Los famosos acueductos de Cantalloc, el sitio arqueológico ubicado en la provincia de Nasca, será puesta en valor gracias a una alianza entre el Ministerio de Cultura, el Grupo AJE y la Asociación María Reiche Internacional. El acuerdo también impulsará la reforestación del guarango en Nasca y empoderar a los niños como guardianes del patrimonio.
El dron se eleva entre las chacras, los perros que ladran y los campesinos se empequeñecen como hormigas trabajadoras en medio del valle de Nasca. El vehículo no tripulado nos muestra una serie de “ojos”, espirales levantadas en paralelo en dos ramales: la tecnología del siglo XXI nos permite apreciar la tecnología de hace mil años que desarrollaron los nascas para transportar agua y para darle vida a estos desiertos.
Los “ojos” son los respiraderos de los acueductos de Cantalloc, en el valle de Nasca. Más arriba, las avionetas vuelan, camino a las líneas que puso en valor la alemana María Reiche (1903-1998), ya polvo entre estrellas.
Los acueductos de Cantalloq suman 29. “La función principal del sistema hidráulico es captar el agua de la capa freática a través de canales subterráneos o galerías para conducir hacia la superficie”, explica Abdul Yalli, arqueólogo del sistema de gestión de Nasca y Palpa de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Ica. De los 29 acueductos, una veintena continúa en funcionamiento, permitiendo el riego de las áreas de cultivo.
“El resto está prácticamente desaparecido”, agrega. “Algunos no funcionan porque están descuidados, faltan conservación y restauración; otros, están tapados. Fueron afectado por la expansión agrícola y urbana”.
¿Cómo se construyeron estos acueductos? Eran canales abiertos de kilómetros, para traer agua desde los Andes. Se construían muros de contención y se sumaba una techumbre de lajas largas y, en algunos casos, de rollizos de guarango. Después se rellenaba el canal y se dejaba los respiraderos u ojos para el ingreso de la luz y del oxígeno. Solo en el acueducto de Cantalloc suman 21 los respiraderos o “chimeneas”.
“Los acueductos son una obra de ingeniería muy adelantada a su tiempo. Tienen 2,000 años de servicio a la agricultura. Son una demostración de la capacidad del ser humano de generar respuestas a las condiciones duras de los territorios”, dice el director de la DDC de Ica, del Ministerio de Cultura, Alberto Martorell. “Gracias a estas técnicas se explica cómo ha podido florecer una cultura tan importante como la Nasca”.
000
La semana pasada, en Nasca, el Grupo AJE firmó un acuerdo con la Asociación María Reiche Internacional Arte & Ciencia y el Ministerio de Cultura para salvaguardar este espacio único.
El director global de comunicaciones y sostenibilidad del Grupo AJE, Jorge López Dóriga, explica que como miembros fundadores del Pacto de la Cultura 2030, junto con Unesco y el Ministerio de Cultura, la empresa se ha puesto por misión poner en valor y apoyar a las instituciones para que los acueductos de Cantalloc sean declarados patrimonio mundial. (AJE ya fue reconocido por trabajar con la municipalidad de Machu Picchu, Cusco, en el desarrollo de la ciudad sostenible).
El acuerdo consta de tres proyectos. El primero se relaciona directamente con los acueductos de Cantalloc. “Es una gran tecnología, pero la gente solo conoce las líneas de Nasca, que se ubican en un área de 500 kilómetros cuadrados, similar al territorio de Tumbes”, dice.
También se trabajará un proyecto con los niños de las escuelas para sean los “protectores de las líneas de Nasca”, pues son los herederos naturales de la cultura Nasca. Finalmente, se trabajará en la reforestación del árbol del guarango, especie endémica de Nasca, que ha sido deforestado.
Retomamos la conversa con Alberto Martorell, del DDC de Ica. Se entusiasma: con los aliados, los acueductos podrán ser más conocidos, se difundirán, formarán parte de la propuesta turística y entrarán en la Lista del Patrimonio Mundial, un proceso de varias fases que incluye la preparación del expediente, destacando el valor universal excepcional de este sistema de acueductos y la inauguración de un centro de interpretación en Cantalloc para que los visitantes entiendan el valor del sitio.
“Los acueductos están en espacios públicos y privados. En cultura, se necesita explicar a las personas para que se sumen. Queremos que los acueductos sigan sirviendo a la agricultura, que es su función natural. Y eso sirve tanto al dueño del terreno como al turismo y a las mismas instituciones. A todos”, dice el funcionario.
