Se ha hecho muy común criar niños tiranos, emperadores, caprichosos o violentos. Incluso, gran parte de los padres nos hemos vuelto “niño céntricos” porque no sabemos transmitir moderación sino excesos, y nuestra vida, generalmente, gira en torno a ellos.
Pero ¿cómo les enseñamos a valorar la vida, lo que tienen y desean? La Psicoterapeuta del Centro Familias 360, Lisseth López, declaró que enseñar a los hijos a valorar la vida, es enseñarles, desde pequeños, a dar gracias por todo lo que tienen y los rodea.
“Si les enseñamos a agradecer por su vida, por la familia que tienen, por sus padres, por sus hermanos, por los alimentos y todo lo bueno que hay alrededor lo tendrán presentes hasta grandes y aprenderán que no todo se lo merecen, sino que también, incluso, es el resultado del esfuerzo de las personas”, explicó.
Insistió que, si agradecen desde pequeños, eso lo van a transmitir hasta grandes. Por eso, añadió, el referente somos los padres y no podemos andarnos quejando de la vida, acusando a terceros o predicando desgracias porque ellos lo van a repetir de grandes.
En segundo lugar, la especialista mencionó que valorar la vida es enseñarles también a nuestros hijos que debemos cuidar, conservar y tratar bien lo que tenemos y con quienes nos rodeamos.
“Eso es enseñar a valorar la vida a nuestros hijos. Enseñarles a que valoren todo lo que tienen, a tratar bien a las personas, empezando por su familia”, refirió.
Lisseth López también explicó que en tercer lugar predicarles la solidaridad es enseñarles a valorar la vida. Ellos deben saber, prosiguió, que más importante es ser que tener, ser mejor persona, ser mejor amigo, ser mejor hijo, ser solidario con todos los que necesitan. “Enseñarles esto desde los seis o siete años hasta la adolescencia es fundamental para su adultez”, puntualizó.