Es a partir de ese momento en que comenzó la pesadilla para la familia Álvarez Marchena, conformada por los esposos y sus dos menores hijos: Miguel Ángel (4 años) y Kalessy (de 1 año y medio).
Tres de los miembros de la familia -el marido había salido a trabajar- estaban descansando con tranquilidad en el interior de su vivienda de material prefabricado, cuando fueron sorprendidos por el huaico, causando que una de las paredes de ladrillo y concreto de una casa vecina les cayera encima, dejándolos sin posibilidad de moverse.
Katherine Marchena Bello (22 años), madre de los niños, relata como sintió que el agua y lodo ingresaba con fuerza a su vivienda y la arrastraba hacia afuera. Ella atinó a coger a su niña, pero fue tanta la furia del huaico que terminó junto a su hijita tres más abajo.
“El agua entró al lote donde estábamos y nos arrastró tres calles más abajo. Nos golpeó y nos revolcó tanto que mi hijo se soltó de mi mano, no lo pude agarrar más y me quedé con mi pequeña en el agua”, detalla Katherine.
Recuerda que cuando logró ponerse de pie vio a su hijita tirada como si fuera un muñeco de trapo lleno de barro y totalmente quieta.
“Pensé que estaba muerta, pero estaba con los ojos abiertos y llena de barro”, recuerda.
Seguidamente vio aparecer a su padre y hermano quienes la ayudaron a cargar a su bebita para poder llegar hasta su vivienda.
Al llegar a su asociación vio que ya no había nada y fue en ese instante cuando unos vecinos le dijeron que había encontrado a su hijo Miguel Ángel atrapado bajo una columna de concreto.
“Cuando le retiraron la pared mi hijo no se movía para nada. Pensé que estaba muerto. Solo después de que lo estuvieron reanimando, y no daba señales de vida, ya empezó a respirar “, indica.
Katherine considera que lo ocurrido por su pequeño Miguel Ángel es un milagro porque pensó que había muerto, ya que lo encontramos media hora después de lo ocurrido.
“Él (Miguel Ángel) es un niño autista y siempre me lo han discriminado, me sentí destrozada. Pero cuando lo encontré sentí un alivio”, manifestó.
Hoy la familia Álvarez Marchena agradece la labor de los bomberos y del personal de salud que los atendieron y permitieron que estén en buenas condiciones para poder reconstruir su casa y seguir con sus vidas.
(FIN) LIT