Es necesario repensar las políticas de prevención y lucha contra las drogas a la luz de las consecuencias que vienen teniendo en países como Perú la pandemia del covid-19 y la situación económica derivada de esta, señaló Antonino de Leo, representante para Perú y Ecuador de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
Dijo también que se debe tener en cuenta que proyecciones realizadas hacia el 2030 dan cuenta de que para entonces se incrementaría en 11 % la cantidad de usuarios de drogas a escala mundial. Este crecimiento “se daría principalmente en los países en desarrollo, que tienen una mayor cantidad de población joven”, advirtió.
“La situación particular por la que atraviesan los jóvenes en el Perú, además de expresar desesperanza ante el futuro y un mayor estrés, aumenta el consumo de drogas. Por eso se necesita una fuerte inversión en salud y una expansión en los programas de prevención, basados en evidencia científica”, expresó De Leo.
Enfoque en los menores de edad
Dicha situación responde también al aumento “sin precedentes” de la pobreza debido a la pandemia. Por ello resulta necesario priorizar programas de fortalecimiento de capacidades, hacer partícipes a los menores de la vida de sus comunidades, y desarrollar “un programa decidido de retorno a clases”, evitando así la deserción escolar; fenómeno que se da desde el 2020.
De Leo indicó también que el replanteamiento de las políticas contra las drogas tiene que tomar en cuenta que el impacto de la crisis actual en las zonas de influencia de los cultivos de coca en el país “debe estar siendo devastador, dada la situación de vulnerabilidad preexistente en los hogares rurales”.
“Hay que romper el círculo vicioso que atrapa a los agricultores” y que los involucra en actividades vinculadas al cultivo ilegal. “Eso necesita de una visión de largo plazo, apoyada por financiación, respaldo político adecuado y una agenda amplia de gobernanza y desarrollo humano sostenible”, indicó.
Cooperación internacional y proporcionalidad de las penas
Otro punto a repensar dentro de la política antidroga es el de la lucha contra el narcotráfico, dijo el representante de la Unodc. “Es fundamental que los esfuerzos de aplicación de la ley contra las redes de tráfico de drogas se puedan focalizar en las grandes redes del narcotráfico y no en los eslabones más débiles, como los campesinos y microcomercializadores”, apuntó.
También se hace necesaria una mayor cooperación regional e internacional, intercambio de información de inteligencia en y fortalecer el trabajo de control de insumos para la elaboración de drogas, de cargas de contenedores en los terminales portuarios, así como un mayor control judicial, dijo De Leo.
En ese contexto, señaló que, además, “hay que repensar las políticas de drogas en un contexto de crisis y emergencia climática, de conservación medioambiental, y de protección del medio ambiente”.
“Las políticas sobre drogas tienen que ser parte integral e integrante de políticas de desarrollo sostenible de conservación del medio ambiente y de atención a las comunidades indígenas”, añadió. Así se apoyará a grupos humanos y entornos naturales no solo afectados por el narcotráfico, sino también por la minería ilegal y los delitos contra la vida silvestre y los boques.