Recibió las Palmas Magisteriales 2020, en la categoría Maestro, por su ininterrumpida trayectoria en el aula y la investigación dedicada a mejorar la enseñanza en la educación inicial. Lambayecana de pura cepa, Katherine Carbajal Cornejo confiesa que la pandemia ha sido una oportunidad para que maestros y padres de familia se unan.
El 2021 lo recibió con tranquilidad y confianza, pues las lecciones aprendidas del 2020 revolucionaron su vida y la de las profesoras que laboran en el I.E Inicial Teresa de Leisieux que ella dirige en Chiclayo. Katherine Carbajal Cornejo reconoce que entre el miedo de perder a sus niños y niñas de 3, 4 y 5 años, formados por ellas, y la pasión de enseñarles a reconocer la vida que les rodea, enfrentaron desafíos que hoy le sorprenden.
Para empezar, cuenta Katherine, directora designada de la escuela desde el 2019, reconocieron que, ante los problemas de conexión de internet, lo mejor para conectarse con los pequeños y sus familias era por teléfono, y estar “detrás” de los papás o mamás para asegurar que, por la emergencia sanitaria y el dolor de perder a un ser querido, no se abandonaran y dejaran de monitorear a sus hijos en clases.
“Gracias a Dios, el equipo de profesoras de educación inicial nos dimos cuenta de que teníamos que acompañar a los padres de familia de acuerdo con sus horarios de trabajo y realidades si queríamos que no hubiera deserción escolar.
Nos comunicábamos con ellos a las 10 u 11 de la noche, o los sábados, les dimos soporte emocional porque muchos tuvieron covid-19, los apoyamos a ellos y a su vez para que orienten con cariño a sus hijitos”, recuerda en entrevista con
El Peruano.
Fueron sicólogas, enfermeras y supermaestras, tuvieron que dejar de lado muchas veces sus propios sentimientos de tristeza y ansiedad para cumplir con su trabajo. El manejo de la tecnología, actualizarse en el uso de redes sociales, producción de videos para continuar creativamente con sus enseñanzas, fueron los principales desafíos que enfrentaron porque no podían “sacar el cuerpo”. Trabajaron como hormiguitas, rememora, y fueron descubriendo cada día que podían actualizar sus herramientas de enseñanza. “No nos imaginamos que teníamos tanto potencial, y que la pandemia nos estaba ayudando a descubrirlo”, revela.
Orgullosa de ser norteña
Katherine es hija de profesora de la escuela pública, también de educación inicial, hoy jubilada, quien la llevaba a ver sus clases cuando era niña; y de un policía, quien siempre la estimuló a hacer realidad sus sueños. A ambos les dedicó el premio Palmas Magisteriales 2020, en la categoría Maestro. Un reconocimiento que deseó obtener para tener la oportunidad de visibilizar el sacrificio y entrega de las profesoras norteñas.
Orgullosa de su linaje lambayecano, proveniente de las cálidas tierras de Chiclayo y Olmos, esta profesora explica por eso que en su ADN aparecen la amistad, el cariño y la solidaridad. “Por eso valoro las relaciones humanas”.
“Me gustaría que la gente sepa que detrás de un profesor de la escuela pública inicial hay un esfuerzo muy importante para darle la mejor educación a niños y niñas; mucho compromiso porque buscamos estar siempre capacitados para darles novedades y motivación.
Nosotros sentamos las bases para su aprendizaje positivo, integral, cognitivo y emocional que les sirva para desarrollar todo su potencial en primaria y secundaria. Cuando nacen, nace la esperanza de un mundo mejor”.
Y como para recordarnos que a su tierra natal la lleva en el corazón, tararea la marinera norteña emblemática, “Que viva el departamento de Lambayeque, con su capital Chiclayo, Monsefú y Reque…” que también comparte con sus alumnitos de la escuela inicial a su cargo.
Más en Andina:
(FIN) SMS/DOP