Jesús Guerrero lleva el arte en la sangre, y su talento es moldeado con sus manos. Es técnico informático, pero su pasión está hecha con papel doblado y algunas pizcas de pegamento.
La familia de Guerrero siempre se ha dedicado a fabricar artesanías de barro, pero él decidió tomar su propio camino en el arte. El merideño de 26 años se dedica desde hace dos años a crear y explotar su creatividad trabajando con origami. Ya ha creado su propia marca ‘
Arte Snniper’ para dar a conocer su talento.
Al inicio experimentó con la creación de tarjetas en tercera dimensión y pequeñas piezas “decorativas”, como él las llama. Pero hace poco decidió crear una moto Yamaja R1 de 1997 en su tamaño real, y solo con cartones, papeles y algunos toques de pegamento.
“
Había hecho muchas réplicas de motos de 30 centímetros y estaba un poco aburrido de ellas, así que decidí construir una en tamaño real. Trabajé con una calculadora al lado, con regla y compás. Medí las piezas de la moto de un amigo para recrear las de mi réplica”,
comentó a El Universal.
Guerrero empleó dos meses y medio para crear la moto. Además, gastó casi 70 cartones de aproximadamente un metro cada uno. La Yamaha R1 1997 tiene unas 170 piezas, cuenta con un tren delantero, manillas, tablero, asientos, tanque de gasolina, frenos, parabrisas, luces traseras y delanteras, retrovisores, palanca para cambiar las velocidades, y otros. Cada detalle es de tamaño real.
Su primera obra
Un dragón de metro y medio fue su primera creación en escala 3D. Tuvo un periodo de convalecencia que empleó para optar por nuevas técnicas. “Empecé haciendo origami. Luego pasé a trabajar la técnica del origami 3D. De allí salté al tridimensional perfeccionado con bisturí para elaborar tarjetas que, al abrirlas, despliegan una pieza artística. Lo siguiente fue la construcción de estructuras complejas en papel y cartón”, contó.
No tiene una tienda física, pero sus cuentas en Facebook e
Instagram le han abierto las puertas para comercializar sus obras, las estructuras más solicitadas son los castillos, réplicas de la Torre Eiffel, motos pequeñas, barcos, veleras y tarjetas con diversos diseños.
Jesús Guerrero no quiere parar, después de construir la Yamaha R1 piensa en replicar un auto de la Fórmula 1. Su talento seguirá sorprendiendo.