La ceremonia ancestral que exhibe al Santuario Histórico y Parque Arqueológico de Machu Picchu como una de las mayores construcciones incas fue llevada adelante con la escenificación del Purucallay Raymi, fiesta conmemorativa sobre las obras del gran gobernante del Tahuantinsuyo, el inca Pachacútec.
La puesta en escena, como uno los homenajes principales en honor a la declaratoria de Machu Picchu como maravilla mundial, se desarrolló en el estadio José Nouchi Portillo, con el despliegue de más de 100 artistas que personalizaron al inca, la coya, la nobleza y su séquito.
Ronald Huallpa Huamán, licenciado turismo y director de la escenificación, explicó a la Agencia de Noticias Andina que esta ceremonia se ajusta a la grandeza arquitectónica de Machu Picchu, pues el mismo inca Pachacútec, tras la construcción de esta y otras obras, pidió que se evocara el Purucallay Raymi en su honor.
“Pachacútec ha mandado a hacer grandes construcciones en este lugar conocido como Antisuyo y uno de ellos es Machu Picchu. En memoria de eso, dijo Pachacútec, que quiero hacer una escenificación para que la población me pueda recordar siempre y esa escenificación es el Purucallay Raymi, antecesor al Inti Raymi”, resaltó.
Como muchas de las escenificaciones se asientan en datos históricos, Huallpa Huamán afirmó que el cronista Pedro Sarmiento de Gamboa relató aquellos rituales importantes que engrandecían las obras del soberano Inca. “Purucallay Raymi es un evento cultural escrito por crónicas, aquí no se ha inventado nada, entonces nosotros como la municipalidad estamos dando a conocer eventos culturales que han trascendido en la época”, manifestó.
Huallpa Huamán aseveró que la puesta en escena en esta época moderna tiene un vínculo con la declaratoria de maravilla mundial, dado que ahora se celebra un acto importante como lo fue, probablemente, en su época la construcción de Machu Picchu en el mundo.
Al estadio municipal concurrieron ciudadanos de Machu Picchu y algunos turistas atraídos por una feria gastronómica. Ellos, en medio de aplausos, recibieron y despidieron a la nobleza inca que mostró una gran placa de Machu Picchu como una maqueta a trabajar.
Las ofrendas a la pachamama, madre tierra, como la entrega de chicha de jora o el ritual de limpia, se cumplieron en medio de gran expectativa. La misma escenificación se institucionalizaría y tendría realce en los espacios de los baluartes de Machu Picchu.
(FIN) PHS