Machu Picchu no solo impresiona por su belleza arquitectónica, sino también, por sus fieles guardianes, como son los intrépidos coatíes andinos o capisos, Nasuella olivácea, que sorpresivamente aparecieron ante la mirada de turistas que en ese momento recorrían la ciudadela inca.
La gran familia de estos mamíferos, entre adultos, jóvenes y pequeños, fueron vistos con emoción y gran admiración el último fin de semana por el sector “Casa del Guardia”, parte alta de la ciudadela de Machu Picchu. Estos, guiados por su olfato, ingresaron curiosos a los terraplenes y áreas verdes.
Rumi Alegría Zúñiga, guía de turismo independiente, contó a la Agencia Andina que la casi docena de coatíes entró aprovechando que en ese momento los turistas se hallaban alejados “tuve la suerte de subir en la madrugada para ver el amanecer con un grupo de turistas centroamericanos”, indicó.
Indicó que en ese momento que atravesaban “La Casa del Guardián” logró escuchar la aproximación de los animalitos por entre las ramas “vi que algo quería salir, y luego salían, uno, dos, tres hasta como 12 coatíes, de manera amistosa”, destacó.
El guía de turismo, sintió que los “
anfitriones de Machu Picchu” no solo querían curiosear, quizá en búsqueda de comida, sino descubrir a los visitantes de la LLaqta “estuvieron como de 10 a 12 minutos, recorriendo las terrazas, con sus crías que corrían”, agregó.
La presencia de coatíes en Machu Picchu es normal en zonas de vegetación, sin embargo, raras veces pueden ser captadas, como en esta oportunidad y en la misma ciudadela Inca. Según Rumi Alegría, durante sus guiados, pudo apreciar la aproximación de sajinos, osos de anteojos y el repoblamiento de gallitos de las rocas, al menos en el camino a Aguas Calientes.
El guía de turismo consideró que la aparición de más animalitos es por la preservación, conservación y cuidado del Santuario de Machu Picchu, por autoridades competentes y la misma población que aprende a convivir con ellos “a estos animalitos hay que observarlos y no tratar de acercarnos, respetarlos, porque sienten nuestra presencia y saben quiénes les pueden dañar”, finalizó.
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(FIN) PHS/MAO