Andina

Peruana reconocida por promover preservación arquitectónica de observatorios astronómicos

Quedó finalista en un concurso de diseño de hábitat lunar, promovido por The Moon Society.

La investigación "Preservation of Architectural Heritage in Astronomical Observatories: Focus on the Adaptation of Terrestrial Architectural Designs in Space Environments" fue presentada en Costa Rica.

07:00 | Arequipa, ene. 15.

Por Sofía Pichihua

En el siglo XIX, el Observatorio de Carmen Alto o Estación Boyden fue clave para los avances astronómicos de la época. Su preservación resulta relevante no sólo para resguardar la herencia en ciencias espaciales que partieron de Arequipa y fueron de utilidad para la comunidad científica internacional, sino también como una herramienta para acercar la ciencia a la ciudadanía. La arquitecta peruana Fiorella Nava fue reconocida al ser elegida como ponente por su investigación sobre la preservación del patrimonio arquitectónico de los observatorios astronómicos en el Congreso Espacial Centroamericano (CEC 2023) en Costa Rica, celebrado en septiembre pasado.
 
La investigadora Fiorella Karla Nava Chuctaya, egresada de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), postuló la investigación "Preservation of Architectural Heritage in Astronomical Observatories: Focus on the Adaptation of Terrestrial Architectural Designs in Space Environments" a este evento internacional, el primero que congregó -por tres días- a destacados profesionales que compartieron sus estudios sobre el ecosistema espacial, ciencia y tecnología espacial.

La investigación, realizada junto con el arquitecto Mauricio Huaco Zúñiga, fue presentada ante destacados astrónomos, ingenieros y especialistas en ciencias espaciales de la NASA, así como investigadores de la Estación Espacial Internacional (EEI).

En esta presentación, Fiorella Nava revaloriza los observatorios astronómicos en el mundo y realiza un repaso histórico de la relación entre la astronomía y la arquitectura.

Por ejemplo, mencionó el observatorio astronómico Jantar Mantar, construido en el siglo XVIII en la India, que fusiona ciencia y arquitectura. “Su nombre significa ‘instrumento de medición”, recordó Nava en entrevista con la agencia Andina. También destacó la importancia del Samrat Yantra, un enorme triángulo de piedra que es el reloj de Sol más grande del mundo, en Jaipur.

Asimismo, lamentó lo ocurrido con el Observatorio de Arecibo, en Puerto Rico, que colapsó el 1 de diciembre de 2020. Fundado en 1963, su radar fue el primero en captar un asteroide en 1989. Luego del incidente, la Fundación Nacional de las Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos -agencia federal de la que depende el observatorio- decidió no reconstruirlo, pero se espera convertirlo en un centro de educación en ciencia y tecnología.
 
“En base a estas enseñanzas podemos plantear observatorios orbitales o estacionales en otros planetas”, concluyó la arquitecta peruana.
 
En sus últimas investigaciones, también ha estudiado el Observatorio Astronómico de Carmen Alto, que no está en operaciones desde 1927, sin embargo, “podría convertirse en un Complejo Científico Educativo-Tecnológico Interactivo”, siendo parte de la historia de la astronomía peruana.  

Además, sus trabajos refuerzan la idea de que se considere este espacio como candidato a ser Patrimonio de la Humanidad, una iniciativa que ha sido promovida por la Asociación Peruana de Astronomía (APA), y que previamente ha obtenido el compromiso de apoyo de la Unión Astronómica Internacional (UAI en inglés).

“Estoy trabajando en la puesta en valor del antiguo Observatorio Boyden, que tiene un valor muy preciado para la UAI. Estoy investigando y diseñando cómo se podría recuperar el patrimonio y proponer nueva arquitectura”, señaló Nava a la agencia Andina. 

“Así como podemos plantear diseños para hábitats lunares y hábitats marcianos, también podemos plantear diseños para observatorios astronómicos, en base a las enseñanzas que hemos adquirido en la Tierra”, agregó.

Como se recuerda, el Observatorio de Carmen Alto o Estación Boyden, implementado por la Universidad de Harvard, fue clave para captar imágenes del universo con el telescopio Bruce. Después, estas placas eran analizadas por los científicos estadounidenses y se convirtieron en punto de partida para nuevos descubrimientos. Con este material, la astrónoma Henrietta Leavitt del Observatorio del Harvard College estudió las estrellas variables Cefeidas, cuyo brillo y tamaño varían con periodos regulares. Esta ciencia permitió luego establecer métodos para medir distancias en el espacio, lo que fundó la cosmología moderna.

El telescopio Bruce demostró ser invaluable por los descubrimientos de novas, asteroides, estrellas variables y otros objetos celestes mediante sus placas fotográficas, de acuerdo a recientes investigaciones.

Además, las ciencias espaciales son indispensables para los estudios en la Tierra también. “Los observatorios astronómicos son los puentes entre la humanidad y el cosmos, entonces, es necesario tenerlos”, argumenta Nava.

Investigación en hábitats lunares 

Por otro lado, la arquitecta también tiene otro enfoque que es una prioridad de la comunidad científica en la actualidad: la conquista del espacio. 

En el último año vimos que la NASA logró completar la misión Artemis I y se espera que en el 2025 se concrete la siguiente etapa: un vuelo tripulado alrededor de la Luna, antes de pasar a la etapa final que busca llegar nuevamente a la superficie de la Luna. Para ello, se está trabajando en rovers y tecnologías que faciliten la comunicación y garanticen la seguridad de los astronautas.
 
Además, llegando a la Luna, habrá otra misión: construir un espacio que sea habitable. 

En la Luna no hay aire. Y la temperatura varía entre -233 grados Celsius por la noche, y 123 grados Celsius durante el día. Existen pequeñísimos micro meteoritos (rocas espaciales) que llueven sobre la superficie de la Luna. Y la ausencia de atmósfera significa que no hay ninguna protección contra la implacable radiación del Sol, recuerda la agencia espacial.

Por eso, el hábitat lunar debe ser resistente, hermético al aire, además de contar con un sistema de reciclado de agua, un sistema de generación de energía, e instalaciones para almacenar y preparar alimentos. También los materiales para construirlo deberán ser livianos, según la NASA.

El objetivo es hacerlo a finales de esta década. De hecho, se realizó un Desafío de Hábitat Impreso en 3D de la NASA. Y en el 2020 ya se han realizado pruebas del método de construcción y tecnologías que pueden adaptarse para aplicaciones más allá de la Tierra. También se han organizado concursos a nivel internacional e incluso actividades educativas con escolares y otras organizaciones para sumar esfuerzos.

En el 2021, The Moon Society lanzó el Concurso de Base Lunar, para el mejor diseño de un asentamiento lunar a corto plazo, que invitó a los ganadores a presentar su proyecto en el Lunar Development Conference en Estados Unidos.


Entre los primeros finalistas estuvo la propuesta de la investigadora y arquitecta peruana Fiorella Nava, que trabajó junto con Devjoy Dev, Nissem Abdeljelil, Shaun Miller, Aurora Britania Díaz Fernández, Arinjoy Dev, Swaraj Sagar Pradhan y Nataly Yauricasa. Los diseños fueron evaluados de acuerdo a factores en ingeniería, economía, arquitectura, sociedad/cultura y gestión/política.  

“Es fundamental garantizar que la integridad estructural de la base lunar sea duradera y pueda ser mantenida durante un largo período de tiempo”, concluye el informe. 

A la fecha, Nava continúa con sus investigaciones sobre el material que podría tener este módulo lunar, ya sea bioplásticos, fibras de minerales o el mismo regolito, que es con lo que está cubierta la superficie lunar. 

“Afortunadamente, la superficie lunar es rica en materiales de construcción que, con el equipo adecuado, podrían extraerse y transformarse en materias primas y producción de bienes”, refiere en el estudio multidisciplinario.

En diciembre pasado, en la décima primera edición de la feria tecnológica "Perú con ciencia", organizada por Concytec,  Nava presentó NAVArchitects & Associates, una iniciativa que consolida la convergencia del arte, la arquitectura y el espacio, resaltando su participación activa en el ámbito de la arquitectura espacial y el diseño sostenible.

Adicionalmente, expuso sobre el proyecto de la UNI, conocido como Chasqui II, que se dedica al diseño de un nanosatélite. También participaron Raúl Figueroa y Meliza León.

Finalmente, recuerda la reflexión del histórico astrónomo Galileo Galilei: “Todas las verdades son fáciles de entender una vez descubiertas, la cuestión es descubrirlas”.  Así, la arquitecta extiende una invitación a todos los peruanos para sumergirse y explorar lo desconocido en el fascinante mundo del cosmos. 

Revisa más noticias sobre ciencia, tecnología e innovación en la Agencia Andina y escucha historias inspiradoras en Andina Podcast.

Más en Andina:
(FIN) SPV
Publicado: 15/1/2024