Con más de un millón de habitantes, San Juan de Lurigancho es el distrito más poblado del Perú. Sus vecinos son, en su mayoría, familias migrantes de provincias. Ahí, en una casa de la urbanización Las Flores, vive Rodrigo Huaroto, estudiante de diseño de modas.
A sus 24 años ha decidido postular al International Youth Design Competition Beijing 2018, un concurso internacional de modas con gran prestigio, con su colección “Espíritu de los Andes”, que mezcla un estilo moderno con la ancestral cultura peruana.
“Su estudio está en el tercer piso”, nos señala Ana Landaveri, su madre. Arriba, Rodrigo tiene un espacio pequeño decorado por él: una repisa llena de libros de historia del Perú, revistas de moda y algunos discos de Madonna. Hay fotos y pinturas que decoran las paredes. Una gran mesa y un sillón cubierto con telas de felpa rosa y azul eléctrico llenan el espacio.
Hablan las raíces
La historia del joven modisto se relaciona con la de su madre. La señora Landaveri tuvo una niñez con carencias y aún recuerda el viaje que desde su natal Chimbote la trajo a la capital junto con su familia.
Ella y sus padres llegaron a Lima con algo de ropa y el poco dinero que juntaron en Chimbote. “La tristeza nos duró un año hasta olvidarnos de nuestra tierra. Dejamos familia y amigos”, recuerda.
La señora mira a su padre, don Rigoberto, que sentado al borde de una cama ve orgulloso la sesión de fotos que le hacen a su nieto. “A veces pienso que Rodrigo sacó lo de ser diseñador de su abuela Juana. Así nos mantenía ella y ahora él lo hará como profesional”.
A pesar de que resistió a la idea por un año, la madre se dio cuenta de que estudiar modas era lo que su hijo realmente quería porque desde pequeño siempre dibujaba, leía y le gustaba expresar. No había vuelta que darle; entonces, lo inscribió en el instituto Toulouse Lautrec. De eso, hace dos años.
Señor extravagancia
Rodrigo Huaroto lleva gorra, polera con capucha rosas y usa jeans negros algo ajustados. Sus zapatos blancos han sido cuidadosamente limpiados. El estilo de Rodrigo es extravagante. Él lo acepta, aunque dice que puede ser un estilo temporal.
“Para mí, es muy importante lo estrafalario, lo extravagante. Estas prendas no se las pondría alguien para salir a la calle. Mis diseños buscan llamar la atención, revaloran la identidad peruana y, al mismo tiempo, me ayudan a encontrar mi identidad como diseñador. Es una búsqueda diaria”, dice Rodrigo, quien tiene objetivos claros al crear los seis outfits (conjuntos) de su colección: rendirle tributo a su origen andino, rescatar la identidad peruana y, al mismo tiempo, encontrar la suya.
Destino: Beijing
A solo días de viajar a China, para presentar su colección y mostrar su forma de ver la peruanidad, identidad y raíces, Rodrigo confirma que su abuela es su más grande inspiración. “Me interesa la moda por ella. Mi abuela hacía confecciones, algo diferente a lo que yo hago porque el diseño se encarga de plantear nuevos conceptos”, dice mostrando sus bocetos. Su inspiración parece tomarla de mantos incas.
Rodrigo solo tuvo 10 días entre su decisión de postular y la presentación de los bocetos finales de sus seis conjuntos. A pesar del poco tiempo, ganó.
“Tal vez fui muy deprisa al diseñar algo como esto”, reflexiona. “Pensé que tendría todo listo en un momento, pero luego me di cuenta de que es difícil conseguir materiales, como hilos de fibra de lana de alpaca; pero con el apoyo de mi mentor, el diseñador
José Miguel Valdivia, y de algunos proveedores, lo estoy sacando adelante. Esto me sirve para aprender”. El sueño de Rodrigo Huaroto ahora lo llevará a su primer destino: China.