Encontrar una mesa vacía en la picantería La Capitana, no es fácil. La gente hace cola en la puerta en espera de una mesa para disfrutar la rica comida arequipeña que se prepara en este local desde hace 126 años, donde el cuy chactao, chupe de camarones, rocoto relleno y picantes son los platos más pedidos por los comensales.
Alfonso Díaz Huerta, esta a cargo de la picantería desde hace varios años y para quien diga que los hombres no saben cocinar se equivocaron, él heredó la sazón, las recetas y secretos de cocina de su madre Eloísa Huerta, quien a su vez siguió el legado de su abuela Elisa y ella de su bisabuela Trinidad Chávez, quien empezó toda esta historia culinaria cuando abrió una chichería en su casa, hasta donde llegaban agricultores de la zona para comer papas hervidas con llatan (rocoto molido) y beber chicha de guiñapo.

Años después la chichería se convertiría en una picantería conocida como El Mollecito, porque tenía un árbol de molle en medio de la casa. Cuando fallece doña Trinidad su hija Elisa se hace cargo del local, a ella le decían La Capitanita, porque su padre era capitán del Ejército, fue entonces que la gente dejó decir vamos a El Mollecito para decir vamos a La Capitanita.
Con el paso de los años la gente dejó de lado el diminutivo para dar paso a La Capitana, picantería con más de cien años al servicio de los comensales que desde el mediodía hacen cola para ocupar una mesa y disfrutar de la rica comida arequipeña.
Los comensales fieles de La Capitana son arequipeños, hombres y mujeres que gustan de su comida especialmente de los chupes que se sirven durante la semana como es el chaque los lunes, chayro los martes, Chochoca los miércoles, el jueves no atiende al público, y los viernes chuño molido.

“El 60 % de nuestros comensales son arequipeños, gente orgullosa de su comida que come sus chupes de la semana, un 30 % son turistas nacionales y un 10 % son visitantes extranjeros que llegan hasta nuestra picantería atraídos por nuestra gastronomía”, sostuvo Díaz Huerta.
La Capitana ofrece también a sus comensales chancho al horno, costillar frito, malaya dorada, pastel de tallarín y de papa, ají de calabaza, estofado de res, locro de pecho, sarza de patas, soltero de queso, torrejas y otros platos típicos de Arequipa que son del gusto de la gente.
A sus comensales no les molesta esperar unos minutos para ocupar una mesa, porque saben que serán ampliamente retribuidos por la sazón de la comida que se mantiene por décadas. La cocción de los alimentos se realiza a leña, es un detalle que garantiza la exquisitez de los platos que preparan en La Capitana.

La calidad de los productos que usan en la preparación de cada uno de los platos que ofrecen en su carta, es otro aspecto que destaca Alfonso Díaz, quien dijo que estos son de primera calidad y adquiridos a productores locales.
La Capitana forma parte de la Sociedad Picantera de Arequipa, organización que busca contribuir a la protección, promoción y desarrollo de la picantería arequipeña. En ese sentido Díaz Huerta está comprometido en recuperar platos típicos que ya no se prepararan como los loritos que se prepara con vegetales, caldo de bofe (pulmón de res), sesos hervidos y otros que ofrecerá en breve en su carta.
Recuerdo de los comensales
Se ha vuelto también costumbre que la gente que visita por primera vez La Capitana, deja un mensaje alusivo a su paso por la picantería en una de las paredes del establecimiento.

La gente suele expresar su satisfacción por la rica comida arequipeña que consumieron, dejan su nombre y el de sus acompañantes, la ciudad o país de donde proceden y la fecha de su visita.
Las paredes están llenas de elogios para la comida, los cocineros y la picantería por los exquisitos platos que ofrece. Estas palabras satisface a los propietarios y trabajadores de La Capitana, porque les permite saber que están haciendo bien las cosas.
En una de las paredes destaca un verso dejado por Augusto Polo Campos, en una de las tantas visitas que realizó a La Capitana, el escrito fue hecho en marzo de 1976. Existen otros mensajes dejados por artistas y políticos en las paredes que tomaría días poder identificarlas entre tantas frases y firmas.

La Capitana está ubicada en la calle Los Arces 209, Antiquilla, distrito de Cayma. No atiende los jueves, el horario de atención al público es a partir del medio día.