Algunos vecinos del caserío de San Carranco, ubicado en el distrito de Jayanca, región Lambayeque, consideran que Miguel Cajusol Lara utiliza magia para curar a los pacientes que llegan a su inmueble. Otros creen que tiene el respaldo de antiguos dioses, mientras que un grupo murmura que es un talento innato heredado de sus antepasados.
La realidad es que este hombre de 73 años es un curandero ancestral con técnicas precisas y certeras que adquirió de su familia, en especial de las enseñanzas de su padre.
El septuagenario tiene alrededor de cinco décadas brindando terapias con el uso de hierbas medicinales, como la cresta del gallo, el carpintero, la caraña, moringa, sharon, entre otras. Esta habilidad la absorbió de su padre, siguiendo la tradición que dejó su abuela y bisabuela, como parte de las costumbres que aplicaban para atender emergencias y casos diarios de sus coterráneos.
Cuando cumplió 12 años, Cajusol Lara se sumergió en el mundo de la medicina tradicional. Con mucha paciencia y curiosidad, observaba cómo su abuelita atendía a los pobladores de la zona, mientras su padre ayudaba a quienes presentaban casos más leves. Transcurrió el tiempo y comenzó a tratar algunas dolencias comunes, como malestares estomacales y dolores intensos.
“Considero que tengo la misión de ayudar a las personas a través de la sabiduría ancestral de las plantas medicinales”, declaró el adulto mayor, orgulloso de su labor en la localidad y el impacto que ha generado a favor de las personas que lo visitan.
Su enfoque y profundo conocimiento sobre el uso de plantas medicinales han permitido que decenas de ciudadanos encuentren alivio a diversos males, desde los más comunes hasta los más crónicos. “Los tratamientos que nos ofrecen son amplios y él mismo prepara los remedios con técnicas antiguas, que vienen de distintas generaciones”, dijo un vecino que conoció la destreza de don Miguel.
Con una voz que transmite paz y calma, el sabio del caserío, que también es usuario de Pensión 65, detalló que San Carranco es conocido por su tradición cultural y extraordinaria flora, factores que permitieron que sus ancestros practiquen la medicina natural.
“Hay personas que me preguntan cómo lo hago, yo solo les respondo que dejo mi cuerpo fluir y que mis conocimientos guíen mis manos”, agregó. Don Miguel Cajusol, además de ofrecer consultas y remedios alternativos, educa a su comunidad sobre el uso y beneficios de las hierbas medicinales. “Los años pasan y quiero que las nuevas generaciones, los niños y jóvenes, amen su tierra y conozcan las bondades, hasta los milagros, que puede darnos”, concluyó.
Salud y armonía
Uno de los legados que desea dejar don Miguel es que las personas tengan un estilo de vida saludable y estén en armonía con la naturaleza. “Es un honor continuar con esta tradición y ver los beneficios en quienes lo reciben”, comentó.
El septuagenario aumentó sus pacientes desde que se incorporó a Pensión 65. Ahora aprovecha los encuentros de saberes productivos para llegar a más vecinos y turistas. Esta intervención del programa tiene como finalidad de generar un espacio para fortalecer la identidad cultural de las localidades a través de los conocimientos de los adultos mayores.
(FIN) NDP/LZD