Cada 5 de junio se conmemora en el mundo una efeméride que es fundamental para procurar la preservación y el equilibrio de todo el entorno natural del planeta y con ello garantizar la supervivencia de la humanidad. ¿Qué se celebra en esta fecha y desde cuándo?, ¿Qué significado tiene y cuál es su importancia para el Perú? A continuación, la respuesta a estas y otras preguntas.
¿Qué se celebra el 5 de junio y desde cuándo?
El 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, fecha establecida en 1972 por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la ciudad de Estocolmo, capital de Suecia.
Esta fecha fue elegida para coincidir con la apertura de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, que fue la primera cumbre internacional importante dedicada a discutir y abordar los problemas ambientales a nivel global. Desde entonces, el Día Mundial del Medio Ambiente se celebra anualmente en todo el mundo.
Cada año lo auspicia un país diferente, y en este 2024 el anfitrión y organizador es Arabia Saudita.
¿Cuál es su significado?
En los últimos 50 años, esta celebración ha llegado a convertirse en una de las plataformas mundiales con mayor alcance en favor de las causas ambientales. Decenas de millones de personas se han sumado a participar de manera virtual y presencial en actividades, eventos y todo tipo de iniciativas alrededor del mundo.
¿Cuál es el lema del Día Mundial del Medio Ambiente 2024?
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Día Mundial del Medio Ambiente 2024 se centra en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía bajo el lema “Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la Generación Restauración”.
La ONU señala que los ecosistemas de todo el mundo están en peligro. Desde bosques y tierras áridas hasta tierras agrícolas y lagos, los espacios naturales de los que depende la existencia de la humanidad están llegando a un punto de no retorno.
Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas, lo que afecta directamente a la mitad de la población mundial.
“El número y la duración de los períodos de sequía han aumentado un 29% desde el año 2000 y, si no se toman medidas urgentes, las sequías podrían afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050”, advierte.
Cada cinco segundos se erosiona una superficie de suelo equivalente a un campo de fútbol. Sin embargo, se requieren 1,000 años para generar 3 centímetros de tierra vegetal. Los árboles en zonas urbanas pueden enfriar el aire hasta 5 ºC, lo que reduce en un 25% la necesidad de usar aire acondicionado.
“No podemos retroceder en el tiempo, pero sí podemos hacer crecer los bosques, revitalizar las fuentes de agua y restaurar los suelos. Somos la generación que puede hacer la paz con las tierras”, enfatiza la ONU.
La ONU afirma que la restauración del suelo es un pilar fundamental del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), que constituye un llamado a la protección y la revitalización de los ecosistemas en todo el mundo, un aspecto fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En año se celebra el 30º aniversario de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. El decimosexto período de sesiones de la Conferencia de las Partes (COP 16) en la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD) se celebrará en la capital saudí, Riad, del 2 al 13 de diciembre de este año.
¿Cuál es la importancia de esta efeméride para el Perú?
Esta fecha es muy importante para el Perú si tenemos en cuenta que la desertificación de suelos y la sequía son problemas asociados a la crisis medioambiental global más serios que el Perú enfrenta.
Las principales causas de la desertificación en el Perú se pueden clasificar según región geográfica. En la costa son la salinización del suelo, contaminación del suelo por relaves mineros y erosión eólica e hídrica. En la sierra, son el sobrepastoreo, contaminación y erosión eólica e hídrica. Mientras que en la selva la principal causa de la desertificación es la erosión hídrica, seguida de la tala y la minería ilegales.
Según el Ministerio del Ambiente, en el 2018 se estimaron en 22 millones 248 mil 100 las hectáreas de áreas degradadas en el territorio peruano, cifra que corresponde al 17.5 % de la superficie del país.
Por ejemplo, en la costa peruana, Piura y Lambayeque son las zonas más afectadas por la desertificación producto de la salinización. Es por esto que el Ministerio de Ambiente tiene como meta al 2030 mantener o disminuir dicha cifra de áreas degradadas.
Desde el Ministerio del Ambiente se ha implementado la Estrategia Nacional de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía 2016-2030, un instrumento de gestión pública que promueve la participación y movilización de diferentes actores públicos, privados, de la sociedad civil, de organizaciones sociales de base, de instituciones científicas y académicas y de la cooperación al desarrollo. Además, tiene como objetivo general prevenir y reducir la desertificación, la degradación de la tierra y el impacto de la sequía en el territorio nacional.
En la misma línea, la Dirección General de Cambio Climático y Desertificación del Ministerio del Ambiente ha establecido 52 medidas enfocadas en prevenir la erosión y mejorar el uso de los suelos; reducir la pérdida de cobertura de bosques y biodiversidad; y promover la conservación y la gestión sostenible de los recursos asociados a las tierras.
Asimismo, con estas medidas se busca beneficiar a los ciudadanos a través del mantenimiento de ecosistemas saludables, el fortalecimiento de la seguridad alimentaria y el desarrollo de capacidades de la población para hacer frente al cambio climático.
La ONU subraya que la desertificación y la sequía requieren de mucha atención porque cuando la tierra se degrada y pierde su productividad, la naturaleza se deteriora y transforma. En consecuencia, aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero, disminuye la biodiversidad, y disminuyen también los espacios silvestres que amortiguan la zoonosis (enfermedad infecciosa que ha pasado de un animal a los humanos) y que nos protegen de fenómenos climáticos extremos. Además, aumenta la dificultad de erradicar la pobreza y afecta la estabilidad socioeconómica y el desarrollo sostenible.
Destaca que restaurar las tierras contribuye a la creación de empleo, mayor seguridad alimentaria, recuperación de biodiversidad y disminución del defecto del cambio climático.
(FIN) LZD/MAO