, de los cuales nueve corresponden al OP 1, 13 al OP 2, cuatro al OP 3, dos al OP 4 y dos al OP 5, refirió.

El OP 1 está bastante vinculado a temas de educación financiera y a mejor información para el público referida al sector financiero, sostuvo. “Se seguirá ampliando a todos los sectores con distintas competencias (…)”, agregó.

El OP 2 participan una serie de entidades públicas con programas específicos de microcréditos a poblaciones excluidas y con programas que mezclan asistencia técnica con microcréditos, tanto en el sector agrícola como en el rubro de producción, indicó.

En este punto está el proyecto del Banco de la Nación (BN) que busca desarrollar las cuentas básicas que se otorgarán a todos los peruanos que carecen de cuentas de ahorros en el sistema financiero, lo cual resulta importante, destacó.

Ello, debido a que durante la pandemia se notó cuánta falta le hacía al Estado la inclusión financiera porque le fue difícil lograr distribuir los bonos (de ayuda económica) a las poblaciones más vulnerables, que no estaban bancarizadas, explicó.

En este OP también, se encuentra el desarrollo de un sistema de información integrado sobre asuntos de inclusión financiera en el Perú, el cual es importante porque puede ser fuente útil para el sector publico y privado respecto a la ubicación de las necesidades insatisfechas (de la población) y sobre los temas que están y no están funcionando, y sobre lo que podría funcionar, precisó.

En el OP 3 se busca integrar los trabajos de protección al consumidor que realizan las entidades públicas y en Perú existen el Indecopi que se encarga de la defensa del consumidor financiero y también está la SBS, quien recibe reclamos y consultas de los clientes del sistema financiero, mencionó.

Ambos sistemas de información no están integrados y entonces, no existe una visión agregada de cuál es la situación real de los reclamos, pues una persona que se quejó en la entidad financiera, luego lo hizo en la SBS y también, en el Indecopi, entonces se contabiliza tres veces a la misma persona, señaló. “Es esencial este trabajo de articulación de información de reclamos”, dijo.

En este OP también, se encuentran las mesas de trabajo de conducta de mercado con instituciones públicas y privadas para tratar de mejorar la relación de la industria financiera con el público en general, indicó. “Se trata de un trabajo que haga que el sector financiero encuentre los mecanismos para relacionarse de la mejor forma con sus clientes”, añadió.

Estos temas de los tres OP iniciales son asuntos en los que la SBS tiene una participación muy activa y mucha responsabilidad, aseveró. 

Entonces se tiene por fin cerrar las brechas de género, generando indicadores de género, usando evidencia para el diseño de políticas de inclusión financiera y género, diseñando y desarrollando servicios financieros ajustados a las necesidades de las mujeres, y capacitando en educación financiera a la población, anotó.


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(FIN) MMG
JRA

Publicado: 28/11/2021