Aún no cumple 10 años y ya es mundialmente conocido. Ha reunido en un proyecto innovador lo mejor de las finanzas y su espíritu ambientalista. Ha creado un banco que da alimentos sanos o útiles a los niños que reciclan. Ha pedido al Estado peruano que se enseñe finanzas desde el colegio para disminuir la pobreza. Su voz ya es escuchada en la ONU y su sueño es convertirse en ministro del Ambiente.
José Adolfo Quisocala Condori visita en estos días Lima, quiere conocer al ministro del Ambiente. Él también, algún día, se convertirá en el titular de esa cartera. Es su meta. Antes, se graduará de economista, me dice.
A Manuel Pulgar-Vidal quiere pedirle que le permita conocer la sede de la COP20, para ver a delegados y negociadores en acción. Y también le pediría que haga algo para que no se siga contaminando Lima, “porque está muy cochina, llena de basura en las calles”.
Su ciudad, Arequipa, es menos sucia, pero le preocupa que casi todo el año no ha llovido y el alarmante nivel de radiación. José Adolfo cumplirá mañana 10 años de edad, cursa el cuarto de primaria y siempre lleva las envolturas en sus bolsillos hasta llegar a su casa.
Agenda llena
Tiene una agenda recargada: es gerente general del Banco Cooperativo para los Estudiantes ‘Bartselana’, que fundó hace dos años en la Ciudad Blanca; es miembro voluntario internacional del Comité de Jóvenes de las Naciones Unidas para la región de las Américas y el Caribe, es embajador del programa “Pon de tu parte”, del Minam y es alcalde de su colegio, Luis H. Bouroncle, en la ciudad de Arequipa.
Los lunes, miércoles y viernes practica taekwondo y las tardes de los otros tres días dicta charlas de educación financiera y educación ambiental a niños y jóvenes.
Para José Adolfo es sencillísimo hablar de la institución financiera que ha creado. Tres veces por semana, los niños pueden dejar el material reciclable (cuadernos, botellas) en la cooperativa Punto Verde, que funciona a la hora de entrada y de salida del colegio.
Cuando llegan a acumular cinco kilos de material reciclable, los chicos reciben en el Banco del Estudiante ‘Bartselana’ su tarjeta de apertura, auspiciada este año por el Banco Azteca, y con los kilos que acumulen en las siguientes campañas, pueden intercambiar su microcrédito acumulado en la “Bodeguita ecológica” con productos de primera necesidad o útiles escolar o pequeños electrodomésticos, como ollas arroceras o hervidores, por ejemplo.
Negocios sostenibles
Lo que reciban los chicos por kilo (0.70, 0.80 céntimos) dependerá de lo que fijen con las empresas recicladores de papeles y botellas PET con las que trabajan.
Entre 2012 y 2013, el Banco Cooperativo de los Estudiantes reunió 1 tonelada de material reciclable y benefició a más de 200 niños de su colegio; además de las ferias que han organizado en la ciudad de Arequipa enfocada en beneficiar a las personas de menores recursos.
La idea se le ocurrió a José Adolfo cuando era alcalde del colegio y tenía 7 años. Le ayudaron el director del plantel y su papá, quien dicta cursos de educación financiera en la Universidad San Agustín.
Siempre que iba al campus universitario se dedicaba a jugar, pero un día se quedó a escuchar la clase de su papá y le dijo por qué no hacemos esto en mi colegio. José Adolfo observó cómo sus compañeros gastaban su dinero en álbumes o figuritas que, finalmente, terminaban en el piso o comprando cualquier juguete barato.
Entonces se dijo por qué no traen sus cuadernos usados y botellas y les damos microcréditos, “porque hay muchos niños que dejan de alimentarse por falta de dinero o trabajo de sus padres; o dejan de estudiar por falta de material educativo”.
Líder con proyección
La propuesta de este niño peruano ya se ha escuchado en foros internacionales. El 2013, José ocupó el segundo lugar en el concurso internacional de Inclusión Financiera para Niños y Jóvenes, realizado en Estambul, Turquía.
Y en mayo de este año ganó el premio internacional Financial Inclusion: the Youth Financial Landscape Award, en Nueva York, organizado por la ONU y la organización Child Finance Movement (CIFY).
Y Adolfo ya está pensando nuevas ideas para presentarse en la siguiente edición del concurso de inclusión financiera, que se realizará en Dubái en 2015.
Sociosinternacionales
José Adolfo trabaja junto a 10voluntarios y cuenta con el apoyo del reconocido Thunderbird School of GlobalManagement de Estados Unidos, entidad que certifica el programa “Construyendoun sueño”, que su banco ofrece virtualmente a las madres que tienen ideas denegocio.
Ha solicitado a los ministerios de Educación y de Economía que se incluyaen el currículo escolar la educación financiera, para que los niños aprendan el valor delahorro y su poder para evadir la nefasta pobreza.