Planificación científica es el futuro de la agricultura peruana

Herramientas científicas guían el futuro del campo

La tecnología ha dejado de ser un complemento en la agricultura para convertirse en una herramienta indispensable para mejorar la productividad, la sostenibilidad y la rentabilidad del sector. ANDINA/Difusión

La tecnología ha dejado de ser un complemento en la agricultura para convertirse en una herramienta indispensable para mejorar la productividad, la sostenibilidad y la rentabilidad del sector. ANDINA/Difusión

07:48 | Lima, ago. 25.

Por William Rios Rosales

El corazón del campo peruano late con fuerza, y esta vez el latido es más firme que nunca. Con la campaña agrícola 2025/2026 a la vuelta de la esquina, se respira un optimismo que va más allá de solo la fe en la tierra.

En la actualidad, la agricultura nacional se embarca en una nueva era, una en la que el conocimiento se convierte en la herramienta más valiosa, guiando cada decisión de siembra y cada paso de la gestión. Es como si, por primera vez, tuviéramos una brújula para navegar los desafíos del clima, señala informe publicado en el Suplemento Económika del Diario El Peruano.

Este cambio no es casualidad, sino el resultado de una apuesta por la planificación estratégica y por poner la ciencia al servicio del campo. 




El documento de “Perspectivas de la Campaña Agrícola 2025/2026” del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) no es solo un informe; es una invitación a la acción. Nos muestra que es hora de dejar de reaccionar a la improvisación y empezar a anticiparnos a lo que el clima nos depara. Y en un país tan diverso y vulnerable como el Perú, esa capacidad de anticipación es crucial.

Expectativa de siembra


La noticia más emocionante es la proyección de un crecimiento notable en las siembras. Con la expectativa de superar los 2 millones de hectáreas, lo que representa un 5.4% más que el promedio de los últimos cinco años y un 6.1% más que la campaña anterior, el sector agrario se consolida como un motor de la economía. Este crecimiento tiene un motor claro: la estabilidad climática. 

El sistema El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), por fin, se encuentra en la fase “no activo”, con un alto porcentaje de probabilidades de que las condiciones neutras se mantengan hasta el próximo verano. Esta tranquilidad, tras años de sequías e inundaciones extremas, les brinda a nuestros agricultores la confianza que necesitan para planificar con mayor seguridad.

Gestión de riesgos


Pero, como en todo en el campo, el optimismo debe ir de la mano con la cautela. Planificar no significa eliminar los riesgos, sino aprender a gestionarlos. 

El informe de Midagri nos alerta sobre los retos específicos para algunos cultivos esenciales. En la Sierra, la papa, que es el sustento de la mesa peruana, podría enfrentar temperaturas por debajo de lo óptimo. Esto, junto con la amenaza de heladas y el aumento de la humedad, podría favorecer la temida “rancha”. 

El maíz amiláceo también se vería expuesto a heladas y granizadas, lo que obliga a los agricultores a estar un paso adelante, buscando medidas de protección.

La sequía, esa compañera de viaje en el Perú, sigue siendo una preocupación. Para el maíz amarillo duro y la quinua, cultivos con gran potencial comercial, se esperan lluvias por debajo de lo ideal en varias zonas de la Sierra. 

Es aquí donde la innovación cobra un papel protagónico. El documento nos llama a implementar “riegos complementarios” y a aprovechar al máximo la capacidad de nuestros reservorios. Es un claro mensaje: la escasez de agua no es una limitación, sino una oportunidad para innovar y gestionar de manera más eficiente.

Desafíos regionales


El informe va más allá de los cultivos más conocidos y nos ofrece una visión completa de los desafíos regionales. En la Costa, el arroz podría sufrir por las bajas temperaturas, mientras que, en la Selva, los extremos de precipitación podrían causar estragos. 

El mensaje es contundente: no hay una fórmula mágica para todo el país. Cada región, cada valle, cada comunidad necesita su propio plan de acción, adaptado a sus propias condiciones.

El “Semáforo de siembras” es otro gran avance en esta nueva visión. Este sistema monitorea las siembras y nos alerta sobre posibles desequilibrios, ayudándonos a evitar la sobreproducción o la escasez. Es una herramienta que busca la estabilidad del mercado y la rentabilidad de nuestros agricultores.

Sin embargo, la mayor prueba no está en los datos, sino en nuestra capacidad para usarlos. El Midagri ha puesto una herramienta poderosa en nuestras manos, pero su verdadero impacto dependerá de la colaboración entre el Gobierno, los agricultores, el sector privado y la academia.

Es vital que esta información llegue a cada rincón del país, que se traduzca en planes de acción y que se complemente con programas de capacitación para que nuestros agricultores puedan adoptar nuevas técnicas de cultivo y tecnologías de riego.

En el fondo, el futuro del campo peruano no está en manos de un solo factor. Es una sinergia de un clima favorable, políticas públicas inteligentes y la resiliencia de quienes trabajan la tierra. 

Información


La campaña 2025/2026, con la información correcta, no solo siembra semillas, sino también la esperanza de un futuro próspero para el Perú.




Esta campaña agrícola marca un cambio de paradigma. El crecimiento proyectado es muy alentador, pero los desafíos son reales y específicos para cada cultivo y región. La verdadera novedad no es solo la promesa de crecimiento, sino el método para lograrlo: un enfoque basado en la planificación, la ciencia y la colaboración. 

Es un paso gigante hacia la modernización de un sector vital, demostrando que en el campo peruano, el futuro no se espera, se cultiva.

Todo este esfuerzo de planificación y modernización no solo tiene un impacto económico, sino también social. Al garantizar una mayor estabilidad y rentabilidad, el agro se convierte en un pilar del desarrollo rural, fomentando la seguridad alimentaria y reduciendo la vulnerabilidad de las comunidades agrícolas.

Siembra diversificada


La Encuesta Nacional de Intenciones de Siembra 2025 revela un panorama diverso y estratégico en la producción de papa en la Sierra. 

Mientras departamentos clave como Puno, Huancavelica y Cajamarca proyectan una disminución en sus áreas de cultivo, otros, como Ayacucho, Junín y Huánuco, muestran un ligero pero significativo incremento. 

Esta variación obedece a factores específicos de cada zona, incluyendo las condiciones de temperatura por debajo de lo óptimo y los niveles de humedad que podrían afectar la calidad del tubérculo, un alimento fundamental para el consumo nacional.

El informe del Midagri destaca la importancia de monitorear estas regiones para asegurar el rendimiento y la oferta de la papa en el mercado. Esta diversificación geográfica en las intenciones de siembra refleja la adaptación de los agricultores a las condiciones locales, un claro ejemplo de resiliencia frente a los desafíos climáticos.

Además, se observa un interés creciente en la siembra de maíz amarillo duro.

Algodón


- El área sembrada de algodón en el Perú proyecta un aumento del 104.7% en comparación con la campaña pasada, lo que se traduce en 6,902 hectáreas adicionales. 

- Este cultivo, de gran importancia para la industria textil, muestra un notable crecimiento en Huancavelica, mientras que en Ica y Lambayeque se registra una disminución considerable.

- Las cifras del Midagri reflejan una dinámica de diversificación de cultivos y el surgimiento de nuevas zonas productoras, lo que podría contribuir a la reactivación económica del sector en regiones con potencial agrícola. 

- La estabilidad climática brinda un escenario favorable para los agricultores.

- 48.7% se incrementó la intención de siembra de papa en el departamento de Piura, con el uso de 3,401 hectáreas en la campaña 2025/2026.

Más en Andina:



(FIN) DOP/SDD


Publicado: 25/8/2025