El pueblo de Machu Picchu, ubicado en la provincia cusqueña de Urubamba, está de fiesta. Con gran algarabía celebra los 16 años de la declaratoria de la ciudadela inca de Machu Picchu como una de las nuevas siete maravillas del mundo ante el abrumador respaldo del voto popular desde todos los rincones del planeta.
El día, que ha tenido un clima agradable, empezó con una misa de salud frente a la imagen de la Virgen del Carmen. Las autoridades locales y castrenses y la población acudieron a la iglesia para renovar su fe e invocar a Dios su protección.
Luego ocuparon un estrado instalado en la puerta del municipio distrital de Machu Picchu, para recibir a las múltiples instituciones públicas y privadas que llegaron con música y danzas típicas para saludar a la ciudadela inca y reconocer por qué es el ícono turístico del Perú y una
maravilla mundial.
Las coloridas danzas y el desfile de las delegaciones se robaron aplausos de los vecinos y los turistas atraídos por la música; muchos, incluso, hasta se contagiaron de las ganas de cantar los himnos Nacional y del Cusco.
Identidad y orgullo
“Es muy importante celebrar este reconocimiento y es diferente en este año por las dificultades en el proceso de reactivación”, afirmó a la Agencia Andina el burgomaestre de Machu Picchu, Elvis La Torre, al expresar su confianza en que se pueda volver a lo que fue antes de la pandemia. “Estamos en un 65 % de recuperación”.
Las actividades continúan; hace poco se celebró la sesión solemne por el histórico día y se alista una escenificación inca para realzar la declaratoria de Machu Picchu.