Óscar Avilés Arcos, primera guitarra del Perú, no fue un músico más. Su habilidad con los instrumentos musicales, y en especial con la guitarra, llegó cual don del cielo, para adornar un talento innato que inmortalizó a través de la música criolla en jornadas muy sentidas y festivas.
Y aunque todos, de alguna manera, hemos heredado de él la pasión por la música peruana, el heredero directo del legado de Avilés Arcos es su hijo, Óscar Avilés Valverde.
Él recuerda con mucho cariño las reuniones familiares, lo que constituyó su infancia en la casa de su abuelo paterno, cuando la familia, siempre allegada a la música, armaba jaranas intensas en las que él también participaba. Cómo no amar entonces la música criolla, se pregunta.
Mientras acaricia las cuerdas de su guitarra con cierta nostalgia, cuenta que, como ocurrió con su famoso padre, él también se vinculó con la música y la jarana a partir de las reuniones familiares en las que abundaban los sonidos generosos de la guitarra y el cajón.
El punto de encuentro era una casa ubicada en el distrito de La Victoria, allá por los años 30, donde el maestro Óscar Avilés aprendió a amar la música con el ejemplo de sus padres, José Avilés Cáceres y Angelina Arcos Galván. Ellos tocaban varios instrumentos, de modo que toda la prole se inició en este arte, irremediablemente.
Como buen hijo, y como heredero, Óscar conoce muy bien la historia de su padre y cuenta algo que muy pocos conocen: “Mi padre se inició como cajonero”, fue cuando La Limeñita y Ascoy necesitaba uno para su agrupación. “A él lo eligieron”, comenta.
Sin embargo, no todo fue tan sencillo, debido a que su padre no estaba muy convencido de que don Óscar se dedique a la música. Fueron los comentarios de los amigos los que convencieron al patriarca para que su hijo estudiara en el Conservatorio Nacional de Música. “Si los amigos de mi abuelo no le hubieran dicho eso, quizá le habrían truncado una gran carrera a mi padre”, cuenta Óscar Jr.
Después de su formación como músico y con apenas 18 años, dirigió al trío de cuerdas en Radio Mundial, donde comienza a brillar como la estrella que siempre fue.
Todo empezó cuando el periodista Roberto Nieves lanzó un concurso en el diario La Noche para hallar al mejor trío de cuerdas de todas las emisoras. El triunfo fue inobjetable para el trío que dirigía Óscar Avilés, a quien se le bautiza entonces como la primera guitarra del Perú.
Hasta ahora nadie lo iguala. Si escuchas la guitarra de Avilés, sabes que es él; resulta inconfundible y por eso mantiene también el reconocimiento de “primera guitarra del Perú”, comenta orgulloso su hijo, quien no deja de repetir que debido a esa habilidad, don Óscar tocó junto a los más grandes del criollismo, cambiando estilos en diversas agrupaciones de antaño como Fiesta Criolla y Los Zañartu, hasta compartir escenario con grandes como Chabuca Granda, el ‘Zambo’ Cavero y otros tantos con los que paseó su talento musical.
-Amado y premiado-
A lo largo de su trayectoria, don Óscar recibió muchas condecoraciones y siempre consideró “que todas tienen un valor especial” para no desmerecer ninguna. Sin embargo, su hijo percibió que estuvo especialmente emocionado cuando se le nombró Patrimonio Cultural de América, junto a otros cuatro artistas peruanos, en junio de 1987.
Siendo una familia musical, padre e hijo compartieron la escena más de cien veces, pero solo dos grabaciones. “El primero fue un disco llamado La nueva generación de la familia Avilés –en la que cantaron una marinera– y, muchos años después, un disco que aún no ha sido lanzado y que lleva como nombre Avileseando”.
“Mi padre fue un hombre con un gran sentido del humor. Nunca nos golpeó ni nos castigó. A cambió nos ofreció su amistad y por eso es muy difícil superar la muerte que llegó a nuestra familia, aquel 4 de abril de 2014, debido a una complicación cardiaca”.
“Hay días más calmados, otros son más emotivos, pero Dios sabe por qué hace las cosas. Si mi padre superaba ese problema de salud, no habría sido el mismo. No habría vuelto a salir para ir a La Victoria a reunirse con sus amigos y quizá se hubiera perdido en el olvido, por eso pienso que Dios supo lo que hizo. Mi padre se fue estando en la cresta de la ola, en la cumbre, como los grandes”.
-Legado musical-
Hoy y mañana sábado, en el Día de la Canción Criolla, se realizará un homenaje a Fiesta Criolla y a la figura de uno de sus integrantes más preclaros, don Óscar Avilés.
El encuentro de grandes figuras de la música lo encabezará Pepe Torres para perpetuar ese sentimiento de peruanidad que, en gran parte, inspiraron estos artistas de la guitarra y el canto.
Óscar Avilés merece este y muchos homenajes por su aporte a la identidad del pueblo. Aunque quizá el más importante -como dice su hijo- esté siempre presente cuando se afirma que Óscar Avilés “vive en el corazón de todos los peruanos”.
(FIN) RCL/MPM
Publicado: 30/10/2015