Uno atrae los focos y el otro huye de ellos: Paul Pogba y N'Golo Kanté forman un dúo clave para el juego de Francia y su aportación puede ser determinante para los Bleus ante Uruguay, el viernes en cuartos de final del Mundial.
Pogba generó dudas antes del Mundial. A sus 25 años y con 57 partidos como internacional, reivindicaba su lugar en el equipo, pero su rendimiento hacía que muchos se preguntaran si él podía ser uno de los líderes.
En Rusia, eso sí, ha respondido bien en el campo. Participó en los tres goles marcados por Francia en la fase de grupos.
Ante Australia dio el pase a Antoine Griezmann, que provocó el penal que abrió el marcador, y luego forzó a que un jugador rival anotara en contra, en un tanto que inicialmente había sido atribuido al jugador del Manchester United, antes de que la FIFA terminara considerándolo un autogol de un jugador 'aussie'.
Frente a Perú habilitó a Olivier Giroud en la jugada que luego permitió marcar a Kylian Mbappé.
Contra Argentina en octavos de final (4-3) estuvo sobre todo concentrado en la batalla en el centro del campo, recuperando balones. Su trabajo fue en la sombra, pero valioso igualmente.
"Paul juega fácil, está bien, tranquilo y aplica las consignas. Cuando yo le entrenaba era un nueve, por eso intenta cosas ofensivas. Lo que todo el mundo espera es el Paul de la Juventus, donde era más ofensivo y donde tenía gente trabajando detrás suyo. En Francia es más defensivo", valora a la AFP Sambou Tati, que le entrenó en el inicio de su adolescencia en Roissy-en-Brie, en la periferia de París.
Pogba parece además recuperar el buen humor. El pasado 24 de junio dio una conferencia de prensa, la primera con la selección desde hace cuatro años, y el tono fue distendido y cordial.
"Tiene carisma, liderazgo y esa rabia de querer ganar siempre. Es muy crítico con sus propias actuaciones, muy exigente consigo mismo. Cuando falla algo, gesticula", apunta Sambou Tati, que destaca la complementariedad de Pogba y Kanté: "N'Golo limpia, Paul recoge y reparte".
- Quince pulmones -
Kanté, de 27 años y 28 veces internacional, tuvo la misión de estar "muy cerca" de Lionel Messi el sábado en los octavos de final, evitando que el capitán argentino "recibiera los pases" y "lo hizo bien", celebró el seleccionador Didier Deschamps. Hasta Diego Maradona citó antes del partido al mediocampista del Chelsea como uno de los hombres fuertes de los Bleus.
El aparente don de la ubicuidad de Kanté estimula la creatividad verbal. El exfutbolista inglés y actual comentarista de televisión Gary Lineker escribió en Twitter durante el Francia-Australia (2-1): "Está bien ver a los dos Kanté jugar tan bien".
"A veces es como si jugáramos con doce, hace el trabajo de dos jugadores", admitió después su compañero Giroud.
"A N'Golo (Kanté) lo ves por todas partes", señala Lucas Hernandez. "Corre por todas parte, con quince pulmones", estimaba por su parte Pogba.
Pese a ese protagonismo en el campo, Kanté es tímido y muy discreto fuera del terreno de juego.
"Lo que le importa a N'Golo es hacer su papel y lo que aporta al equipo. Si no hay focos sobre él, eso no le afecta para estar tranquilo y feliz", comentó Deschamps.
Su compañero Samuel Umtiti fue preguntado en una conferencia de prensa sobre si había visto soltarse y relajarse a Kanté alguna vez.
"Le he visto incluso haciendo trampas en juegos de cartas. Sé que está viendo (la conferencia de prensa), así que se lo digo", dijo entre risas. "Es encantador, se enfada pocas veces y siempre tiene la misma cara, sonriendo. Pero sí, le he visto soltarse, sobre todo cuando estamos con los videojuegos", apuntó.
(FIN) AFP/JSO
Publicado: 4/7/2018