Todos los días, alrededor de las 6:00 a. m., cuando los primeros rayos del sol iluminan el apacible distrito de Yura, en Arequipa, Víctor Laquihuanaco Huallpa, de 82 años, ingresa a su taller para limpiar su duplicadora de llaves y empezar su jornada lleno de entusiasmo. Aunque el ritmo de pedidos ha bajado a comparación de hace años, siempre está atento a sus vecinos y las urgencias que puedan tener para ingresar a sus domicilios.
Con una mirada coqueta y traviesa, marcada por decenas de arrugas que reflejan los años de trabajo y esfuerzo, recuerda cómo empezó en el mundo de las cerraduras, llaves y seguros, de manera empírica y autodidacta en 1975, en su natal Santa Rosa, en Puno.

“Ya tengo más de 50 años en este oficio. De muchacho hacía rejas de metal, pero la empresa cerró y tuve que buscar otra oportunidad”, relata el octogenario que forma parte del programa Pensión 65 del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).

Un día decide caminar por la plaza de su localidad, hasta que se sintió atraído por un libro sobre cerrajería que estaba colgado en un quiosco. Sin pensarlo dos veces, convencido de que su compromiso y dedicación le permitirían tener una nueva fuente de ingreso, compró el manual y aprendió los secretos de esta labor, como la forma de colocar el molde, la técnica para alcanzar una precisión infalible a la hora de hacer la réplica, entre otros detalles.

“No tuve un maestro, solo que mis ganas de trabajar fueron más grandes. Un día me compré un libro sobre cerrajería, que venía de Argentina por lo que me dijo el vendedor y comencé a leerlo para aprender todo”, agrega, mientras termina un pedido que va a entregar en unas horas.

Junto a su esposa, Carmen Ccama Huanca, viajó de Puno a Arequipa, donde estableció su hogar. En la actualidad, cuidan a su nieta Yanel de 15 años, el único recuerdo que tienen de su hija, quien lamentablemente falleció en el 2020.

“Tiene los ojos de su mamita, es nuestra motivación. Queremos que tenga un mejor futuro”, reflexiona doña Carmen, quien también forma parte del programa social del Midis.
Tras un suspiro, el octogenario confiesa que su nieta les da la fuerza necesaria para avanzar. “Cada vez que estoy frente a mi máquina para duplicar llaves, pienso en mi hija y mi nieta”, concluye don Víctor, el hombre que se ha convertido en un maestro de la cerrajería en la provincia de Arequipa, incluso con la capacidad de abrir e ingresar a los corazones de sus vecinos de Yura, en especial de su joven nieta, Yanel.
Más de cinco décadas juntos
Carmen y Víctor se conocieron hace más de cinco décadas. Su historia empezó con una visita que ella hizo al pequeño local de comida tradicional donde él trabajaba. Ambos cruzaron miradas y luego de varios encuentros, decidieron hablar. Los dos pasaban los 20 años y estaban solos, fue así que empezaron una relación llena de sentimiento y romanticismo.

En la actualidad, viven en un humilde inmueble ubicado en el lote 8 de la manzana O, del sector Upis Milagros, donde también tiene su taller y para cualquier trabajo lo pueden contactar al 912 775 648.
(FIN) NDP/LZD