El Poder Judicial, presidido por Janet Tello Gilardi, se sumó a la campaña de concientización “Ponte en mi lugar, no en mi sitio”, que promueve la Policía Nacional del Perú (PNP) para sensibilizar a la ciudadanía sobre el respeto hacia las personas con discapacidad en el transporte público y en los espacios de tránsito.
La iniciativa, impulsada por la Unidad de Tránsito de Lima Centro en el marco de la Semana de la Seguridad Vial, busca reforzar la importancia de los asientos reservados y el pase libre, así como fomentar una cultura de inclusión y empatía entre conductores, cobradores y peatones.
Durante el lanzamiento de la campaña, realizado en el frontis del Palacio de Justicia, la presidenta del Poder Judicial destacó el compromiso institucional con la defensa de los derechos de las personas en condición de vulnerabilidad.
“El Poder Judicial del Perú apoya completamente esta campaña para lograr el respeto a las personas con discapacidad, mujeres embarazadas, personas adultas mayores, así como niñas, niños y adolescentes, que muchas veces son maltratados y discriminados”, expresó Tello Gilardi.
Asimismo, la magistrada exhortó a los conductores y a la población en general a mostrar mayor sensibilidad y empatía. “Solo basta ponernos en su lugar para saber lo que se puede sentir cuando uno es discriminado o maltratado; no nos cuesta nada, se trata de un cambio de actitud para que nuestro país empiece a cambiar”, subrayó.
Por su parte, la coronel PNP Rocío Mayhua Rivera, jefa de la División de Tránsito y Seguridad Vial, agradeció el respaldo del Poder Judicial a esta campaña, al resaltar que la articulación entre instituciones permite fortalecer la cultura de respeto. Informó, además, que en los primeros tres días de la Semana de la Seguridad Vial se impusieron 700 papeletas de infracción en Lima Centro, lo que evidencia la necesidad de generar mayor conciencia en la población.
En la actividad también participó la asociación civil Ponle Punche, que brinda apoyo a niños con parálisis cerebral. Noelia Polo Méndez, representante de esta organización, narró las dificultades que enfrentan diariamente las familias para trasladar a los menores a sus terapias debido a la falta de transporte inclusivo.
Albert, un niño de ocho años con discapacidad y emblema de la campaña, pidió a la ciudadanía respeto y solidaridad: “Cuando mi mamá me lleva a mis controles, no solo es difícil subir al bus, lo que más me duele es que la gente no me apoya. Yo solo quiero respeto a mis derechos”.