Andina

¿Por qué el Carnaval Jaujino fue declarado patrimonio cultural?

Es una de las manifestaciones culturales más representativas de la provincia de Jauja

El carnaval jaujino ha ido adaptándose a diferentes procesos de cambio, especialmente al fenómeno migratorio. Foto: Municipalidad de Jauja

El carnaval jaujino ha ido adaptándose a diferentes procesos de cambio, especialmente al fenómeno migratorio. Foto: Municipalidad de Jauja

15:02 | Lima, nov. 18.

Por ser una de las manifestaciones culturales más representativas de la provincia de Jauja, región Junín, al integrar tradiciones locales y europeas, rurales y urbanas, el Carnaval Jaujino fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura.

Es un vehículo para la salvaguardia de expresiones musicales, del arte textil y del arte culinario tradicional de Jauja, gracias a la organización barrial y a la continuidad de las redes de parentesco y paisanaje que afianzan la identidad y cohesión social de los jaujinos.

Mediante la Resolución Viceministerial Nº 214-2018-VMPCIC-MC, se encargó a la Dirección de Patrimonio Inmaterial, en coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Junín y la comunidad de portadores, la elaboración de un informe detallado sobre el estado del Carnaval Jaujino cada cinco años.

La finalidad es que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes.

Según la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, “se entiende por Patrimonio Cultural Inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural".

Agrega que este patrimonio cultural inmaterial que se transmite de generación en generación es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia.

Solicitud

La norma precisa que con Oficio N° 331-2017-A/MPJ, del 3 de marzo del 2017, el alcalde de la Municipalidad Provincial de Jauja solicitó que el Carnaval Jaujino sea declarado Patrimonio Cultural de la Nación.

El Carnaval Jaujino, una de las manifestaciones culturales más representativas de la provincia, se celebra anualmente en cada uno de los 12 barrios de la ciudad de Jauja, entre el miércoles de ceniza y el inicio de la cuaresma; se puede extender hasta el inicio de la Semana Santa.

Los carnavales se organizan a través de instituciones barriales, cuyos miembros son vecinos e “hijos residentes” en otras localidades; es decir, aquellas personas que migraron en busca de mejores oportunidades laborales y de estudios, pero que mantienen una estrecha relación con el pueblo y sus instituciones.

Cada uno de estos barrios cuenta con una capilla que guarda una cruz, a la que se rinde honores durante la celebración del carnaval, muestra del sincretismo religioso y cultural que caracteriza a esta región de los Andes.

El Carnaval Jaujino implica una serie de actividades sociales y rituales; se considera como principales: la traída de monte, que consiste en recoger un árbol del bosque para su posterior uso ritual y su colocación en la plaza o lugar abierto; y el cortamonte, que radica en el corte colectivo del árbol extraído.

Por lo general, cada barrio organiza la fiesta en dos fechas diferentes, con una diferencia de dos días entre la primera y la segunda fecha. Sin embargo, según el antropólogo Manuel Ráez, algunos barrios sintetizan la celebración en un solo día.

Procesos de cambio

El Carnaval Jaujino ha ido adaptándose a diferentes procesos de cambio, especialmente al fenómeno migratorio, que ha llevado a que hoy en día muchos aspectos de la organización sean asumidos por los “hijos residentes”.

Por otro lado, en el expediente se considera que la evolución musical que ha experimentado la sierra central peruana por el surgimiento de la orquesta típica y, posteriormente, de la banda de música, ha influido decisivamente en el baile y en los actores sociales que lo ejecutan.

Se transmite de generación en generación, y se aprende a bailar en el hogar y las plazas de los barrios, desde la infancia, de la mano de los padres, los que heredan a sus hijos e hijas los ponchos, las mantas y llicllas con las que bailan.

Algunos barrios suelen organizar cortamontes infantiles, en los que participan niños de diferentes edades, que llegan incluso a ser padrinos de pequeños árboles.

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(FIN) JOT

Publicado: 18/11/2018