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Pedro Suárez Vértiz: El músico que creó la banda sonora de la vida de millones de peruanos

“Yo hago música para siempre, no para el momento”, decía el querido cantautor

INTERNET/Medios

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09:56 | Lima, dic. 29.

Por José Vadillo

Por más de tres décadas, Pedro Suárez-Vértiz (1969-2023) escribió éxitos musicales que marcaron a generaciones de peruanos. Sus canciones fueron éxitos en países como Chile, Panamá, Colombia y México.

La voz de Pedro Suárez-Vértiz –quien ayer falleció después de padecer una enfermedad neuromotora degenerativa– empezó su gran romance con las radios en 1988 con “Kangrejo (Sacudía)”, como frontman de un cuarteto de adolescentes llamado Arena Hash. Y su última aparición –gracias a la inteligencia artificial– fue en noviembre de este año con “Amor yo te perdí la fe”.

En el ínterin, el músico nacido en el Callao, pero autodefinido como sanisidrino, se coronó con sucesivos éxitos; desde baladas (“No pensé que era amor”) pasando por el pop-rock (“Mi auto era una rana”), la balada-rock (“Sé que todo ha acabado ya”), el ska (“Los globos del cielo”), la bachata (“Te pienso de solo pensar”), el reggae (“Nataly”), la fusión andina (“Lo olvidé”), la fusión flamenca (“La española”), los aires de rock progresivo y sinfónico (“Nadia”), el electro-pop (“Bailar”) y el instrumental (“Endal”).

A su participación en las grabaciones en guitarras, pianos, sintetizadores y armónicas también sumó la experimentación con los sampleos y programaciones en sus álbumes; el uso del talkbox (“Rapta la mona”) y el moog bass (“Túnel del tiempo”).

Si bien sus canciones giraron sobre las relaciones de pareja y la mujer como piedra angular de la inspiración (algunos críticos señalan que sus letras cosifican a la mujer), sus temáticas han recorrido un interesante espectro: el erotismo (“Su lengua baila”), la inocencia autorreferencial (“Los niños se enamoran”), la autobiografía (“Talkshow”), lo onírico (“El árbol”), la ciencia-ficción (“Anticuerpos de la noche”), la conciencia ambiental (“Amazonas”), la inmigración (“Cuando pienses en volver”), cierta crítica social (“Degeneración actual”) o el viaje astral (“Me elevé”).

Música eterna


“Yo hago música para siempre, no para el momento”, me respondió hace años Pedro Martín José María Suárez-Vértiz Alva cuando le pregunté si pensaba en el mercado cada vez que componía.

“Pedro era un chico con un don para la composición; tenía una capacidad innata para componer, no lo veía como algo trabajoso”, dice el melómano y compadre del artista Cucho Peñaloza, quien fue mánager de su primera etapa y productor de sus primeros dos álbumes en solitario.

Pone como ejemplo el primer álbum de Arena Hash, de 1988, que incluye canciones que PSV compuso a los 15 y 16 años, “con algunas letras que parecen de un pata de 35, como ‘De ti me va quedando nada’, que compuso por esa época, y le gustaba mucho a su papá”.

“Pedro no tenía un método para componer, le venía a la cabeza como un rayo. No tenía esa frustración de otros músicos”, recuerda Cucho, quien fue testigo de varios de esos procesos de creación y también vio la facilidad con la que grababa varios instrumentos en los estudios de grabación.

Recuerda que en el lobby de la disquera Sony, en Miami Beach, PSV sacó del estuche la guitarra eléctrica y en cinco minutos compuso el estribillo y la base de “Me estoy enamorando”. “Cucho, este es un hit”, predijo. Al día siguiente le mostró el 70% de la canción.

Cuando lanzaron “Me estoy enamorando” se convirtió en éxito instantáneo. Sonaba en simultáneo en ocho radioemisoras de Lima. La canción llegó a número uno en Chile, donde fue soundtrack de una telenovela, también en Bolivia y Colombia.

Pedro Suárez-Vértiz tuvo mucho éxito en Panamá, México y Centroamérica, y tuvo mucha difusión en los canales latinos de Miami. “Él tuvo para radicarse en México y continuar su internacionalización, pero optó por su familia, por el Perú y eso se respeta”, dice Cucho. Después, cuando sacó el álbum Amazonas, trabajó en España.

