“Lo primero que escribí salió de lo más profundo de mi corazón, dado que había sufrido una desilusión amorosa. Ahora que estoy por cumplir un siglo de vida y recuerdo todo lo que viví, llego a la conclusión de que no he tenido suerte en el amor. Cuando algún día ya no esté en la tierra, conoceré a Jesús en el paraíso y ahí le preguntaré muchas cosas que todavía no entiendo”, relató entre risas Rosalí Huamán Huamán, de 91 años, quien ha escrito más de 100 poemas y vive en el distrito de Tingo, departamento de Amazonas.
El nonagenario nació el 10 de agosto de 1933 y desde muy joven tuvo interés por la literatura. Comenzó con los libros que le encomendaban sus profesores en el colegio y prosiguió con otros textos que encontraba en casa de sus maestros o en la biblioteca de su localidad. Con mucha pasión y ganas de aprender cosas nuevas, empezó a devorar toda publicación que encontraba.
“Conocí a un tierno amor adolescente, pero salí lastimado de lo que pudo ser una bonita relación”, agregó el adulto mayor, mostrando una sonrisa tímida para esconder el dolor que quedó en su corazón. A pesar de las dificultades, sigue creyendo que debemos entregar toda nuestra alma en una relación y “brindar un sentimiento sencillo, limpio y sincero”.
“Tengo más de 100 poemas, inspirados en el amor, en el desamor, en la personalidad del individuo, en lo positivo y negativo que tenemos y nos pasa, sobre todo, en lo bello que es Amazonas y sus tradiciones”, expresó.
Publicar poemario
Rosalí Huamán, ahora usuario del programa Pensión 65, contó que su mayor ilusión es publicar un libro recopilando sus mejores cuartetos. Hace unos años, tuvo un pequeño cuaderno donde plasmó una gran cantidad de poemas, y con el sueño de tener una producción literaria en sus manos, con una portada llamativa y lista para comercializarla, entregó su mayor tesoro a una persona que desapareció con el tiempo.
“Perdí mi bloc en Chachapoyas. Es que conocí a falsas amistades que me prometieron ayudarme a sacar un libro. Fui muy confiado y les entregué el material, pero con el pasar de los meses, me di cuenta de que me traicionaron. Eso no me detuvo y produje más. Estoy seguro de que llegaré a los 100 años escribiendo versos”, enfatizó.
En ese sentido, dijo que uno de sus últimos productos se titula: “Para mí, madre, no has muerto”, un homenaje a su progenitora y al infinito amor que le tiene. Cada línea fue interiorizada por los alumnos del colegio de Tingo, que incluso lo han declamado en día festivos.
“Me siento muy orgulloso y feliz de lo que estoy logrando. Tengo 91 años y estoy comprobando que no hay edad para cumplir nuestros objetivos y sueños. El más importante que tengo es publicar un libro con mis mejores versos. Así dejaré un legado en mi amado Amazonas, un recuerdo de lo que hice y mi aporte para las futuras generaciones que quieran conocer más de este hermoso departamento”, declaró.
Transmisión intergeneracional
Don Rosalí se incorporó hace unos años a Pensión 65 y además de recibir una subvención económica, mejoró su estado anímico al participar de los encuentros intergeneracionales. Estos espacios se crean en colegios con el objetivo de que los más jóvenes aprendan las habilidades de los adultos mayores. En el caso de Huamán Huamán, su talento en la literatura y su amor por la música. “Llevo mi guitarra y hacemos canciones en base a relatos que vamos creando en el momento con los pequeños. Estas actividades me mantienen ocupado y el corazón lleno de felicidad”, concluyó.
(FIN) NDP/LZD