La selección de Marruecos se proclamó campeona de la Copa Árabe luego de imponerse por 3-2 a Jordania en una vibrante final disputada en el Estadio Lusail de Catar. El título se definió en el tiempo suplementario gracias a un gol decisivo de Abderrazak Hamdallah, en un duelo cargado de emociones y giros inesperados.
El conjunto marroquí alcanzó así su segundo trofeo en la historia de la Copa Árabe, tras el conseguido en 2012, cerrando una campaña sólida e invicta. A lo largo del certamen, Marruecos sumó cinco triunfos y un empate, consolidándose como el equipo más regular del torneo.
El partido comenzó de manera inmejorable para los ‘Leones del Atlas’. Apenas a los cuatro minutos, Oussama Tannane sorprendió con uno de los goles más espectaculares del campeonato: desde más de 50 metros, vio adelantado al arquero Yazeed Abulaila y envió el balón al fondo de la red para abrir el marcador.
Jordania intentó reaccionar, pero le costó generar peligro durante la primera mitad. Incluso, estuvo cerca de recibir el segundo tanto antes del descanso, cuando un remate de Tannane fue despejado sobre la línea por el defensor Issam Smeeri.
Reacción jordana y definición en la prórroga
Tras el entretiempo, Jordania mostró una versión completamente distinta. Con mayor intensidad y variantes ofensivas, encontró rápidamente el empate a través de Ali Olwan, quien conectó de cabeza tras un tiro de esquina en el inicio del segundo tiempo. Más adelante, el propio Olwan volvió a aparecer desde el punto penal para colocar el 2-1 y desatar la euforia de su afición.
Marruecos no bajó los brazos y empujó hasta el final. A falta de pocos minutos para el cierre del tiempo reglamentario, Abderrazak Hamdallah aprovechó un balón suelto en el área tras un córner y selló el 2-2, enviando la final a la prórroga.
En el tiempo extra, Jordania llegó a festejar un gol que fue anulado tras la revisión del VAR. Minutos después, Hamdallah volvió a ser determinante al marcar el 3-2 definitivo en el minuto 100, asegurando el título para Marruecos.