Reproducir en otros espacios sociales la unión que genera el fútbol es complicado, pero no imposible, aseguró el psicólogo Social Jorge Yamamoto, quien explicó que junto con esa unión, vienen otras cosas primitivas, no tan buenas, como el no analizar con objetividad, sino con un optimismo tan poco racional que nos puede llevar a malas estimaciones en la vida práctica.
Afirmó que si quisieramos hacer una clase de irracionalidad en el pensamiento, habría que juntar a un hincha de un equipo contra otro, ponerlos a discutir y veríamos lo poco racional que es eso, pero refiere, que eso no solo se reproduce en un clásico de fútbol, sino también, por ejemplo, en las elecciones.
"En los noticieros podemos escuchar respuestas espantosas de políticos acusados que ofenden a la evolución humana y eso nos lleva a renegar de la especie y a cuestionarla hasta el punto de decir ´más conozco al ser humano, más amo a mi perro´, como decían los romanos", señaló en RPP.
Sin embargo, sostuvo que esa unión, esa simplicidad que ocurre en una guerra, y ocurre menos costosamente en
un partido de fútbol, deberíamos aprender a capitalizarla.
"El verdadero partido no se juega en Uruguay ni en Qatar, sino en cada momento, en cada día, que podemos hacer una cochinada en provecho propio o en detrimento de la tribu, o ver que hagamos cosas en las que todos ganemos: nosotros, nuestras familias, la gran tribu, o (para aludir al tema futbolístico) la camiseta blanquirroja. Esos detalles cotidianos podrían hacer una enorme diferencia", señaló.
La empatía
Al explicar por qué lo bueno que genera el fútbol no se observa en otros ámbitos de la sociedad, Yamamoto sostuvo que hay dos procesos sicológicos fundamentales. "El primero es que en un partido tenemos algo común y profundo en la humanidad, pero muy escaso o exiguo en la cultura peruana urbana: la empatía".
"La empatía consiste en que escuchamos al otro, nos ponemos en sus zapatos, lo entendemos si tiene un pensamiento o una forma distinta; lo aceptamos y sintonizamos para tener sentimientos positivos y promover los sentimientos positivos en el otro, pero qué pasa cuando no hay empatía... ¿Por qué se corta o cual es el enemigo principal de la empatía?
Yamamoto afirmó que esto se debe a la exclusión social. "En un Perú polarizado somos "choteadores", "basureadores": el que es de una comunidad basurea al de la otra comunidad, el que tiene un poco más de plata, lo hace con el que tiene menos, el que tiene más estudio, desprecia al menos educado".
Entonces -explicó- salimos a la calle y para protegernos, cortamos la empatía, pero se activa de inmediato otro proceso sicológico cuyo nombre científico hemos denominado ´animus jodendi´ y entonces disfrutamos, no de hacerle bien al otro, sino de fregarlo, de meterle el carro, de serrucharle el piso, en suma, "cotidianamente estamos con la empatía cortada y con el animus este, activado".
Señaló que durante un partido de fútbol ya no nos choteamos, no nos choleamos, todos estamos unidos. "Allí se activa la empatía, que es una demostración de cómo con un programa nacional de antiexclusión social se podría abrir una autopista que nos lleve a la realización de muchas cosas hermosas".
Menciona también el tema de la cohesión versus la ´polarización machetera´. "La cohesión consiste en que las personas están unidas para un gran fin, y las formas de cómo lograr ese fin. En el ensayo, la gente está relajada, si no funciona esto, funcionará lo otro, pero más temprano que tarde se llega a la solución".
En cambio -refirió- cuando no hay cohesión y encima hay polarización, y esta no se refiere solo a simples diferencias, sino a "que hay que exterminar, simbólica y realmente, al otro, allí perdemos esa base para nuestro desarrollo evolucionado, que señala que la unión hace la fuerza".
Yamamoto sostiene que los peruanos estamos en una situación social terrible, pero de pronto un partido como el de hoy, nos da un pequeño espacio para respirar humanidad y soñar que sí se puede.
Más en Andina: