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Prevención: ¿Por qué se debe evitar vivir en riberas y cauces de ríos y quebradas?

Asentamientos de poblaciones en estas zonas aumenta el riesgo de sufrir graves daños por huaicos e inundaciones

ANDINA/Andrés Valle

15:31 | Lima, mar. 15.

Son muchas las poblaciones en diversas partes del país que están padeciendo los enormes daños que causan los desbordes de ríos, activación de quebradas y huaicos generados por las intensas lluvias. Y estas personas damnificadas tienen algo en común: haberse asentado en las riberas y lechos de ríos cuyo caudal aumentó desmesuradamente hasta desbordarse, y en el cauce de quebradas que se activaron con las precipitaciones pluviales.

Ante esta realidad que se observa en todas las regiones del Perú es importante recordar por qué se debe evitar vivir en zonas que son parte o toda la ribera de un río y en el cauce de una quebrada que, aunque puede permanecer seca por un tiempo, termina activándose para formar un huaico que, dependiendo de su magnitud, ocasionará ingentes daños al arrasar todo a su paso.


¿Qué es una ribera, un cauce y una faja marginal?


Según la Ley de Recursos Hídricos N° 29338, la ribera es el área de ríos, arroyos, torrentes, lagos, lagunas, comprendidas entre el nivel mínimo de sus aguas y el que éste alcance en sus mayores avenidas o máximo caudal.


En tanto, un cauce es el espacio o terreno por donde discurren las aguas de un río durante el máximo crecimiento de su caudal, lo que sucede en temporada de lluvias. En temporada de estiaje o de bajo caudal y cuando un río cambia de curso, quedan libres del tránsito de las aguas diversas zonas que son ocupadas por los seres humanos con fines agropecuarios o para crear asentamientos humanos.


Por su parte, la faja marginal es el área inmediata superior a la ribera de un río u otras fuentes de agua, naturales o artificiales. Allí se forman bosques y áreas verdes que muchas veces son intervenidas por el ser humano con propósitos de vivienda y zonas de cultivo.


¿Por qué debe evitar vivir en las riberas y cauces?


Una parte de la población de nuestro país, en su afán de ganar terreno al cauce de los ríos y quebradas, termina ocupando áreas de su ribera, cauce y faja marginal construyendo viviendas, obras de infraestructura urbana y crea asentamientos humanos con propósito de ocupación permanente. 


Esta es una práctica común en todos los departamentos del Perú y son miles los asentamientos humanos, centros poblados, pueblos jóvenes y hasta urbanizaciones que se han instalado en zonas de ribera, faja marginal y cauce de ríos y quebradas que inicialmente estaban secos y disponibles para ocupación humana. Dicha ocupación no ha considerado que, a mediano y largo plazo, todo curso hídrico tiende a retomar su cauce. 


La actividad humana produce impactos negativos sobre estas zonas de alto riesgo debido a la expansión urbana por crecimiento poblacional y crecimiento económico; la deforestación de las defensas ribereñas; la deposición de residuos sólidos y vertidos; la extracción inadecuada de materiales de acarreo del cauce; la ejecución inadecuada de obras hidráulicas, carreteras, puentes, etc., así como las inadecuadas prácticas agrícolas.


El incremento de los asentamientos humanos en las riberas, cauce y faja marginal de los ríos y quebradas los pone en situación de alta vulnerabilidad. Ante ello, el efecto de las amenazas naturales se intensifica sobre la población, sobre todo la más pobre, creando un círculo vicioso de impactos frecuentes sobre sus bienes y medios de sustento. Ello, a su vez, reduce cada vez más su resiliencia ante eventos futuros y con ello sus posibilidades de progreso y desarrollo.


De acuerdo con el más reciente informe del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred) sobre escenarios de riesgo por las intensas lluvias, teniendo en cuenta el pronóstico del Senamhi hasta el 17 de marzo, los departamentos con nivel de riesgo Muy Alto comprenden una población expuesta de 1 millón 240,864 habitantes y 343,007 viviendas en todo el país.


En tanto, los departamentos con nivel de riesgo Alto comprenden una población expuesta de 1 millón 260,124 habitantes y 351,457 viviendas a escala nacional.

(FIN) LZD/MAO
JRA
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Publicado: 15/3/2023