Con respecto a la futura presentación de los acueductos de Cantalloc para ser reconocidos como patrimonio mundial, Guiomar Alonso Cano, la nueva representante de la Unesco en el Perú, ve con mucho agrado que el Estado peruano esté pensando en presentar dossiers de candidaturas a la Lista de Patrimonio Mundial. “El Perú tiene 13 sitios de patrimonio mundial; llevarlo a 15 sería maravilloso”.
000
Este 1° de julio, la Institución Educativa N° 22397 Adelina Fernández Alvarado cumple 64 años. Se ubica en el centro poblado de Tulín, en el distrito de El Ingenio, en la provincia de Nasca (Ica). Alberga a 200 niños. La mayoría de los padres de familia se dedican a las labores del campo.
“Queremos que los niños sean conscientes de toda la riqueza que tenemos en Nasca. Que reconozcan el gran trabajo que hizo María Reiche para su cuidado. Ellos se están comprometiendo a seguir su gran legado”, dice la directora del plantel, Leticia Luján.
La presidenta de la Asociación Internacional María Reiche de Arte y Ciencia, Ana María Cogorno, recuerda cuando en 1989 empezó a caminar al lado de la matemática y arqueóloga alemana y cada semana visitaban los poblados rurales de Nasca y Palpa.
“Al mes entendí el recorrido semanal: estamos en un área difícil y son las comunidades las que conviven con las líneas de Nasca. Sin embargo, no la conocen. Ese es el valor principal que le dio María”, explica.
000
“También los brujos y sabios de algunas comunidades negras del Perú han asumido que las huellas laberínticas que muestran muchos troncos de guarango, producto de cierta carcoma, constituyen una escritura secreta”, escribió entre las sabrosas viñetas de su Biblia de guarango el recordado narrador nasquense Gregorio Martínez.
En una quebrada del distrito de El Ingenio, un guarango que duplica la edad del Perú republicano me mira con su sabiduría de Matusalén. “Es una especie patrimonial, de aproximadamente 400 años. Estamos en los estudios para poder tener esa información más al detalle”, me datea el ingeniero Jhon Fernández, responsable de Nasca y Palpa del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).
Guarango viene del quechua guarancco, que significa “mil”. Ya que un árbol de estos Prosopis pallida pueden vivir hasta diez siglos, dicen los cronistas. Y en Santa Cruz, en Palpa, hay un árbol de esa edad, que yace muerto porque las autoridades no hicieron nada. Caray.
Son longevos, pero su reproducción es muy difícil. Si es por forma natural la propagación de la especie, necesita de la intervención de ovinos o caprinos porque la corteza es muy dura, y cuando defequen, las semillas están húmedas y pueden germinar. La otra es en los viveros: el hombre debe intervenir y raspar la dura corteza de las semillas, echarla en el sustrato. En promedio se pierde un 30% de semillas en la reforestación.
En las laderas de los cerros desérticos viven mejor estos árboles matusalénicos que se aferran a la vida gracias a sus raíces pivotantes, que se entierran 70 u 80 metros en busca de la capa freática.
El especialista cuenta la problemática actual. Hoy, con la segunda reforma agraria, se han parcelado los terrenos y los guarangos sufren una mayor presión antrópica tanto por la producción de la leña para el carbón que usan en las pollerías como por el consumo de sus vainas de algarrobo, que se usan para alimentar al ganado. Todo ello ha llevado a una drástica reducción del guarango. Serfor está en la tarea de darle a los productores especies alternativas, como árboles frutales con características leñosas y aromáticas, para que dejen de diezmar al guarango. Además, trabaja con las comunidades campesinas y organizaciones no gubernamentales para recuperar la especie desértica.
Como parte de la Estrategia Nacional 2020-2030, la entidad ya identificó 280,000 hectáreas donde se puede reforestar esta especie patrimonial junto con el espino, la tara y el molle (costero y andino), también depredados.
“La meta es tener viveros forestales en las provincias de Palpa y de Nasca para el guarango. La alianza con el Grupo AJE nos apoyará bastante para poder construirlos, tener estos plantones y reforestar. También nos permitirá contratar guardabosques para que nos apoyen en la gestión de estos recursos forestales”, dice Fernández.
Más en Andina:
(FIN) DOP/MAO
Publicado: 1/7/2022