Si te gusta las ciencias y la investigación, pero además te interesa la medicina humana y sabes escuchar a los demás, puedes reunir el perfil para estudiar ingeniería biomédica, una carrera que solo dictan tres universidades en el país.
“Perú tiene una larga tradición en medicina, pero el mercado ahora exige tener capacidades para innovar en el campo de la salud, tarea que por largo tiempo han asumido los médicos, cuando en otros países es asumida por los ingenieros biomédicos”, comentó Fanny Casado, docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
La experta, con un doctorado en toxicología, explicó que gracias a una reciente alianza entre su casa de estudios y la Universidad Peruana Cayetano Heredia es posible ofrecer al mercado peruano esta nueva propuesta educativa, que también es impartida por la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
“A nivel de posgrado, la PUCP tiene más de 15 años con una maestría en ingeniería biomédica. Recién a partir del 2017 la tenemos a nivel de pregrado. Lo que necesita el mercado son personas que puedan integrar diferentes conocimientos. La formación del ingeniero biomédico aprovecha las metodologías de diversas especialidades como la ingeniería electrónica, química, informática, conocimientos que luego se aplican en la salud humana”.
Cuatro especialidades
Son cuatro los ejes de trabajo que resumen las potencialidades de carrera: ingeniería de tejidos y biomateriales, señales e imágenes médicas (ultrasonido, rayos X), ingeniería clínica, así como biomecatrónica y rehabilitación.
“Tejidos y biomateriales tiene relación con los productos que van a estar dentro de nuestro cuerpo o son un símil de él. Estos productos, por ejemplo, pueden servir para probar nuevos fármacos o terapias contra el cáncer”, explicó la doctora Casado.
En el caso de las imágenes biomédicas, hay un gran trabajo con ultrasonido, de gran demanda en el Perú por su bajo costo y porque no expone al paciente a daños colaterales.
Tiene proyección en telemedicina.
Para la docente de la PUCP, la Ingeniería clínica es posiblemente la especialidad de mayor demanda en el país, ante la urgencia de optimizar los procesos en el sector salud, tanto públicos como privados.
“Lo que funciona en un hospital grande de Nueva York no va a funcionar necesariamente en el hospital Rebagliati. Y lo que funciona allí no es lo que se requiere para el hospital Hipólito Unanue. Esa especialidad puede optimizar los procesos para atender a los pacientes, al personal de salud; para analizar los ciclos de vida de la tecnología que se usa, para aprovechar mejor los recursos que se tienen en el país”, destacó Casado.
Finalmente, la especialidad de
biomecánica y rehabilitación trabaja en el desarrollo de prótesis y exoesqueletos que ayudan a la movilidad de las personas, disminuyendo su desgaste físico.
“Los ingenieros biomédicos resuelven diversos problemas en el campo de la salud, tienen que ver con el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, pero también se encargan de temas preventivos. Por ejemplo, hace poco hemos traídos a los bomberos para ver como solucionamos su problema de exposición a humos. Cómo desarrollamos dispositivos que los protejan.
Entonces, los alumnos de diseño deben entender cómo funciona este proceso para poder ayudarlos”, agregó la experta.
Resolver problemas
Estéfano Machado, alumno de cuarto ciclo de la carrera, la descubrió durante un viaje a Canadá, cuando tenía 14 años.
“Siempre he tenido un interés muy grande por la ciencia y por la complejidad del cuerpo humano, además me gustan la matemática y la física. Cuando me enteré de que existía la carrera aquí, que ayudaba a resolver problemas de las personas y que podría tener impacto, pensé que eso era para mí”.
Destacó que le encanta su complejidad y diversidad. Un día está aprendiendo sobre circuitos eléctricos o cálculo vectorial,
todo lo ingenieril en la sede de la PUCP y al siguiente día está en la
Universidad Cayetano aprendiendo sobre biología, química orgánica y cosas relacionadas a la medicina.
“Estoy interesado en la concentración de las señales e imágenes médicas, porque tiene que ver con mis intereses en física y matemática, sin descartar la innovación”, anotó.
La doctora Casado calculó que, si bien la mayoría de los egresados terminará como empleados en el sector público y privado, un 30% emprenderá su negocio propio, se dedicará a tareas más pegadas al diseño, realizarán consultorías, mientras que otros optarán por la investigación.
“Existe mucho turismo médico en el Perú, que viene de Chile y Bolivia. Vienen a operarse y estamos seguros de que muchos de nuestros egresados irán a trabajar también al sur del país para atender esta gran demanda. Lo que se necesita allá más que nada es ingeniería clínica, toda la parte del proceso, cómo gestionamos la experiencia del paciente cuando va a ser atendido”, anotó.
El staff de docentes de la carrera es diverso, entre ellos médicos, enfermeros,
tecnólogos médicos, diferentes tipos de ingenieros, economistas en tecnología de la salud, expertos en salud global, ingenieros industriales, entre otros.
Si bien la demanda de conocimientos en temas de ciencia, ingeniería y
medicina es alta, la doctora Casado señaló que la habilidad requerida para destacar en esta carrera es, sin lugar a duda, saber escuchar al paciente o usuario el servicio, alrededor de quien se desplegará todo el talento de los profesionales.
En la actualidad, el programa de formación en ingeniería biomédica tiene alrededor de 450 alumnos, quienes son alumnos de ambas universidades.
La convocatoria de postulación es anual. El ingreso puede hacerse desde la universidad de su preferencia porque al final los alumnos recibirán clases en ambas sedes, como ocurre en diversas universidades internacionales donde se brinda la misma profesión.
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(FIN) KGR /RRC
Publicado: 11/9/2019