Andina

Moody’s: medidas del Gobierno apuntalarán la demanda interna en el 2020

Considera que el plan de infraestructura es un buen primer paso para mejorar la articulación de obras públicas

Vicepresidente del grupo Moody’s Investors Service, Jaime Reusche, Foto: ANDINA/archivo.

Vicepresidente del grupo Moody’s Investors Service, Jaime Reusche, Foto: ANDINA/archivo.

06:00 | Lima, nov. 8.

Por Miguel De la Vega

El vicepresidente del grupo Moody’s Investors Service, Jaime Reusche, reconoce que un incremento del salario mínimo favorecerá, en el corto plazo, el consumo entre los trabajadores que perciben ese ingreso, y que los sectores de la construcción, financiero e inmobiliario serían los más dinámicos el próximo año.

¿Cómo evalúa el impacto de las medidas anunciadas por el Gobierno para impulsar el crecimiento económico en el 2020?

–Las medidas anunciadas deberían añadirle un impulso marginal al crecimiento en el 2020, sobre todo dinamizando el sector de la construcción, al agilizar proyectos de inversión pública con avances significativos, y el sector inmobiliario, por el reacomodo del gasto que favorece la extensión de bonos hipotecarios.

El incremento del salario mínimo favorecerá, en el corto plazo, el consumo entre los trabajadores que ganan este sueldo.

El balance debería ser favorable a la actividad en el 2020 al apuntalar una dinámica favorable de la demanda interna.

¿Qué medidas se necesitan para impulsar más las inversiones públicas y privadas?

–El Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad es un muy buen primer paso para mejorar la articulación y los encadenamientos de las obras de infraestructura pública, pero falta mayor capacidad de gestión, en la cual es indispensable contar con mayor presencia de profesionales altamente capacitados que puedan tomar decisiones sin ser penalizados por sospechas o investigaciones anacrónicas que paralizan el engranaje del sector público.

¿Qué sectores presentarán mayor dinamismo en el 2020? 

–Los sectores de la construcción, financiero e inmobiliario serían los que se beneficiarían más, y en menor grado el sector retail, si el consumo en los sectores que perciben el salario mínimo se dinamiza en el margen, pero los beneficios serían mucho más limitados.

¿Siguen los inversionistas extranjeros apostando por el Perú?

–Por el lado de los inversionistas extranjeros sigue habiendo mucha calma y una visión favorable de Perú, que no ha caído en una ruptura del orden social con protestas violentas como ha ocurrido en otros países de la región. 

Esta tranquilidad resulta valiosa; resalta la buena opinión que se tiene de Perú gracias a sus sólidos fundamentos económicos y la solvencia fiscal de los últimos años.

¿Qué riesgos externos se presentan para la economía peruana en los próximos meses?

–Los riesgos externos por las guerras comerciales persisten, al igual que la potencial volatilidad de los flujos de capital ante eventos de riesgo geopolíticos. Ambos afectan los precios de los activos financieros y de las materias primas, pero fuera de un colapso abrupto, yo diría que estos riesgos son limitados para el Perú. Influye más el ámbito interno.

¿Cuándo mejoraría la confianza de los inversionistas nacionales?

–Con mayor calma en el entorno político debería de darse un repunte de la confianza empresarial. 

¿Qué reformas estructurales debemos implementar en el 2020?

–Muchas de las reformas ya están identificadas en el Plan Nacional de Competitividad y Productividad, pero implementarlas es una tarea difícil por la resistencia en el ámbito social (siempre habrá sectores que se oponen al cambio que genere dinamismo y competitividad), el político (los intereses arraigados y la corrupción que se beneficia de las deficiencias estructurales que acogollan el crecimiento económico) y el operativo (aquellos que limitan el funcionamiento adecuado del Estado).

Tenderle la mano al sector privado es crucial en este proceso.


Diferencias entre el caso de Chile y Perú


Reusche refirió que a diferencia de lo que sucede en Chile, la insatisfacción de la ciudadanía en Perú responde más a un disgusto con los intereses arraigados de un sistema político que le ha dejado muchos espacios a la impunidad, el tráfico de influencias y los intereses arraigados; además de un rechazo a la corrupción endémica y desmedida de la clase política y los sectores que la alimentan. 

“No hay un rechazo de medidas económicas porque no hay necesidad de ajustes bruscos. Esto es gracias a la prudencia de los tecnócratas peruanos, que han mantenido un equilibrio ejemplar de la situación económica y fiscal del país”, afirmó.

Agregó que no hay un repudio al modelo económico que le ha servido muy bien al país y ha generado logros sociales notables. 

Sugirió que, a fin de evitar llegar a una situación como la de Chile, en Perú se deben implementar reformas políticas que incrementen la transparencia, la responsabilidad y el control sobre la clase política y el sistema legal, consensuadas con la sociedad civil.


Más en Andina:




(FIN) SDD
GRM


Publicado: 8/11/2019