El pasado 10 de julio Pedro Pablo de Vinatea visitó a los pacientes del Hospital del Niño, para dejarles un mensaje motivador y esperanzador. Los pequeños vieron en De Vinatea un modelo de superación, ante una enfermedad como es el cáncer de huesos, la cual padeció nuestro compatriota y que, lamentablemente, llevó a que le amputaran la pierna derecha cuando apenas tenía 14 años y estaba en plena formación como badmintonista profesional.
Aunque parecía que su vida se suspendía, Pedro Pablo actuó con determinación y vio en el deporte adaptado la forma de continuar con parabádminton, pero como disciplina paralímpica. Así, narró a los pequeños pacientes del Hospital del Niño cómo fueron sus extensas jornadas de cirugías, rehabilitaciones y quimioterapias, en que la frustración y la nostalgia buscaban amilanarlo.
Luego de este largo proceso de resiliencia llegó el momento de volver a las canchas, a sus 21 años, de manera oficial, y debutar en el parabádminton. Ahora, con 31 años, ha conseguido ser tres veces campeón panamericano y medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Parabádminton 2011. ¿Cómo lo logró? Esa primera competencia le cambió por completo la vida y lo animó a estudiar mejor a sus competidores, para llenarse de fortaleza y confianza, apelando a la dedicación y perseverancia.
"Cuando perdí la pierna estaba tímido y bajo de ánimos, y el deporte adaptado cambió drásticamente mi vida", señaló De Vinatea.
Este es el mensaje que brindó a los niños con este problema de salud. Los instó a no renunciar a sus sueños, porque los pueden replantear, mas no cambiar; pues hay formas de seguir adelante, haciendo lo que les apasiona.
Pedro Pablo lleva una vida normal, tanto en la cotidiana como en la competitiva, gracias a la innovación y desarrollo tecnológico de Ottobock, empresa alemana especializada en dispositivos de prótesis y soluciones de movilidad que logran que las personas retomen cierto nivel de independencia, acorde con su diagnóstico médico.
"Hoy en día llevo una vida normal, ya que tengo a mi disposición una prótesis de uso diario y otra adaptada para la alta competencia", explica De Vinatea.
Pedro Pablo se ha convertido desde hace algunos años en el referente más importante del parabádminton peruano. En el 2014 empezó a juntar a un grupo de instituciones y empresas para impulsar y formar una selección nacional, logrando que este arrebato deportivo se transformara en una realidad, convirtiendo a Perú en uno de los países con más jugadores de parabádminton.
“Desde que perdí la pierna y regresé al bádminton transcurrieron muchos años. Di el primer paso y lo demás vino naturalmente. Lo más difícil es atreverse”, declara.
Los pequeños escuchaban atentos acerca de cómo es su día a día, que dedica la mitad del tiempo a entrenar y el resto a promover el deporte. Se tomaron fotos con él, lo abrazaron y se sorprendieron de su apariencia física, porque no parece una persona con discapacidad, y que esta no le impidió estudiar y graduarse como economista, lo cual le posibilitó trabajar en una entidad bancaria.
Se despidió caminando lentamente. Pedro Pablo sabe que en la vida nada es perfecto, pero sonríe y se retira convencido de que dará su mejor esfuerzo para subir a lo más alto del podio en estos
Juegos Parapanamericanos Lima 2019.
“No ha sido un ejercicio de solo visitar, saludar y sonreír, sino algo más de fondo: dejarles un mensaje y motivación de que en la vida es posible reinventar los sueños... Varios de ellos se mostraron sonrientes a pesar de sus condiciones actuales”, fue el sentir de
Pedro Pablo, tras abandonar el
Hospital del Niño.
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Publicado: 20/8/2019