Con el fin de lograr una mejor atención de la madre y el bebé al momento de nacer, el Ministerio de Salud (Minsa) impulsa el parto humanizado, el cual abarca tres aspectos: el parto vertical, parto con acompañante y el parto sin dolor.
El jefe del centro obstétrico del Instituto Nacional Materno Perinatal (INMP), Jhon Silva Zúñiga, dijo que uno de los objetivos de este establecimiento de salud es ofrecer el mejor servicio a las pacientes. Por ello, desde el 2002 se ha implementado el parto humanizado con muy buenos resultados.
“De los tres, el más solicitado es el parto con acompañante. El 60 % de las pacientes del instituto solicita parto con acompañante, el 58% el vertical y un 22% solicitan parto sin dolor”, destacó.
Parto vertical
En la institución se adecua el parto vertical de acuerdo a las preferencias de la paciente y a la región de donde proviene. Se utilizan las mesas de partos especiales que permiten varias posiciones a la vez como: cuclillas, sentada o la de cuatro puntos (con la pelvis y los hombros al mismo nivel).
“La posición que más les gusta a las futuras mamás es la semi sentada. El parto vertical incluye todas las posiciones que están por encima de los 30 grados de inclinación. A algunas les gusta más sentadas que a otras, es cuestión de comodidad de la paciente”, explicó.
El parto vertical se da de distintas maneras de acuerdo a la región. En el caso de la selva, la pareja se coloca atrás de la paciente y la abraza y al momento del pujo la ayuda a comprimir el abdomen. En la sierra, la mujer se pone en posición de cuclillas, muy abrigada y totalmente tapada.
En este sentido, destacó que parto vertical acorta el periodo de parto, requiere menos tiempo, existe menor posibilidad que se realice el corte para permitir la salida del bebé y ayuda a que el pujo sea más eficiente.
Dijo que si no entran preparados pueden cometer una acción que puede complicar a la mamá o al bebé. Existen algunos casos que las pacientes llegan en situación de expulsivos, es decir con dilatación de 8 a 9 y se tiene que atender inmediatamente sin dejar tiempo para avisar al familiar del paciente que puede acompañar. La prioridad es la atención adecuada de la mamá y el bebé.
“Cuando una mamá hace sus controles desde un inicio, puede llevar su psicoprofilaxis, que es donde se les prepara, se les informa sobre el parto humanizado, como tiene que comportarse la mamá, el papá, cuáles son sus roles, entre otros”, señaló.
En el caso del parto con analgesia, indicó que el dolor lo percibe cada persona de una forma distinta, existen señoras que están con 3 o 4 de dilatación y sienten mucho dolor, esto les causa ansiedad, hace que sus músculos estén muy duros y tensos y no colaboran con el expulsivo, en este caso ayuda bastante el analgésico.
Sin dolor
Las mamás que están muy sensibles al dolor son las que por lo general solicitan el analgésico. “Si la mama siente mucho dolor va a estar concentrada en esto y va a querer salir del él como sea y no se va a preocupar por guardar bien la posición de parto y el puje”, indicó.
La anestesia que se le coloca es epidural y solo va a adormecer de la cintura para abajo. Es una anestesia sensitiva pero no es motora, es decir que la mamá va a poder mover las piernas y caminará si desea. Es una anestesia regional que utiliza medicamentos especiales. Esa anestesia no va a llegar al bebé, detalló.
Con acompañante
Finalmente, el parto con acompañante favorece el compromiso del padre con el bebé y la mamá. Ayuda al padre a valorar el esfuerzo que pone la madre a la hora del parto. Esto permite que la criatura nazca en un ambiente familiar, escuchando a su papá y a su mamá.
“Nosotros hacemos que el papá cargue y acaricie al bebé al nacer, acto que lo ayudará a ser una persona más segura”, añadió.
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(FIN) NDP/RRC