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Le dispararon nueve veces, sobrevivió y ganó una medalla en mundial de tiro en París

La historia de coraje del expolicía peruano que busca triunfar en los Parapanamericanos Lima 2019

Foto: ANDINA/Luis Iparraguirre.

10:29 | Lima, abr. 4.

Por Luis Iparraguirre

Tendido en el suelo con nueve impactos de bala, Jorge Árcela Godoy ni se imaginaba que, años después, iba a levantar la Bandera peruana en París en un mundial de tiro. En aquella trágica escena, en medio del olor a pólvora y gritos desesperados, Jorge solo pensaba en su familia y en la clara posibilidad de estar llegando al final de su vida. “¡Tú no te vas a morir, Negro! ¡No te vas a morir!”, alcanzó a escuchar antes de perder el conocimiento sobre la tolva de una camioneta que absorbió como papel secante los charcos de su sangre. Vea aquí la galería fotográfica

Fue el 30 de marzo del 2014, en el distrito de La Esperanza, Trujillo, en que la banda de delincuentes los Malditos del Triunfo, encabezados por Segundo Samuel Gamarra Correa, alias Paco (asesinado el año pasado por un ajuste de cuentas en el penal de máxima seguridad de Challapalca, Tacna), lo emboscó. Para el sanguinario Paco, el suboficial de segunda de la Policía Nacional era una amenaza latente en las investigaciones que les hacía como agente encubierto.

Sufrió fractura de tibia y peroné, heridas de bala de entrada y salida en cada muslo y de múltiples proyectiles en el lado derecho del abdomen; un pulmón cortado a la mitad, los intestinos reconstruidos, y una bala alojada entre la sexta y sétima vértebra quemándole la médula espinal, la que, al final, fue lo que le produjo la cuadriplejia.

A los 25 años, este joven ayacuchano, a quien le gustaban los deportes extremos y cuya independencia lo llevó a formar parte de la Policía, vio como sus sueños se desplomaban con cada bala que recibía en la emboscaba, pero que no le impidieron convertirse en lo que ahora es: un tipo ejemplar, un modelo de superación, una voluntad de inquebrantable fuerza, tenacidad y coraje. Un hombre de acero.

Los Juegos Panamericanos Lima 2019

Hoy, Árcela es una de nuestras firmes cartas en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019, en la modalidad de tiro con carabina. “Me inicié en este deporte por mi amigo Carlitos Huamán, que me llevó a la Videna, junto con mi novia. Fue allí donde conocí al profesor Rodrigo Aranbuena, quien me dio la bienvenida al equipo, y ya vamos dos años en los que incluso participamos en el Mundial de Francia 2018, donde ganamos la medalla de bronce en la modalidad de equipos”, cuenta mientras se acomoda su prótesis.

“Me siento orgulloso como peruano que se jueguen los Panamericanos y los Parapanamericanos en nuestro país. Abriremos nuestras puertas a diversos deportistas de diferentes naciones y culturas. Nosotros, los peruanos, seremos una ventana al mundo y mostraremos de lo que somos capaces”, afirma.

Jorge desea y luchará por la presea dorada. Sabe que eso se logra con sacrificio y trabajo, por ello practica todas las mañanas en la Videna, de San Luis, donde están las instalaciones de tiro. “Entreno todos los días para dar lo mejor de mí durante la competencia y así levantar muy en alto la Bandera de nuestro país”, promete nuestro paradeportista.

Dios y la familia

“Mi familia fue muy importante; pero sobre todo Dios, que me da la oportunidad de seguir con vida. Mi padre, mi héroe; Mi madre, bondadosa; mi novia, una gran chef, que me traía cosas ricas para comer todos los días durante los siete meses que estuve hospitalizado, y mis hermanos, que nunca me dejaron solo. Siento que toda mi familia jugó un rol importante en mi recuperación”, refiere.

Su novia, Guadalupe Martínez, recuerda el día que recibió la noticia de la emboscada a Jorge; ella estaba en Lima. “Entramos en shock cuando nos explicaron la magnitud de su estado. Nos dijeron que sus heridas eran tan graves que había solo dos posibilidades: o no sobrevivía o iba a quedar cuadripléjico. Fue muy duro para todos, y lo único que hicimos fue unirnos como familia y pedirle a Dios que las cosas mejoren”.

Guadalupe camina por la calle de la mano de Jorge. “Me siento orgullosa por todos los logros que él ha obtenido como deportista. Y eso no solo lo siento yo, sino toda la familia. Para mí, él lo significa todo: motivación, fuerza, valentía... Me quedan cortas las palabras para describir todo lo que siento por él”, dice y se seca una lágrima de emoción.

Un mensaje, un ejemplo

Cuando la vida se torna gris, muchas veces nos sumergimos en la depresión. Jorge llegó a una encrucijada en la que solo habían dos caminos: o hacía algo increíble con lo que le quedaba o se apagaba lentamente como una vela en la oscuridad.

“Podría decirles a las personas que sufren algún problema, cualquiera que sea, que si hay vida todo se puede. La mente juega un rol muy importante en todo: domina el cuerpo, los sentidos. Lo que debemos hacer es seguir adelante. Mirar al frente, pues el pasado ya quedó atrás. No podemos regresar la página ni retroceder el tiempo. Hagamos de cuenta que todo esto, que todo lo malo, ya fue, y que tenemos que seguir adelante con lo que nos queda”, expresa lleno de voluntad y esperanza en el mañana.

“A todos les digo que luchen por sus sueños y metas. Que el mundo no se acaba si perdemos algo en el momento, ya que quizá algo bueno venga más adelante”, sentencia.

Jorge Árcela también clasificó a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. ¿Qué sería de su vida si no hubiese tenido el coraje que demuestra?, nos preguntamos.

No solo es un ejemplo de deportista, Jorge Árcela es un orgullo para nuestro país, por su pasado, su presente y por todo lo que conseguirá en su futuro.

Sin embargo, una historia de éxito no solo es mostrar una medalla o un reconocimiento. Una historia de éxito para Jorge es mantener a Dios frente a su vida, a su amada novia al lado y detrás a toda su familia, quienes siempre esperan verlo sonreír como cuando salía a trabajar vistiendo el glorioso uniforme de la Policía Nacional del Perú.