Con el objetivo de elevar la productividad, generar valor agregado y consolidar el posicionamiento del mango piurano en los mercados internacionales, se presentó en la ciudad de Piura el proyecto “Fortalecimiento de la competitividad y sostenibilidad de la cadena de valor del mango en la región Piura – Innova Mango Piura”.
La iniciativa —que cuenta con el respaldo de Suiza a través de su Cooperación Económica— busca convertir a Piura en referente global de sostenibilidad e innovación en mango, beneficiando directamente a pequeños productores y sus familias.

El programa será ejecutado por la Asociación Progreso con el apoyo del programa suizo SeCompetitivo, implementado por Helvetas. La intervención alcanzará a 446 productores agrupados en nueve asociaciones cooperativas de Morropón y Piura, donde se trabajará en reducir brechas críticas como bajos rendimientos, pérdidas poscosecha, falta de estandarización y limitada diversificación de mercados.
El despliegue operará en zonas estratégicas como Tambogrande y Chulucanas, con respaldo técnico de entidades públicas y privadas: Dirección Regional de Agricultura Piura, Senasa, INIA, CITE Agroindustrial, Promperú y la Mesa Técnica Regional del Mango.

Un impulso técnico y comercial para el sector
Durante la presentación, Raúl Tineo, director ejecutivo de Progreso, destacó que Piura concentra cerca del 70% de la producción nacional de mango, pero presenta rendimientos por debajo de su potencial. “Este proyecto permitirá aumentar de manera contundente el rendimiento de las parcelas, mejorar la calidad de la fruta y promover la transformación industrial del mango no exportable en pulpa, deshidratados y congelados (IQF), generando ingresos más altos y estables para las familias productoras”, señaló.
Massimo Bloch, representante de la Cooperación Económica de Suiza en el Perú, reforzó la apuesta por un desarrollo inclusivo. “Este proyecto refleja nuestro compromiso con un crecimiento sostenible que genere oportunidades reales para los pequeños productores. Buscamos que accedan a mejores tecnologías y mercados, fortaleciendo una agroexportación que beneficie a toda la región”, expresó.

Uno de los ejes centrales del proyecto es elevar la productividad, que actualmente bordea las 13 toneladas por hectárea. Con la instalación de 16 parcelas demostrativas, dos biofábricas y un programa intensivo de capacitación técnica, se espera alcanzar las 18 toneladas por hectárea —un incremento estimado del 38 %—. También se prevé disminuir las pérdidas por calidad de un 25 % a 10 %, lo que incidirá directamente en la rentabilidad de los productores.
Certificaciones, trazabilidad y nuevos productos
El plan contempla fortalecer capacidades dentro de las organizaciones mediante la formación y certificación de 12 inspectores internos en producción orgánica, así como impulsar certificaciones como Global G.A.P. para acceder a mercados premium. Las asociaciones incorporarán herramientas de trazabilidad digital para mejorar transparencia y competitividad, además de sistemas de inocuidad como HACCP.
La diversificación será otro componente clave. Se proyecta procesar 200 toneladas de mango en pulpas, deshidratados y congelados (IQF), aprovechando la fruta que no califica para exportación fresca. Asimismo, se espera exportar directamente 300 toneladas con un incremento del 15 % en el precio FOB.

En el panel “Contexto del mango orgánico peruano”, especialistas de APEM, Fairtrasa, Frutas Piuranas, la Universidad Nacional de Piura y productores líderes coincidieron en que la demanda internacional por mango orgánico sigue en ascenso, pero exige sostenibilidad demostrable, oferta constante y articulación sectorial. Señalaron que Piura tiene potencial para consolidarse como líder regional si se mantiene una estrategia conjunta entre productores, instituciones técnicas y el Estado.
En el cierre del evento, Paula Carrión, directora del Programa SeCompetitivo, subrayó que la competitividad se sustenta en organizaciones sólidas y con visión de mercado. “Este proyecto reúne los elementos para que el mango piurano dé un salto cualitativo: tecnología, estándares, sostenibilidad y articulación comercial. La meta es que las organizaciones ganen autonomía y mayor presencia en la agroexportación”, afirmó.