Un hombre de fe


Se definía como un hombre de fe, muy sensible, un artista. Su primer instrumento fue el piano. De niño soñaba con irse a Viena a estudiarlo. Aunque de adolescente descubrió a los Rolling Stones y la guitarra eléctrica, el piano lo acompañaría y en cuatro de sus cinco álbumes de estudio registró canciones instrumentales. Por eso, cuando musicalizó la película Talk show (2006), dio a volar esta faceta. En esa línea, hace tres años salió el álbum instrumental Pedro Suárez-Vértiz para bebés.

Tenía una buena colección de guitarras. Le gustaba el rock de los sesenta y setenta, amaba a Los Beatles, le gustaba el Grand Funk, Creedence Clearwater Revival; admiraba piezas como “Bridge Over Troubled Water”, de Simon & Garfunkel; o “Whiter Shade of Pale”, de Brocol Sarum; Ennio Morricone, Mozart.

En términos de marketing, se preocupó por tener buenas portadas de sus discos, buenos videos, producir y mezclar sus álbumes con gente de la talla de Manuel Garrido-Lecca, Keith Morrison, Thom Russo y otros.

Esa inversión, el trabajar desde siempre con mánagers, su facilidad para componer canciones con gancho hicieron que fuera parte del mainstream. Su look, al cual su esposa Cynthia aportaba, no era recargado: PSV discrepaba de algunas actitudes de los roqueros que no iban con él.

¿Fue un roquero?


Pero ¿Pedro fue un roquero? Para algunos se trata de un artista de música pop, para otros es un roquero o un músico comercial o un artista que vivió de su arte.

Sin embargo, la curiosidad y el bagaje multiinstrumentista de Pedro Suárez-Vértiz, nieto del famoso pintor Germán Suárez-Vértiz, le permitieron cosechar éxitos en radios románticas como de música bailable, una cosa inusual en el Perú. “Él nunca dijo que era el roquero número uno del Perú, es un título que le pusieron”, dice Peñaloza.

Los periodistas lo recuerdan como una persona afable, conversadora, que tenía su propia filosofía e ideas sobre el erotismo, el sexo, la vida; que no hablaba mal de sus colegas. Sin embargo, cuando hace 12 años, por su enfermedad, se alejó de los escenarios por su dificultad para hablar y dejó este espacio a Pedro Suárez-Vértiz La Banda, empezó a escribir en un magacín semanal y en las redes sociales. Cometió muchos traspiés al opinar sobre temas como el machismo, la violencia o apoyando a políticos, y generó rechazo o chanzas en un grupo de sus seguidores.

“Pedro nunca se drogó, nunca fumó. Dentro de su enfermedad optó por ser feliz y eso es lo importante, además de su música. Es el mensaje que nos ha dejado”, finaliza Cucho Peñaloza.

Datos:


-La Asociación Peruana de Autores y Compositores (Apdayc) le otorgó las Joyas Musicales por “Cuando la cama me da vueltas” (Diamante Musical), “Cuando pienses en volver”, “Me estoy enamorando” y “Degeneración actual” (Zafiros Musicales), “Mi auto era una rana” (Esmeralda Musical) y una Musa de Uranio, por su reconocimiento a su trayectoria/producción autoral.

-Realizó múltiples giras por todo el Perú, Sur, Centro y Norte América, Japón, España, Italia y Holanda.

-En el 2014 se presentó en el Estadio Nacional el show en su homenaje, Cuando Pienses en Volver.

-En el 2018, el Senado de los EE UU los reconoció por su trayectoria. 

-Compuso “Jugamos todos”, la canción oficial de los Juegos Panamericanos Lima 2019.

-También fue autor de libros; el primero, Yo, Pedro (2013).

-El Mincetur proyecta usar la canción “Cuando pienses en volver” para una campaña de atracción del turismo al Perú en el 2024.

Discografía básica:


Con Arena Hash: 

Arena Hash (1988)

Ah Ah Ah (1990)

En solitario: 

(No existen) Técnicas para olvidar (1993) 

Póntelo en la lengua (1996)

Degeneración actual (1999) 

Play (2004)

Talk Show (2006) 

Amazonas (2009)

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(FIN) DOP/JVV/RES

Publicado: 29/12/2023