El mundo entero esperó con ansias. La ciudadela inca de Machu Picchu vivió un día especial el 1 de noviembre cuando se reabrieron oficialmente las puertas en medio de la emergencia sanitaria por el covid-19 y 675 turistas tuvieron el privilegio de ingresar y recargarse con la energía de una de las siete maravillas del mundo moderno enclavada en la provincia cusqueña de Urubamba.
El primero en ingresar, a las 6:17 horas, fue el peruano Víctor Alfonso Gavidia Cabrera, limeño que radica en el distrito de Machu Picchu. Él recibió el libro “Arqueología y antropología de Machupicchu”, entregado por el jefe del parque arqueológico, José Bastante.
Dos minutos después ingresaron dos turistas chilenos: Juan José García y María Victoria Morán. A las 6:22 horas hicieron lo propio los franceses Veronique Collin y Arnaud Nicolas.
“La ciudadela está espectacular y podemos comprobar que la cultura Inca es increíble. Estamos muy contentos y orgullosos de ser los primeros en ingresar a Machu Picchu después de tanto tiempo”, expresaron Juan José y María Victoria.
La mayoría de los visitantes en este primer día fueron connacionales, venezolanos, colombianos y franceses, que esperaron más de siete meses para poder visitar este símbolo icónico de nuestra cultura. Debieron inscribirse vía web para conseguir un cupo y acceder al milenario sitio de manera gratuita.
Ingreso gratuito
Ante la gran demanda de turistas nacionales y extranjeros para ingresar a la ciudadela, el ministro de Cultura, Alejandro Neyra, anunció que se amplió el plazo de ingreso gratuito hasta el 31 de diciembre. Este beneficio incluye a Machu Picchu y la red de museos y sitios arqueológicos de todo el país que administra el sector Cultura.
Para ingresar al santuario se han adoptado una serie de protocolos de bioseguridad, como la medición de temperatura, la desinfección y el lavado de manos. Asimismo, es obligatorio el uso de mascarillas. La capacidad de ingreso a
Machu Picchu será, por el momento, de
675 personas por día, es decir, un 30 % del total de aforo.
Los grupos ingresan por horarios, cada uno de ocho personas y van a una distancia mínima de 20 metros de otros grupos. Todos los visitantes deben reservar su ingreso con anticipación vía web.