La sarcopenia, enfermedad caracterizada por la pérdida de masa, fuerza y funcionamiento muscular, afecta a nivel mundial a 2 de cada 10 adultos mayores entre 60 y 80 años, y en mayores de 80 el porcentaje aumenta al 50 %. Un estudio científico en Lima revela que la salud del 20% de personas de 40 años a más está en riesgo debido a esta afección.
La
sarcopenia se manifiesta en
adultos mayores con síntomas como cansancio, problemas de equilibrio y dificultades para caminar y mantenerse de pie. La pérdida de masa muscular puede ocasionar caídas, rotura de huesos y otras lesiones que perjudican la capacidad de la persona para cuidar de sí misma.
Un estudio -realizado por científicos de la Universidad Científica del Sur, la Universidad de San Martín de Porres y otras instituciones- evaluó la salud muscular de 3.551 personas de 40 años a más, de dos entornos urbanos de bajos recursos de Lima.
La investigación científica, publicada en la
revista PLOS ONE, detalla que las evaluaciones fueron clasificadas en
sarcopenia y obesidad sarcopénica, una condición que implica la pérdida de masa muscular y el aumento de la masa grasa. Estas dos afecciones se pudieron identificar en alrededor del 20 % de los adultos evaluados.
¿Cómo detectar la sarcopenia en los adultos mayores?
De acuerdo con Fernando Runzer, médico geriatría de la Universidad Científica del Sur y uno de los autores del estudio, el tratamiento para ambas enfermedades, en líneas generales, es similar. No obstante, también se pueden tomar medidas específicas según los requerimientos de cada paciente.
“La sarcopenia mayormente se puede identificar en una persona delgada. Sin embargo, algunas personas con obesidad también pueden tener un déficit de músculo que ha sido reemplazado por un tejido graso, a esta condición se le denomina obesidad sarcopénica. Entonces ambas personas necesitan ejercicio físico y dieta rica en proteínas para recuperar músculo, pero la frecuencia y las cantidades serán completamente diferentes”, explica el epidemiólogo geriatra.
La investigación también identificó que la frecuencia de obesidad sarcopénica, en la población donde se realizaron las evaluaciones, es baja comparada con otros países de la región. Además, los resultados coinciden con la literatura mundial al identificar más casos de sarcopenia y obesidad sarcopénica en mujeres.
“Incluso las consecuencias de la sarcopenia suelen ser más graves en mujeres, y se relacionan con la osteoporosis, la fractura de cadera, el síndrome de fragilidad, entre otros”, señala Runzer, quien también es docente e investigador titular de la Universidad Científica del Sur.
Actualmente no existe un consenso médico en la metodología para diagnosticar sarcopenia. Por ello, los investigadores compararon diferentes formas de diagnosticarla utilizando equipos modernos que midan la masa muscular. Además, consideraron tres criterios principales: la masa muscular disminuida, la fuerza muscular disminuida y el rendimiento muscular disminuido.
Según Fernando Runzer, es necesario que los criterios de diagnóstico se adapten a cada población debido a las características anatómicas y los rasgos físicos y genéticos. En países como Estados Unidos las evaluaciones varían según criterios raciales, sin embargo, solo se tienen en cuenta las razas internas del país.
“Es muy importante que los criterios diagnósticos se adapten a cada población, ya que las características raciales podrían impactar en las mediciones actuales que usan mayormente fórmulas. Por ejemplo, los peruanos tienen una estatura promedio más baja que los europeos o norteamericanos. Esta y otras características antropométricas de las personas latinoamericanas deben tomarse en cuenta para las evaluaciones”, explica el especialista.
Por otro lado, al momento de hacer los exámenes, se tomaron en cuenta otros criterios como el sexo. Al momento de medir el rendimiento físico, la velocidad en marcha o la fuerza muscular, los investigadores usaron puntos de corte diferentes en mujeres y hombres.
“Así como en el diagnóstico, el tratamiento para la sarcopenia también varía en muchas ocasiones según las causas de la enfermedad en el paciente. Por ejemplo, las mujeres entre 50 y 55 años que recientemente han tenido menopausia y han desarrollado esta enfermedad, probablemente esté relacionada con la disminución de protección hormonal que tenía hasta hace unos años. Este cambio hormonal no sucede en los hombres y por ello su tratamiento tendrá un enfoque distinto”, explica el médico.
Los factores de riesgo más comunes en pacientes con sarcopenia se pueden reunir en cuatro grandes grupos: enfermedades cardiovasculares: hipertensión arterial, arritmia cardíaca u otros males; enfermedades metabólicas como diabetes, obesidad, etc.; enfermedades osteomusculares como artrosis, osteoporosis, etc.; y problemas de salud mental como demencia, depresión, ansiedad, etc.
“Estos cuatro grupos son factores de riesgo muy frecuentes en las personas que tienen sarcopenia. En el caso de las enfermedades osteomusculares, estas no permiten que la persona se movilice mucho debido al dolor que provocan al realizar algún movimiento. Asimismo, los problemas de salud mental y cognitivos en muchos casos reduce la socialización y aumenta la dependencia de otras personas para realizar actividad física”, explica Runzer.
¿Cómo prevenir la sarcopenia?
El geriatra recomienda un estilo de vida saludable, por ejemplo, evitar el consumo de alcohol y tabaco y mantener una actividad física constante. Además, recuerda que la atención primaria es crucial, sobre todo en personas con algunas comorbilidades como hipertensión, artrosis, osteoporosis, diabetes, dislipidemia u obesidad.
“Tener un estilo de vida saludable, ir al médico regularmente y monitorear las comorbilidades o síndromes geriátricos es mucho más efectivo para reducir las probabilidades de desarrollar sarcopenia. Asimismo, en caso ya se tenga esta condición, es mucho mejor detectarla tempranamente cuando el músculo aún no está muy desgastado”, finaliza el investigador.
Hoy, 26 de agosto, se conmemora el Día del Adulto Mayor. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), un total de 4 millones 748 mil personas, que representa el 13,9% de la población del Perú, es adulta mayor. Se trata de una población que crece rápidamente, alcanzando una tasa de crecimiento promedio anual de 2,7%, un ritmo de crecimiento mayor que el de la población de edades más jóvenes.
La población adulta mayor (60 y más años de edad) ha pasado de 6,4% en 1940 a 13,9% en el año 2024, lo que evidencia el proceso de envejecimiento de la población; mientras que la población menor de 15 años disminuyó de 42,1% en 1940 a 23,9% en el presente año.
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Publicado: 26/8/2024