La pandemia del covid-19 ha marcado un antes y un después para la humanidad, dejándonos invaluables lecciones sobre nuestra relación con el planeta. A fin de cuentas, el coronavirus no será la última crisis que afrontaremos, ya que el cambio climático continúa siendo nuestro mayor desafío a largo plazo y requiere de acciones urgentes para asegurar la calidad de vida de la población y promover así una economía socialmente inclusiva.
Así lo afirmó Rosa Morales Saravia, directora general de Cambio Climático y Desertificación del Ministerio del Ambiente (Minam), quien precisó que ese sentido de urgencia y de ambición serán claves en las negociaciones que se sostendrán en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que esta semana reúne a líderes del mundo en Glasgow.
Sostuvo que la cumbre climática global será decisiva para el devenir del planeta y la ambición que alcancen los países en aras de adaptarse al cambio climático y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), tal como lo demanda el Acuerdo de París para evitar poner en riesgo a nuestra población y los ecosistemas que el Perú posee como son sus costas, Andes y Amazonía megadiversas.
"En este escenario, el compromiso del Perú cobra un protagonismo importante. El país cuenta con 154 medidas de adaptación y mitigación, denominadas Nuestro Desafío Climático o NDC, que se suman a la acción climática del mundo. Estas determinan nuestro compromiso para reducir la vulnerabilidad de nuestras poblaciones, ecosistemas y medios de vida, así como alcanzar la descarbonización de la economía para el 2050 e impulsar un desarrollo sostenible que rompa brechas de desigualdad", aseveró.
Morales Saravia manifestó que para lograr esta gran transformación en materia de mitigación, el Estado peruano, bajo el liderazgo del Ministerio del Ambiente, viene trabajando para alcanzar la carbononeutralidad a través de múltiples iniciativas, como promover la diversificación de la matriz energética por fuentes de energía renovable. Junto a ello, impulsamos la electrificación de la economía, las soluciones basadas en la naturaleza y la economía circular; y todo ello forma parte prioritaria dentro de las políticas generales del actual gobierno.
Metas al 2030
El sentido de urgencia y ambición del compromiso peruano sigue siendo crucial. En diciembre del 2020 nuestro país aumentó su ambición pasando a un 40 % de reducción de emisiones de GEI para el 2030. Asimismo, en materia de adaptación al cambio climático, hoy contamos con el Plan Nacional de Adaptación, que establece una ruta clara para la reducción de los riesgos asociados a los peligros del cambio climático e información científica para la toma de decisiones desde el territorio, considerando especialmente los saberes ancestrales de los pueblos indígenas u originarios de nuestro país.
"Alcanzar este nivel de ambición de Nuestro Desafío Climático ha sido una tarea sin precedentes que convocó a todos los sectores del país: el Estado, las organizaciones sociales, los pueblos indígenas, el sector privado y la cooperación internacional, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El Perú es uno de los 120 países en los que esta agencia de la ONU ha puesto en marcha la Promesa Climática, la iniciativa más grande del mundo que impulsa la mejora de las NDC", agregó.
A través del NDC Support Programme, el PNUD no solo ha apoyado a la actualización del compromiso peruano, sino a sacar adelante iniciativas que faciliten la transparencia para ver el progreso real de la reducción de emisiones, y para el financiamiento climático de las medidas climáticas.
Huella de Carbono
Así, por ejemplo, se han impulsado dos herramientas importantes: el Registro Nacional de Medidas de Mitigación (Renami), que registra las acciones de mitigación de diferentes sectores; y la herramienta Huella de Carbono Perú, que promueve y reconoce el esfuerzo del sector público y privado por medir, verificar, reducir y fortalecer la gestión de GEI en la cadena de proveedores, y neutralizar sus emisiones. A ello se suman los avances del país en materia de adaptación al cambio climático, tales como la aprobación del Plan Nacional de Adaptación y el proceso en marcha de implementación de las medidas de adaptación para reducir los riesgos y vulnerabilidad del cambio climático en siete áreas temáticas priorizadas: agua; agricultura; pesca y acuicultura; bosques; salud; turismo; y transporte.
Los ojos del mundo están puestos en los líderes que se congregan en la COP26. Que los países desarrollados y en vías de desarrollo aumenten el nivel de ambición de sus compromisos es indispensable para limitar la temperatura del planeta a 1.5 grados, en lugar de 2 grados. Aunque medio grado podría parecer poco, cualquier aumento más allá de los 1.5 detonará impactos más devastadores del cambio climático, sobre todo para los países más vulnerables, y pondrá en riesgo nuestra propia existencia. El Perú ya está haciendo su parte al declarar la emergencia climática nacional y; de este modo, cada vez irá aumentando su nivel de ambición para estar a la altura de lo que implica este desafío para la humanidad.
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(FIN) DOP/MAO
Publicado: 10/11/2021