Una dieta equilibrada, que genere energía, es esencial no solo para mejorar la calidad de vida del estudiante, sino también para mejorar su rendimiento y cumplir sus metas; sin embargo, la carga académica y responsabilidades del día a día pueden ocasionar que los jóvenes descuiden sus hábitos alimenticios.
Por ello, el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación brinda una serie de tips para mantener una buena salud basada en el cuidado de la alimentación, de tal forma que se puedan obtener mayores beneficios académicos y de bienestar, en general.
Rocío Santayana Rengifo, psicóloga aliada del Pronabec, explica que la alimentación impacta directamente en el bienestar de la persona, por lo que, para tener una buena salud y mejorar el rendimiento académico, es importante el consumo “consciente” de alimentos que nutran al cuerpo, a fin de tener un sistema nervioso regulado.
“Existen estudios que denominan al intestino como el segundo cerebro. Ambos actúan, entre otras cosas, sobre el comportamiento, la cognición, el humor y las emociones. Por ello, la alimentación y el cuidado de este es fundamental en nuestra rutina y mucho más en los jóvenes, ya que les permitirá una mejor concentración, memoria, buen humor y óptimo rendimiento académico en la etapa de educación superior”, detalló la especialista.
¡La organización es clave!
Para no alterar los horarios de ingesta de alimentos es importante reconocer que las rutinas son imprescindibles y algunos consejos para ello pueden ser:
- Establecer horarios fijos: ingiere alimentos todos los días a la misma hora. De esa manera, regularás tu apetito. Si no comemos adecuadamente y dejamos pasar muchas horas entre comidas, o nos saltamos el desayuno, caeremos en la necesidad de consumir aquello que esté a la mano, principalmente comida chatarra.
- Usar una agenda o app para organizarte: el tener plasmadas las actividades que realizarás día a día te permitirá observar espacios libres o ajustar tus tiempos para actividades no negociables como la alimentación (desayuno, merienda, almuerzo, colación, cena) y el sueño.
- Establecer prioridades: en momentos de mucha carga prioriza una comida equilibrada y rápida (ensaladas con pollo, pescado, atún, carne); en días más tranquilos puedes tomarte el tiempo para preparar alimentos más elaborados.
Hay que aceptar, asimismo, que las rutinas aceleradas pueden conducir al descuido de los hábitos de alimentación en los estudiantes, por lo que el Pronabec te comparte seis consejos prácticos para no desatender este aspecto de tu bienestar:
- Planifica tus comidas una vez a la semana; de esta manera, el estrés y la preocupación ocasionados por no saber qué alimentos consumirás se reducirá. Cocina cantidades regulares, incluyendo verduras, proteínas, carbohidratos; y almacena porciones que puedes distribuir en la semana para llevar a la universidad o instituto.
- Cuando dispongas de tiempo libre busca opciones de restaurantes o cafeterías cercanas o dentro de la universidad para revisar el menú. Evita las cadenas de comida rápida.
- Lleva siempre contigo snacks saludables como granolas, salmas, frutas, frutos secos, y aprovecha los espacios que tienes entre clases para consumirlos. Recuerda también mantener una buena hidratación, pues el agua ayuda a sentirnos saciados.
- Si tienes amigos con horarios similares al tuyo pueden tomar la hora de almuerzo no solo para alimentarse, sino también para pasar un momento agradable, mantenerse informados y desarrollar actividades pendientes.
- Es válido, en ocasiones muy específicas, ser flexibles en las rutinas alimenticias haciendo ajustes para recurrir a la comida rápida; no obstante, la recomendación es optar siempre por comidas saludables (wraps, bowl de verduras).
Por último, la psicóloga Santayana manifiesta que es importante que los estudiantes gestionen adecuadamente su estrés para mantener equilibrados sus niveles de cortisol, ya que una desregulación de los niveles de esta hormona puede producir falta de energía, problemas en la memoria, insomnio y dificultad en la concentración, por lo que, además de cuidar la alimentación, es importante enfocarse en el manejo del cortisol, disminuyendo las tensiones, priorizando el sueño, la práctica de deportes y el autocuidado. Además aconseja el consumo de vitamina B, el magnesio y la ingesta frecuente de frutas y verduras.