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Los 'hooligans' bajo estrecha vigilancia antes del Mundial-2018

Los holligans estarán bajo vigilancia en el Mundial Rusia 2018

Los holligans estarán bajo vigilancia en el Mundial Rusia 2018

07:43 | Moscú, jun. 12.

Cuando el sorteo de la Eurocopa-2016 metió a Rusia e Inglaterra en el mismo grupo, Vladimir entendió que era una oportunidad única de enfrentarse a los hooligans ingleses. Tras lo ocurrido en Marsella, ya no será igual en el Mundial-2018 de Rusia.


Este treinteañero moscovita se había distanciado de los grupos ultras rusos en los últimos años, pero la posibilidad de infligir una dolorosa humillación a los hinchas de los 'Tres Leones' era demasiado tentadora.

"Hay todo un mito alrededor de los hooligans ingleses. Todos entendimos que había llegado el momento de darse a conocer", explica a la AFP.

Los enfrentamientos ocurrido en Marsella el 11 de junio del año pasado fue portada en todos los diarios y televisiones del mundo entero: cientos de ultras rusos bajan rápidamente por las calles de la ciudad del sur de Francia y apalean a cuantos ingleses se cruzan. Las fuerzas de seguridad, sobrepasadas, hablan de "actos hiperviolentos y ultrarrápidos".

En las semanas siguientes, las imágenes de los hinchas ingleses ensangrentados levantaron dudas sobre la capacidad de Rusia para organizar un Mundial completamente seguro para la mayoría de amantes del fútbol.

En un primer momento, la diplomacia rusa criticó las detenciones "inadmisibles" de hooligans rusos por parte de la policía francesa y algunos diputados incluso animaron a los hinchas a pelearse. No obstante, Moscú cambió a raíz de las críticas recibidas en Europa. Y los radicales entendieron que pasaron de ser héroes a convertirse en el objetivo de las autoridades.

- División E -

Llevadas a cabo por la División 'E' del ministerio del Interior, la que habitualmente se encarga de los extremistas y opositores políticos, las detenciones y condenas contra los hooligans se han multiplicado. Incidentes menores en partidos del campeonato derivaron en una represión feroz, con acusaciones ante la justicia que, por su parte, ha dictado numerosos arrestos domiciliarios, denuncia Vladimir.

Para los hinchas, el mensaje es claro: no penséis repetir durante el Mundial lo que ocurrió en Marsella. "La policía está tan activa que no podrá ocurrir nada. Estoy seguro al 100%", predice el joven.

El movimiento hooligan ruso se desarrolló en los años 1990 tras la caída de la Unión soviética, tomando como modelo de cultura de la violencia el de los partidos de fútbol en el Reino Unido.

Todo comenzó con peleas entre "firmas" (nombre con el que se conocen a los grupos radicales) como consecuencia del consumo de alcohol, pero se fue transformando progresivamente en un fenómeno más serio, en el que los hinchas han cambiado la bebida por los gimnasios y los cuadriláteros de boxeo.

El 'hooliganismo' se organizó, al igual que la respuesta de las autoridades: las peleas planificadas de antemano tuvieron que desplazarse de las ciudades a los bosques, lejos de las miradas.

La policía se guarda en secreto la estrategia que piensa utilizar para controlar la violencia de los hooligans durante el Mundial, pero no esconde que vigila de cerca este movimiento. Las autoridades han confeccionado una lista de hinchas a los que se les ha prohibido el acceso a los estadios, que cuenta actualmente con 191 nombres, y apuestan por el carnet de identidad del 'supporter' como medida de seguridad.

"Lo voy a decir sin rodeos: los ciudadanos que hayan violado la ley durante eventos deportivos, que han tenido comportamientos racistas, encendido bengalas, roto asientos, iniciado peleas... los tenemos a todos controlados de cerca y constantemente", advirtió el comandante Anton Goussev, encargado de la seguridad en recintos deportivos del Ministerio del Interior.

- El caso Chpryguin -

Alexandre Chpryguin no tiene dudas: el episodio de Marsella solo le ha traído problemas.

Este antiguo hooligan, que presidía la asociación de aficionados rusos durante la Eurocopa-2016, se convirtió rápidamente en la cara mediática de los enfrentamientos en el torneo continental y fue expulsado dos veces del territorio francés después de ridiculizar a las autoridades galas.

Pero tras su cuarto de hora de gloria, se ha convertido en un apestado. En septiembre, las autoridades deportivas de su país decidieron suspender su colaboración con la organización que presidía y al mismo tiempo fue detenido ante las cámaras de televisión.

"Ese día de verano soleado en Marsella forma ya parte de la historia, pero para mí ha arruinado mi vida", explica a la AFP en un pub moscovita. Los hinchas rusos "demostraron que se convirtieron en los número 1 en Europa", dice.

Pero hay pocas posibilidades de que puedan repetir sus 'éxitos' en su país, ya sea durante la Copa de las Confederaciones o en e Mundial del año próximo.

"Pudimos hacer lo que quisimos en Marsella. No había policía, no reaccionaron a nada", explica este aficionado. "Pero en Rusia, ni una mosca será capaz de pasar entre las redes (de la policía). Será imposible salirse del orden"

(FIN) AFP/JSO

Publicado: 12/6/2017