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Homenaje al poeta Alfonso Tello Marchena, una voz auspiciosa de la cultura chiclayana

Ceremonia por los 100 años de su nacimiento se realizará el martes 29 de agosto en el Club Lambayeque

Homenaje al poeta Alfonso Tello Marchena en el centenario de su nacimiento. Foto: ANDINA/Difusión

Homenaje al poeta Alfonso Tello Marchena en el centenario de su nacimiento. Foto: ANDINA/Difusión

08:34 | Lima, ago. 26.

Avizorar una ‘chiclayanidad’ en proceso de formación a mediados del siglo pasado, cuando la cultura era todavía una dimensión en segundo plano, es uno de los méritos de Alfonso Tello Marchena, el poeta, maestro, periodista y artista autodidacta cuyo centenario será motivo de celebración en el Club Lambayeque.

Nacido el 25 de marzo de 1923 en la antigua hacienda azucarera de Cayaltí, en la década de 1960 “Tello Marchena es ya un polifacético cantor popular que cultiva una serie de facetas y alcanza un importante nivel de identificación con su pueblo, Chiclayo”, afirma el investigador y catedrático Marco Barboza Tello.

No solo motivo poético, sino también vivencia personal, Chiclayo y sus problemas son el foco de las reflexiones de Tello, una producción en prosa llevada a ensayos y artículos periodísticos que alcanzan, en varios momentos, el nivel de la crítica y la denuncia. 

Como reconocimiento a su labor, el poeta es invitado a sumarse como profesor al emblemático Colegio Nacional San José de Chiclayo. Sin embargo, “no hay en él pretensión de convertirse en científico social ni nada por el estilo”, sino que madura para insistir en el canto a su tierra, explica Marco Barboza.

El canto es una factura importante en el trabajo de este personaje autodidacta, es el sello que columbra naturalmente su vida, añade. 

“Cuando a los filósofos se les pregunta quiénes llegaron primero, si los filósofos o los poetas, ellos reconocen que los poetas estuvieron primero –compara el investigador–. De modo que la voz de Tello es, también, el canto auspicioso de su ciudad”.


Una voz por la chiclayanidad


A escala mundial, la mitad del siglo XX emerge como etapa de conflagración. “Ahora, en el espacio específico del Norte peruano, se percibe una relativa expectación por lo que pueden ser el despegue y el desarrollo de las ciudades, ya en un escenario de posguerra”. 

Y es allí cuando la capital de Lambayeque inicia procesos de modernización que crean tensiones con la tradición de una ‘chiclayanidad’ que va tomando cuerpo con el aporte de sus intelectuales y artistas. Por ejemplo, para inicios de la década de 1960 Tello Marchena expresa una prosa muy sentida respecto de la destrucción de la Iglesia Matriz de la ciudad.

“Es un tema muy interesante –observa Barboza, nieto de Tello–. Destruyen un templo con siglos de historia básicamente para construir una playa de estacionamiento… y eso él lo denuncia en sus artículos periodísticos”.

“En asuntos como ese se puede notar el filo de compromiso social de mi abuelo con elementos básicos de la tradición chiclayana; él tiene esa preocupación, está vinculado con la culinaria, con la protección de un patrimonio descuidado, con las costumbres, habla de las calles de su tierra, escribe de su gente”. 

De allí que no resulte extraño el proceso de hominización poética de una ciudad a la que mira con algo de nostalgia, pero también con esperanza. “Así, en los cantos de Tello, Chiclayo es ‘Chiclayo hermano’, ‘Chiclayo viejo’, ‘Francisco Chiclayo’ –acota Barboza–; esa es la voz del poeta Tello Marchena”.

“Mi abuelo hablaba ya de la ‘chiclayanidad’ con una fuerza particular y lo hacía siempre en términos revalorizadores, incorporando elementos que en esa etapa, a nivel general, no tenían el peso que él les atribuye pero que son potentes desde la mirada de la cultura. Eso, en términos de anticipación, me parece muy valioso”.

"Tello hablaba de la ‘chiclayanidad’ en términos revalorizadores", afirma Marco Barboza.

Recorrido vital


A los 7 años, en 1930, Alfonso Tello Marchena se traslada de Cayaltí a Chiclayo, a vivir con los abuelos maternos, por la temprana muerte de su padre, obrero azucarero.

“De adolescente fue ayudante de un comerciante, lo cual le permitió recorrer las multicolores ferias pueblerinas de Lambayeque. Allí conoce las costumbres populares de la región, las tradiciones de hombres y mujeres de los pueblos yungas, escucha las bandas de música, practica las danzas regionales, saborea las comidas típicas y percibe la belleza de los paisajes”, escribe Marco Barboza.

Es un hombre polifacético, “con expresiones en la pintura, poesía, narración, periodismo, magisterio, ensayística, composición de marineras, valses y polkas, mecánico dental, diseñador de publicidad, escultor, pergaminista, locutor y organizador de festivales artísticos”.

En 1938 se forma un grupo de cultores de la plástica (pintores) integrado por Tello Marchena, Bracamonte Vera, Callirgos y Oscar Allaín Cotera.  

En 1945 realiza una exposición de acuarelas con temática indigenista en el Club Unión y Patriotismo, luego publicadas en parte en la revista ‘Folklore y Pueblo’.  

Organizador de festivales artísticos en la década de 1950 con la participación de artistas de la región, como Los Mochicas y Luis Abelardo Takahashi Núñez, entre otros.

En 1958, su cuadro ‘Brujería’ es premiado con el primer puesto en el concurso de pintura ‘Municipalidad de Chiclayo’. En 1964 es invitado a ejercer la docencia en el Colegio Nacional San José de Chiclayo, labor que realizó hasta el final de su vida. En 1965 forma el Club de Bellas Artes del Colegio Nacional San José de Chiclayo. Fallece el 21 de julio de 1986.

El homenaje ‘100 años del nacimiento de Jesús Alfonso Tello Marchena. Ceremonia de homenaje al patriarca del arte y la cultura lambayecana’ se realizará el martes 29 de agosto (7:00 p.m.) en el Club Departamental Lambayeque (Av. del Ejército 977, Miraflores).


Tello Marchena: principales obras


Ensayos: 


¿Por qué se ha postergado el progreso de Chiclayo? (1962) 
Reflexiones en la hora indiferente (1966)
No a las Drogas (1985)

Conferencias: 


Apuntes Históricos sobre la fundación de Chiclayo e Influencia de la Educación Artística (1966)

Poesía: 


Fuegos Otoñales (1964) 
Ángulo del verso y la nostalgia (1965)
Cosmopoéticas (1966) 
Cantos a Chiclayo (1971)
Alta Tensión (1971)
Madre Amor (1973)
Divulgaciones Regionales (1975-1982) 
Silencios Altivos (1976) 
Voces Familiares (1977) 
Espinas de Faique (1977) 
Sueños Grises y Rojos (1977) 
Gritos Humanos (1977) 
Neosonetos (1978) 
Fucopoemas (1978) 
Poemas a San José (1984) 
Cantos a mi Ciudad (1985) 
Bolsillos de los Niños (1986) 
Ventana de Hospital (1988)

Publicación póstuma:


Cantos a mi Pueblo (1997)


Más en Andina:



(FIN) CCH

Publicado: 26/8/2023